HERENCIA DE IMPUNIDAD Y CORRUPCION
Las conclusiones de la visita a nuestro país del relator
de la ONU Dato 'Param Cumaraswamy constituyen un juicio demoledor sobre
la herencia desastrosa que dejaron en el país, en materia de procuración
e impartición de justicia, los regímenes priístas,
pero representa también una advertencia sobre la magnitud de los
problemas que tiene ante sí la administración de Vicente
Fox para llevar adelante su compromiso de campaña y su propósito
de gobierno de sanear las instituciones encargadas de tales tareas.
En aparente referencia a la "reforma judicial" emprendida
por el ex presidente Zedillo con más despliegue publicitario que
resultados, Cumaraswamy destacó que "los cambios emprendidos en
años recientes no se perciben como una realidad en la sociedad",
y señaló que el sistema judicial mexicano sigue "plagado
de impunidad y corrupción a gran escala".
Las consecuencias de los fenómenos de descomposición
institucional mencionados por Cumaraswamy están a la vista: una
delincuencia a la ofensiva que sobrepasa a las corporaciones policiales
en organización, en poder de fuego y hasta en planeación
e inteligencia. Dos expresiones alarmantes, pero no únicas, de tal
circunstancia, fueron referidas ayer mismo por la Coparmex y la Canaco
de Monterrey.
La primera, por voz del presidente de su Comisión
de Seguridad Pública, Arturo Germán, presentó un informe
en el cual se señala el involucramiento de servidores públicos
--especialmente policías-- en uno de cada diez secuestros perpetrados
entre enero y mayo del presente año, donde se contrasta la relativa
disminución de este delito con el incremento de la violencia contra
las víctimas y se enfatiza la falta de investigaciones oficiales
en torno a los llamados "secuestros express".
La Canaco regiomontana, por su parte, afirmó que
la delincuencia organizada se roba al día, en el territorio nacional,
un promedio de 20 camiones cargados de mercancía, lo que representa
anualmente pérdidas cercanas al medio billón de pesos, y
afirmó que muchos de esos asaltos "son por pedidos específicos
de mercancías y el asaltante ya tiene por lo regular vendido el
producto".
A la luz de esas cifras, es claro que el saneamiento de
las instituciones de procuración e impartición de justicia
--uno de los propósitos en los que más ha insistido el gobierno
foxista-- es un imperativo moral y legal, y hasta de viabilidad económica.
Cabe esperar que, ante este desafío, el gobierno que inició
el primero de diciembre del año pasado aproveche su legitimidad
democrática y el respaldo ciudadano con el que arrancó para
aplicarse a fondo en la limpieza requerida.
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