Respuesta del GDF a Raquel Tibol
Estimada Carmen: Con todo el respeto que merece
Raquel Tibol, destacada expositora del arte y la cultura en nuestro país,
queremos hacer algunas aclaraciones a su carta publicada en El Correo Ilustrado
sobre el Programa de Ayuda Alimentaria y Medicamentos Gratuitos del Gobierno
del DF.
Este programa es concebido como el primer paso en el establecimiento
de una pensión ciudadana universal como un derecho social de todos
los adultos mayores que han aportado su esfuerzo a la sociedad durante
una larga vida.
No es, por ello, un programa más de asistencia
social para los grupos más pobres de la ciudad, sino un derecho
fundamental en una sociedad de bienestar. El gobierno del DF aspira, de
esta manera, a entregar esta pensión a todos los adultos mayores
de 70 años antes de terminar su gestión y cuando los recursos
presupuestales así lo permitan. En el 2001 cerca del 60 por ciento
de este grupo poblacional será beneficiado.
A fin de romper con las prácticas corporativas
y discrecionales, así como reducir el costo administrativo del programa,
se incluyeron a todos los adultos mayores de 70 años que habitan
en las unidades territoriales clasificadas como de muy alta, alta y mediana
marginación. Varias personas, al igual que Raquel Tibol, han declinado
recibir la tarjeta de apoyo alimentario por considerar que no la necesitan.
Los recursos que se liberen con esta actitud serán
destinados a otros programas sociales del gobierno capitalino. Nuestro
agradecimiento a Raquel Tibol.
Assa Cristina Laurell, secretaria de Salud del GDF
Tutelar la imagen de Jesucristo contradice discurso
papal, señala
Señora directora: Junto con los pastores
Benjamín Rivera Leos y Gerardo Seres tuve el privilegio de formar
parte del comité organizador del denominado Homenaje a Jesús,
realizado en el Estadio Azteca el 14 de octubre de 1999.
El viernes anterior a dicha celebración, nos enteramos
que la Arquidiócesis de México, por mediación de su
apoderado legal, Horacio Aguilar Alvarez de Alva, solicitó a la
Subsecretaría de Asuntos Religiosos su cancelación por considerar
que atentaba contra el pueblo creyente, propiedad de la iglesia católica.
En estricto apego a la ley y a los derechos humanos de
los millones de mexicanos no católicos, la autoridad no accedió
a los caprichos de la Arquidiócesis. En consecuencia, ésta
inició una serie de acciones legales en contra de las autoridades
de la Dirección General de Asuntos Religiosos, mismas que, aparentemente,
culminan con el incidente de revisión a que hace referencia la nota
de Jesús Aranda aparecida el 7 de mayo en este periódico.
No cabe duda que vivimos tiempos de intolerancia. Esta
se vuelve más grotesca cuando quienes la promueven, en este caso
el Arzobispado de México, se especializan en el manejo del doble
lenguaje y en el menosprecio de sus semejantes, incluyendo a sus propios
feligreses.
La pretensión del Arzobispado por tutelar el uso
de la imagen de Cristo tiene como razón evitar "cualquier medio
donde se induzca a la confusión de las personas físicas o
morales"; asume que los feligreses católicos son cortos de luces
y fácilmente manipulables. También asume que éstos
son propiedad de la Iglesia Católica Apostólica y Romana,
por lo que sólo pueden actuar en obediencia a la misma.
Por otro lado, resulta interesante que posiciones como
ésta se expresen en el contexto de la visita papal a Grecia. El
Arzobispado de México falta al respeto y exhibe la fragilidad de
la actitud conciliatoria de Juan Pablo II cuando éste pide perdón
por la intolerancia y los excesos de la Iglesia católica.
También es digno de tomar en cuenta que Horacio
Aguilar Alvarez de Alva, promotor de ésta y otras intolerancias,
haya sido el abanderado del fallido proyecto de la formación del
Consejo Nacional para la Libertad Religiosa, mismo que, paradójicamente
?¿o kafkianamente?? pretendía garantizar el establecimiento
de la "verdadera libertad religiosa en México".
Mucho me temo que tenemos ante nosotros un México
de los "muchos Chiapas" y de los "muchos Ixmiquilpan". Y ello gracias a
que los verdaderos promotores de la intolerancia religiosa no son los Heribertos
Lugo González, sino los jerarcas católicos que tienen como
personeros a sus muchos Horacios Aguilar Alvarez de Alva.
Reverendo Adoniram Gaxiola
Se pronuncian universitarios contra la aprobada ley
indígena
Señora directora: Le suplicamos publique
la presente, dirigida al Congreso de la Unión.
Los abajo firmantes, estudiantes del nivel profesional
del ITESM y de otras universidades del país, queremos manifestar
nuestro total rechazo al dictamen de ley en materia de derechos y cultura
indígenas, recientemente aprobado por el Senado. Rechazamos este
dictamen por considerar que no recoge a cabalidad lo plasmado en los acuerdos
de San Andrés ni respeta el texto de la iniciativa de la Comisión
de Concordia y Pacificación.
Consideramos que no satisface las demandas indígenas
ni facilita el reconocimiento y ejercicio de los derechos que como pueblos
tienen. Como estudiantes y ciudadanos consideramos de vital importancia
el reconocimiento de los derechos indígenas para la construcción
de un país más justo, libre e incluyente en el que quepamos
todos a pesar de nuestras diferencias culturales. Agradecemos su atención:
Atentamente:
Juan y Eugenio Fernández Vázquez, Rodrigo
Pacheco, Armando Neria, Covadonga Bron Prendes, Paula Amor, Juan Pablo
Pardo, Brenda y Juan Hidalgo García, Gabriela Guzmán, Alvaro
Serna, Jaime García, Adriana Raymundo, Daniel Vargas, Alexis Juárez,
Pedro Disraeli Hernández y 63 firmas más
Piden a legisladores tasa cero para medicamentos siquiátricos
Señora directora: Por ser de interés
nacional, ahora que se discute la eliminación de la tasa cero en
alimentos, medicinas y libros, suplicamos publicar la carta anexa dirigida
a diputaciones federales de PAN, PRI, PRD, PT y PVEM:
Convencidos de que la eliminación de la tasa cero
en medicinas y alimentos no es el mejor camino para que el gobierno se
allegue de nuevos ingresos, los suscritos queremos llamar la atención
de legisladores de todos los partidos sobre el caso de los enfermos siquiátricos,
cuyos medicamentos no se incluyen en las promesas de exención del
IVA.
Las enfermedades siquiátricas (depresión,
trastorno bipolar, esquizofrenia, etcétera) son un flagelo que apenas
empieza a combatirse seriamente en las sociedades occidentales. Vale decir
que, en el mundo civilizado, la siquiatría es una ciencia todavía
en pañales. Las enfermedades siquiátricas no se curan; en
el mejor de los casos, se controlan. Se calcula que uno por ciento de los
mexicanos padece esquizofrenia.
Este tipo de enfermedades destruyen al paciente y a su
familia. El enfermo es aislado de manera paulatina: lo abandonan sus amigos,
deja de asistir a la escuela, se retira de los entretenimientos y se encierra
en su mundo, aunque dentro de su gravedad aún tiene destellos de
lucidez.
El paciente necesita cuidado familiar y medicamentos de
por vida. Al cabo de los años, padres y hermanos dejan de estudiar
o trabajar para ocuparse de él. Los ingresos familiares merman cuando
más se necesitan para consultas, medicamentos y hospitalización.
Las familias se arruinan.
Los medicamentos siquiátricos se cuentan entre
los más caros: el Zypreca (14 tabletas) cuesta 759 pesos para dos
semanas y el Risperdal (20 tabletas) 455 pesos. Pero, además, el
medicamento se toma con uno o más coadyuvantes. Ninguna institución
de seguridad social ni centro hospitalario los proporciona a sus pacientes
y cualquier falla en su suministro produce una dolorosa recaída.
El destino de quien no puede pagar su tratamiento es:
1) la demencia abierta si permanece en casa; 2) acabar sirviendo de conejillo
de indias en algún centro hospitalario. Este le brinda cierta atención
médica a cambio de experimentar en él nuevo productos para
laboratorios extranjeros. En ambos casos el enfermo sufre tormentos inenarrables.
Las enfermedades siquiátricas no afectan sólo
a los mexicanos ricos. En la actualidad hay cientos de miles de familias
de clase media y baja con pacientes de este tipo que no tienen dinero para
su tratamiento. Su simple transporte a hospitales, donde pudieran internarse
en las condiciones mencionadas, representa un sacrifico económico
que no puede hacerse.
Toda sociedad funciona gracias a la aceptación
tácita de un pacto social. El ciudadano trabaja para sí y
para la sociedad, pero ésta a su vez debe brindarle garantía
de protección en todo momento y en todos los órdenes de la
vida. Más que gravar las medicinas, el gobierno federal debería
explorar otras vías: bebidas alcohólicas, tabaco, refrescos,
inversiones bursátiles especulativas, comercio informal, etcétera.
Los suscritos pedimos atentamente a este órgano
legislativo la tasa cero para los medicamentos siquiátricos. Si
los legisladores aprueban la eliminación de la tasa a este tipo
de medicamentos, más valdría que empezaran a legislar sobre
eutanasia: ésta sería la única salida digna que dejarían
a cientos de miles de enfermos.
Ing. Jorge Ferreiro, Lic. Beatriz Murillo, doctores
Guillermo Selvas y Rosalba Gómez y 271 firmas más
|