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México, D.F. lunes 2 de abril de 2001 
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Correo Ilustrado
 
Carta de despedida a los zapatistas 

Estimada directora: Hoy, que el regreso de los zapatistas a las montañas del sureste mexicano es ya cosa del pasado, se hace un nudo en la garganta al decirle hasta pronto a estos señores y señoras en toda la extensión de la palabra. Mucho nos han enseñado; de ellos hemos aprendido bastante, han sabido entrar triunfalmente en el corazón no sólo de la ciudad, sino también de todos los que los hemos seguido desde hace ya mucho tiempo. Quede ahí su enseñanza y su alegría, démonos cuenta de que lo que se logró fue en parte por nosotros; la semilla está ya puesta, nos toca ahora hacerla crecer y florecer. Extrañaremos al EZLN, pero no podemos quedarnos en el romanticismo de su visita, ahora hay que seguir luchando y exigiendo el cumplimiento íntegro de las señales para reanudar el diálogo. 

Atentamente, 

Francisco García, David García 


  
Carta a Andrés Manuel López Obrador 

En épocas de democracia es inmoral quedarse callado. Sobre todo si se simpatiza con la persona a quien se reclama. El sábado 31 fui víctima de uno de los mecanismos más abominables que operan en el DF: Mi automóvil "fue arrastrado" por una grúa de nuestra ciudad. Las querellas son las siguientes: 

1. Mi automóvil, al igual que el de otros ciudadanos, estaba estacionado en Miguel Angel de Quevedo en sitios en donde no eran visibles letreros de "no estacionarse". 

2. En esa área - por la librería Gandhi- no hay suficientes lugares de estacionamiento ¿Qué sugieren que hagamos con los coches? 

3. En el resguardo de vehículos en depósito exigen dos fotostáticas de la tarjeta decCirculación y de la licencia. Por supuesto que no tienen fotocopiadora, lo que implica tomar otro taxi y buscar una fotocopiadora ¿Para qué demonios quieren las fotocopias? 

4. Encontré mi automóvil lleno de sellos: la cajuela, el cofre, las puertas, etcétera. Esos sellos aseguran la virginidad del operativo, pero tú, Andrés Manuel, sabes que ante las injusticias, esos sellos producen asco. 

5. Rompieron un faro. Los del resguardo aseguran que así lo recibieron, y el chofer de la grúa no estaba... ¿Dónde quedó la bolita? ¿Quién me lo pagará? 

6. El trámite, incluyendo taxis, costó 550 pesos. A mí, Andrés Manuel, se me hace caro. ¿Y a ti? 

7. Me quedé perplejo cuando leía la tarifa. Si se recoge el coche en los primeros cinco días, la generosidad del DF y de su Secretaría de Seguridad Pública enternecen: te ofrecen 50 por ciento de descuento. No sé quién fue el ideólogo de esa estupidez, pero es tan ridícula y molesta que sugiero la eliminen, pues no habrá ni un pendejo que se los agradezca. ¿O será que en la violación está la culpa? 

8. Cuando se lleven los automóviles deberán ser "buenas personas" y avisar que los vejadores fueron los miembros de la Dirección General de Control Metropolitano y que no se lo robaron. Te confieso que en lo particular me siento más molesto cuando es "mi" policía la que me jode. Los ladrones son eso, ladrones. 

9. El sábado por la tarde la Procuraduría Social del DF no contestaba - y eso que no estaba lloviendo. 

10. ¿Mi recibo garantiza que el dinero llegará a la Tesorería y que será bien usado? 

11. Por último, sugiero que se derogue esta práctica infame. Sugiero también que hagas una encuesta entre la ciudadanía para saber si están de acuerdo con la "política de las grúas justicieras". 

El taxista que me llevó al resguardo me explicó que en estos días el movimiento de las grúas es mayor, pues pronto habrá vacaciones y disminuirá el trabajo ¿Será cierto? Sé que tu gobierno aún es joven, pero tú sabes en carne propia que la injusticia, la corrupción y la impunidad no aguardan. Esperando tu pronta respuesta, con respeto, 

Atentamente, 

Arnoldo Kraus 


Aclaración de Teresa del Conde a una nota de Yanireth Israde 

Querida Carmen: El sábado 31 de marzo, Yanireth Israde reporteó la conferencia sobre el libro de Horst Kurnitski, Retorno al destino. La liquidación de la sociedad por la sociedad misma (UAM, Colibrí) en la que participamos José Blanco, Rolando Cordera y yo, presentados por Pedro Miguel. Tengo la impresión de que la periodista no asistió a esa mesa de prensa, o al menos yo no tuve el gusto de saludarla, ni se me acercó a solicitarme el escrito en el que basé mi participación. A resultas de lo anterior, en la parte a mí referida lo que ella recogió es absolutamente inexacto, y eso me indigna, sobre todo porque Yanireth sabe que soy colaboradora de este periódico y en más de una ocasión hasta me ha consultado algunas cosas. En primer término no fui invitada a presentar el libro como "crítica de arte", cosa deducible de lo que dijo Pedro Miguel sobre cada participante. Fui invitada como investigadora versada en temas sicoanalíticos y conocedora de la obra de éste y otros filósofos de hoy. En segundo término, la palabra "calidad" (que la periodista introdujo, no sé cómo) así, a secas, está radicalmente excluida de mi vocabulario, y más aún de mi vocabulario de crítica de arte. "Calidad" es un término que sólo puede emplearse en sentido axiológico, es decir, comparativo, siempre dentro de un contexto. Lo que dije fue esto: "Es bien cierto que el arte, al permitir el retorno de lo reprimido en un doble flujo, logra satisfacer deseos que provienen del núcleo de las pulsiones". De todo lo que observé con respecto a los mitos (ese capítulo del libro es realmente muy atractivo), Yanireth tuvo a bien elegir esa frase, pero o estaba distraída y tuvo que inventar, o llegó tarde y le contaron. Mil veces hubiera preferido que me eliminara de su nota. 

Hay amargas quejas por todos lados en varios periódicos, de artistas plásticos que se ven tergiversados en sus declaraciones, o de críticos que encuentran sus decires "editados". Incluso conozco uno de doble vertiente (artista y crítico) que dejó de colaborar en un diario de amplia circulación por esa razón. Ojalá nuestro periódico sea aún más estricto en la labor de reportaje. 

Teresa del Conde 


  
Yanireth Israde responde a Del Conde 

Señora directora: Sabemos que la doctora Teresa del Conde tiene sobradas capacidades profesionales y que por tanto es requerida en distintos ámbitos del saber, como es el caso de la presentación del libro de Horst Kurnitski. En el corto espacio periodístico, junto a las intervenciones de otros tres ponentes, la citamos -ciertamente en muy poco espacio, insistimos, disponible- por el oficio por el que es más conocida por nuestros lectores, la de crítica de arte. No tergiversamos, tampoco, el sentido de su intervención, como consta en la información publicada. Asistí en cuerpo y alma al acto del que ella supone estuve ausente. En todo momento es claro que no hubo dolo de mi parte. 

Atentamente, 

Yanireth Israde 


  
Se van y se queda 

Querida directora: Los zapatistas se nos van. ¡Ah, la esperanza! Cavallo se nos queda. ¡Ay, la vergüenza! 

Hebe Rosell 



N. de la R. 

En la página 3a de la edición de ayer se publicó equivocadamente en el titular que el nombre de la más reciente novela de Jaime Avilés es Nosotros no estamos muertos, cuando debió decir Nosotros estamos muertos. Ofrecemos una disculpa al escritor y a nuestos lectores. 

 

 

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