Señora directora: Con respeto, quiero referirme a la afirmación hecha en La Jornada por Xóchitl Gálvez, directora de la Oficina para la Atención de los Indígenas de la Presidencia de la República, en el sentido de que le "gustaría que este consejo lo integraran indígenas de la talla de Adelfo Regino, Natalio Hernández, Margarito Ruiz, entre otros, gente con posiciones críticas, que no expresen la posición del gobierno". Al respecto digo: 

1. En varias ocasiones he afirmado que la reforma institucional indígena debe ser consecuencia de las reformas constitucionales y legales, y debe darse conforme a los acuerdos de San Andrés y en especial la propuesta de la Cocopa. O ¿Con base a qué se hace la reforma institucional si no existe el marco legal correspondiente? 

2. Por tanto no estoy de acuerdo con la creación de un Consejo Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en los términos como lo está planteando el gobierno de Vicente Fox, ya que alteraría profundamente el espíritu de los acuerdos de San Andrés. 

3. Estoy convencido que la reforma institucional indígena deberá darse una vez realizada la reforma constitucional y legal en materia de derechos y cultura de los inidios. Y esta reforma institucional deberá partir desde las regiones diversas de los pueblos indígenas del país, a partir de la conformación de comisiones mixtas ?compuestas por los representantes legítimos de los pueblos y los representantes del gobierno? a fin de acordar la transformación de las instituciones del Estado presentes en dichas regiones, de modo tal que se cumplan plenamente los derechos de libre determinación y autonomía que hoy día estamos demandando. 

Soy respetuoso de las opiniones de quienes, de algún modo, estamos preocupados por la situación y realidad difícil de nuestros pueblos, por eso mismo todos estamos obligados a ser cautelosos y prudentes en estos momentos. 
 
Adelfo Regino Montes 

Señora directora: Permítame señalar una realidad muy obvia: tenemos dos manos con cinco dedos cada una, 10 en total (idea básica del sistema métrico decimal). Ahora deje que proponga colocar las manos juntas sobre una mesa, para contar los dedos. El primer dedo es el meñique de la mano derecha, el dedo 1. Los siguen el 2, el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8, el 9 y el 10 (el meñique de la mano izquierda). 

Como vemos, una decena de dedos se compone de 10, ¡no de 9! Una centena de unidades está formada por 100, ¡no por 99! Un millar de unidades se haya constituido por 1000, ¡no por 999! Y un par de miles de unidades se encuentra plasmado en 2000, ¡no 1999! 

Al igual que su antecesor, el presidente Fox ha declarado que ya estamos en el siglo XXI. Supone que 2000 es el primer año de ese siglo, lo cual resulta falso. Equivale 2000 a 20 cientos: es un año secular, el final de un siglo y a la vez terminal de 20 centurias; con él acaba el siglo XX. 

Según lo señala su número, el año 2001 nacerá después de 20 siglos (2000) y del siglo XXI será el año primero (1), ¡no el segundo! 

Concluyó: 2000 es el último año del siglo XX y 2001 el primero del siglo XXI. 
 
Nikito Nipongo 
 
P.D Lo explicado puede entenderlo un chiquillo. ¿Por qué no lo han comprendido Vicente Fox y quién sabe cuántos millones de personas más? 

Señora directora: Aprecio los comentarios de Héctor Goicoechea (El Correo Ilustrado, 3/12/2000) a mi artículo sobre el aniversario de la muerte de Franco y la circunstancia de ETA en el actual contexto español. La descripción de esa organización como "el último rescoldo del franquismo" es una opinión de Jorge Semprún que cité con manifiesta ironía. El que algunos etarras excarcelados sean "recibidos en sus pueblos como héroes" no necesariamente niega su condición de asesinos delirantes. Las bienvenidas apoteósicas --como la que Augusto Pinochet recibió de sus partidarios en el aeropuerto de Santiago, a su regreso del arresto londinense-- no son factores de absolución. Por lo demás, me atrevo a pensar que Goicoechea y el que suscribe estamos de acuerdo en lo fundamental: colocar el conflicto vasco y el accionar de ETA en un contexto más amplio y complejo que el de la lógica del aplastamiento policiaco, pregonada por el gobierno y una buena parte de los medios de España y --por imitación simiesca o por ignorancia-- del mundo hispanohablante. 
 
Pedro Miguel 

Señora directora: Desde hace más de un mes, tras decidir comprar una laptop Compaq 1200 en Office Max, una cadena de tiendas especializada en computación, me he visto obligada a devolver sucesivamente cuatro unidades, todas defectuosas, que me entregaron, primero en la sucursal de Insurgentes y Félix Cuevas, después en la de Avenida Universidad. 

Las cuatro máquinas tenían serias fallas en el disco duro, en el sistema operativo, que se "congelaba" con demasiada frecuencia, en la errónea y tramposa instalación de softwares y hasta en la instalación de antivirus McAfee, que debía proteger las unidades y nunca lo hizo. 

La tercera computadora que recibí, además de todos esos defectos, y precisamente por carecer de un antivirus actualizado y bien instalado, se contagió de un virus poderosísimo, de esos que pululan por Internet. 

Al principio pensé que el problema era que el señor Bill Gates enviaba "las sobras" de sus Windows a países como México. Pero más tarde me percaté de que el problema es peor: la falta de conocimiento e interés de los vendedores y administradores de Office Max, y la total ignorancia de sus técnicos, quienes no tenían la más mínima idea del problema, mucho menos cómo solucionarlo. 

Un empleado de Office Max, supuestamente "técnico" de Compaq se pasó toda una tarde en mi casa, donde trabajo, buscando esto y lo otro, para llegar a la conclusión de que "todo el lote de Compaq 1200 de Officxe Max tiene el mismo problema..". Después de dejarme estupefacta tras escucharlo decir eso por teléfono a sus superiores se comprometió a llevarme una laptop "prestada" al día siguiente, mientras él se dedicaba, en cuerpo y alma a solucionar los problemas que tenía la máquina que compré. No volví a saber de él y tampoco tomó una sola de mis llamadas. 

Pero, como soy periodista y mi herramienta es la computadora, yo insistía en buscarle una salida "civilizada" al problema, aunque tuviera que devolver una y otra laptop, y pasar días enteros con otros así -llamados- técnicos de Office Max, tratando de "hacer pruebas" e intentando dejarme con una máquina en óptimo estado. Creí que esa opción sería mejor que la de demandar a Office Max ante la Profeco, con lo cual hubiera recuperado mi dinero pero me hubiera quedado de inmediato sin mi única herramienta de trabajo. 

La cuarta laptop que Office Max me ofreció terminó en manos de los técnicos de Compaq, quienes se la llevaron tras cambiar el disco duro y no me la devolvieron hasta una semana más tarde... con los mismos problemas. 

Cuando yo misma, con mis conocimientos elementales de computación, decidí borrar en esa máquina la consola mal instalada del antivirus, y se lo comuniqué a un técnico de Compaq, me contestó con cinismo: "Entonces ese era el problema evidentemente...". 

Yo me preguntó: ¿No son ellos los técnicos? ¿Por qué tuve que resolver yo el problema? 

Estoy escribiendo con la cuarta laptop que me entregó Office Max por mi compra de hace más de un mes. La máquina sigue teniendo problemas que, me dicen, ya no los técnicos de Office Max ni los de Compaq, tiene que ver con el sistema operativo Windows 98. Ahora sí, la culpa es de Bill Gates. Al menos ya no padece de los problemas iniciales, pero no porque Office Max me haya resuelto nada. Al contrario: sólo me hicieron perder un mes de trabajo. Moraleja: ¡Aléjese de Office Max! 
 
María Lourdes Pallais 

Señora directora: Nos permitimos compartirle la información siguiente. En días pasados en el corazón de la colonia Pensil nos reunimos un grupo de amas de casa para platicar en torno a la desproporcionada y descontrolada alza en el precio de los tanques de gas, que mes a mes sufrimos. 

Estamos sumamente molestas por esta situación. Las autoridades federales creen que nos ven las cara de tontas, sin embargo, estamos bien enteradas que la tarifa que le han dado al gas se fija en función a los precios que los estadunidenses ponen a este combustible en el sur de Texas y que nunca se atrevieron a fijar una tarifa nacional adscrita al marco de la política social. 

En fin, como ya estamos hartas, empezamos a correr la voz entre las comadres y vecinas para organizarnos, generar un movimiento en la ciudad que ponga el acento en ese tema y solicitarle al jefe de Gobierno de la ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, y al diputado Armando Quintero Martínez, presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF, que establezcan dentro del ámbito de su competencia y en el marco de la agenda social para la ciudad, punto de atención prioritario de este tema frente a las nuevas autoridades federales. 

Lo que hoy es un modesto esfuerzo mañana será lucha nacional. Palabra de mujer. 
 
Comité de Madres (comadres) Miguel Hidalgo. Gabriela Beltrán, Judith Mohar, Olivia Muñoz, Guadalupe Lavanderos, Sara Magaña, Lourdes Carranza, Alma Rosa Soto, Silvia Sánchez, Elena Castro, Lucina Equihua 

Señora directora: Participantes del Encuentro Nacional por la Paz, y de otros espacios sociales y civiles, invitamos a todos y a todas a una reunión para promover acciones por la aprobación de los acuerdos de San Andrés, a favor del diálogo y por el cumplimiento de las condiciones que hizo públicas el EZLN el pasado 2 de diciembre. La cita es este viernes 8 de diciembre, a las 17 horas, en el STUNAM (avenida Universidad 779, cerca del metro Zapata). Informes: 5511-6996. 
 
Creadores Artistas e Intelectuales, Causa Ciudadana, SOS por Chiapas, STUNAM, CNTE, El otro Colectivo, UAM-X, Red de la Sociedad Civil, Magdalena Gómez, Luis González Souza, Ana Colchero, Ofelia Medina, Nuria Fernández y 21 firmas más