019n1pol MARTES Ť 11 Ť DICIEMBRE Ť 2001
Ť La Cibiogem debe jugar un papel más activo en la discusión, opina Herrera Estrella
Critica investigador tardanza oficial para abordar el tema de productos transgénicos
MATILDE PEREZ U.
La Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados afirmó que realiza una exhaustiva investigación y colecta en diferentes parcelas sembradas con maíz en Oaxaca y Puebla para hacer los análisis moleculares, a fin de dilucidar si existen o no transgénicos en esos lugares. A su vez, Luis Herrera Estrella, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), pidió guardar cordura a los grupos ecologistas e investigadores que están en contra de las plantas transgénicas.
Ante la polémica que se ha desatado por la presencia de maíz transgénico en regiones de origen de maíz criollo, Herrera Estrella consideró que la Cibiogem debe jugar un papel más activo y propositivo para establecer las mesas de discusión, en las que se expresen todas las preocupaciones y con un análisis científico determinar si la tecnología genética es adecuada o no para el país. "Satanizar ese procedimiento o de plano declararse incapaces de controlar el asunto no es la mejor solución".
La Cibiogem refrendó su postura de analizar bajo principios de bioseguridad y con un estricto criterio científico todo lo relativo a organismos genéticamente modificados, sus usos, producción, movilización, propagación, liberación y consumo en el país.
"El gobierno federal se está tardando en asumir una postura respecto a la producción y comercialización de los alimentos transgénicos. No lo apresuro, pero en la Secretaría de Agricultura el tema tiene 12 años, ya debería de existir los grupos de discusión y los mecanismos para sacar propuestas de legislación y reglamentación", abundó Herrera Estrella.
Insistió en que se requiere investigar más en torno a las plantas transgénicas, ya que son "una herramienta poderosa para poder ayudar a los pequeños agricultores a sostener sus variedades criollas. Los pequeños agricultores estarán en desventaja si esa tecnología no les llega, y seguramente sus variedades de maíz desaparecerán al ser desplazados por los grandes productores de Estados Unidos y México".
Para el investigador del Cinvestav el punto central de la discusión en torno al maíz transgénico es cómo hacer llegar esa tecnología a manos de los pequeños agricultores para "poder resguardar las variedades criollas del maíz y la biodiversidad. Hay que hacer un análisis sensato, ágil, profundo de los posibles beneficios e implicaciones de esa tecnología, y tomando en cuenta a la sociedad y no sólo a los grupos industriales o a los activistas que empujan de uno (a favor) u otro lado (en contra)".
No descartó que en la controversia existan intereses económicos generados por la polémica entre los países europeos y las empresas estadunidenses, así como de control y distribución de los alimentos. No obstante, insistió en que la tecnología de los transgénicos dejaría beneficios a los productores mexicanos.
Por su parte, la Cámara Nacional del Maíz Industrializado señaló que el consumo de maíz transgénico no causa problemas a la salud, y lo que a ellos les interesa particularmente es tener la certeza de suficiencia en la materia prima. Demandó una legislación adecuada para quitar las restricciones a la producción y comercialización de los productos transgénicos, que aliente la investigación y ayude a gobernar de una manera prudente.
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