07an1esp
DOMINGO Ť 9
Ť DICIEMBRE Ť
2001
Ť Es una obra para invidentes y para gente que no lo
es
La casa de los deseos, teatro que estimula los
sentidos, menos la vista
La casa de los deseos es una obra de teatro diferente,
donde se estimulan todos los sentidos del espectador, menos el de la vista,
en la cual lo singular es la forma en que se involucra al público
presente.
El
montaje dirigido por Pablo Moreno, al que pueden asistir tanto invidentes
como gente que sí ve, es único en su género en nuestro
país. La obra, estrenada en noviembre de 1999, se ha presentado
con éxito en 12 estados de la República en una gira auspiciada
por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, mediante la Dirección
de Animación Cultural, y está por cumplir 500 representaciones.
Quizá puede sonar un tanto contradictorio el concepto
"teatro para ciegos", ya que el teatro está asociado a lo visual,
replica Pablo Moreno, sin embargo, sus creadores se percataron de que "era
necesario crear espectáculos con opciones para públicos con
capacidades distintas". Para dar forma a esta propuesta, la obra se construyó
mediante una investigación de rigor científico, de la mano
de un grupo de sicólogos, médicos oftalmólogos y especialistas
en musicoterapia; asimismo se aplicaron cuestionarios a 90 personas ciegas.
El equipo de producción y los actores no son ciegos;
sin embargo realizan su labor poniendo cuidado a los detalles de estimulación.
Esto es, al entrar al foro, ya como persona invidente, ya con un antifaz
los que sí ven, uno como espectador se topa con música, sonidos,
aromas, sabores, texturas: elementos mediante los cuales la historia cobra
realce y sentido. De igual forma, al público se le entrega previamente
un programa de mano, tanto en escritura impresa como en braille.
Respecto de las reacciones de ambos públicos, el
director de escena refiere que la gente que sólo tiene antifaz se
siente bajo riesgo, se muestra con temor en ocasiones o algo nerviosa,
aunque conforme avanza la obra se van abriendo emocionalmente. Por su parte,
agregó, los invidentes se involucran rápidamente, sienten
la obra, aplauden, gritan, les contestan a los personajes.
El argumento de La casa de los deseos transcurre
en el interior de un circo, en el cual desfilan personajes-metáfora
como Supermacho (el fortachón), la enana Campanita, el trapecista
Edipo o el payaso Carcajada. Cada uno posee un conflicto interno. El primero
quisiera no ser el dueño del circo sino tan sólo vender frutas;
la enana ama a Supermacho pero su aspecto no le ayuda; Edipo es el niño
abandonado que busca hallar el amor materno; el payaso es alcohólico
y sufre la ausencia de su pareja. La anécdota se va entretejiendo
entre la resolución o complicación de los conflictos y la
tragedia.
El objetivo de este proyecto dramático es sensibilizar
a quienes sí ven, respecto del mundo del ciego, y hacer que aquéllos
valoren sus sentidos, en especial el de la vista, puntualiza Moreno, y
agrega: "El teatro no sólo puede verse con los ojos, sino también
con los otros sentidos, además del corazón, el alma, las
emociones".
La obra se presenta de modo permanente en el teatro Carlos
Ancira, ubicado en el centro de la ciudad de Puebla, los sábados
y domingos a las 19 horas.
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