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MARTES Ť 11
Ť DICIEMBRE Ť
2001
Ť Coloquio en la UNAM para recordar a la pensadora
en su décimo aniversario luctuoso
La obra de María Zambrano enfrenta al mundo
desde la noción de misterio
Ť La autora de Claros del bosque escribe que lo
divino tiene una historia, señala Ramón Xirau
Ť Entre pausas y vacilaciones, su voz avanzaba serpeando,
escribió el Nobel Octavio Paz
CESAR GÜEMES
Nadie olvida a la pensadora española María
Zambrano. Su nombre se escucha con frecuencia en las escuelas de filosofía
o de letras e incluso de historia. Su muerte, acontecida hace prácticamente
diez años, no afectó la lectura de su obra ni la capacidad
que su nombre tiene para convocar al joven público que, por ejemplo,
llenó a tope la mañana de este lunes el Aula Magna de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Con el título Entre filosofía y poesía:
la razón poética, comenzó el coloquio en homenaje
a la escritora en el que participan, a lo largo de dos jornadas: Ramón
Xirau, Teresa Miaja, Greta Rivara, Paulina Rivero, Pedro Joel Reyes, Griselda
Gutiérrez, Ana María Martínez, María Antonia
González Valerio, Adolfo Castañón, Graciela Hierro,
Josu Landa, Gabriela Hernández, Gerardo Rivas, Angelina Muñiz-Huberman,
Alberto Constante, Cresenciano Grave, Gerardo de la Fuente, Francisco Mancera,
Julieta Lizaola, Mariana Bernárdez y Víctor Manuel Pineda.
Inventora de caminos
La
inauguración de los trabajos corrió a cargo de Xirau, Miaja,
Reyes y Rivara. El también poeta Ramón Xirau abrió
el amplio diálogo: ''María Zambrano escribe que lo divino
tiene una historia. Nos hace ver cómo en el principio era el caos,
el mundo era confuso, terrible, angustioso. Y cuando nacen los dioses,
no lo hacen de la naturaleza sino que permiten entenderla porque con ellos
nace el orden del mundo. Es decir, la aparición de un dios representa
el final de un largo periodo de oscuridad y padecimiento. Y eso, según
ella, es lo más tranquilizador que puede ocurrir en una cultura,
la llegada de los dioses. Pero, ¿alguien los llama? Bien, siguiendo
a María y a otros filósofos, está claro que son ellos
quienes los invocan.
''Por otra parte la poesía, para decirlo en palabras
de María Zambrano, es hallazgo, mientras que la filosofía
da razones. Lo que la filosofía debe evitar es limitarse al uso
de la pura razón". Retomando el título del homenaje, que
engloba razón y poesía, Xirau destacó que de Zambrano
''cabe preguntarse cuál es su actitud religiosa. Pienso que ésta
se sustenta sobre todo en su obra Claros del bosque. Ella se acerca
a los términos de la religión a partir de la mística,
que originariamente es misterio. En ese sentido, ella estudia y tiene presentes
a San Juan de la Cruz y Santa Teresa".
Teresa Miaja, en su turno, recordó que Octavio
Paz tuvo una larga amistad con Zambrano desde que se conocieron en Valencia,
en 1937. Y citó a Paz, quien años después comentaría
sobre ella: ''Creo que hay dos clases de escritores, aquellos que desaparecen
bajo su escritura y aquellos que consiguen que su voz se filtre a través
de los desfallecimientos y opacidades del lenguaje escrito. Cuando leo
a María, la oigo, es una voz líquida, que no avanza en línea
recta sino serpeando, entre pausas y vacilaciones. Como si sortease obstáculos
invisibles. Una voz que, más que buscar su camino, lo inventa. De
pronto la materia verbal deja de fluir y se concentra en una frase que
se levanta de la página como un chorro de claridad. En esos momentos
de verdadera inspiración la voz de María se transfigura.
No sé si lo que nos dice esa voz es filosofía o es poesía,
tal vez ni la una ni la otra; la voz de María nos habla, sin decirlo
expresamente, de un estado anterior a la poesía y a la filosofía.
Entonces, por un instante, las formas que vemos son también los
pensamientos que pensamos".
Filosofía-literatura, una simbiosis
Detrás de las palabras de Octavio Paz está
evidentemente la esencia de lo que fueron María Zambrano y su obra.
El título de nuestro homenaje, La razón poética, no
podría ser más adecuado. Una vez más se pondrá
sobre el tapete la relación de su obra con la filosofía y
con la literatura, en tanto están entrañablemente unidas,
como lo han demostrado Alejandro Rossi y Adolfo Castañón
entre muchos otros pensadores.
''El evento, primero, permitirá conocer a muchos
de los asistentes la obra de una pensadora que escribió su obra
en español, lo cual es raro -comentó Pedro Joel Reyes-. Y
a eso se debe añadir que se trata de una mujer. Estos dos elementos
unidos no son una bandera, sino el reconocimiento a una obra de altísima
calidad. Una obra que quizá haya pasado desapercibida justamente
por lo que ella plantea: enfrentarse a la realidad, al mundo, a partir
de la noción de misterio y no de la noción de problema. Esto
plantea que María Zambrano se forma filosóficamente en un
momento en el cual existe una fuerte crisis en torno de las capacidades
y los monstruos que ha generado la razón. En este sentido, su relación
con Ortega y Gasset, con Miguel de Unamuno, más los grandes fenómenos
que ocurrían en el primer cuarto de siglo nos permiten captar la
propuesta de la vinculación con otras aproximaciones como la poesía.
No es una actitud caprichosa, ni una forma de darle la espalda a la realidad,
sino tratar de percibir el mundo de una forma distinta.''
Cerró la primera parte del coloquio Greta Rivara,
especialista en Zambrano, quien recordó las palabras que para la
escritora española escribiera Cioran: ''No ha vendido su alma a
la idea, ha salvaguardado su esencia única, situando la experiencia
de lo insoluble sobre la reflexión acerca de ello. Ha superado,
en suma, a la filosofía".
Las actividades del homenaje continúan hoy en el
Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras a partir
de las 10 horas y concluirán a las 14:30, hora en que se clausurará
el coloquio.
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