Por vez primera en México se exhibe el testimonio fotográfico del Che Guevara

Ť Es posible que su misión política haya arrebatado lo artista a mi padre, dice su hijo Camilo

Ť Incluye una selección de 170 imágenes tomadas por el legendario guerrillero

FABRIZIO LEON

Las fotografías que tomó Ernesto Che Guevara se exponen por vez primera en México. Con la muestra que hoy comienza ''se abre un nuevo ciclo de su imagen", pues no obstante los amplios estudios biográficos ''es sorprendente que no se haya reparado en la existencia del extenso patrimonio fotográfico" realizado por el comandante de la Revolución cubana, expresa Josep Vicent Monzó, uno de los curadores de la exposición y principal investigador del proyecto, quien con Camilo Guevara March -hijo del revolucionario- inauguran hoy la exposición Ernesto Che Guevara. Fotógrafo, a las 20 horas, en la galería Tonalli del Centro Cultural Ollin Yoliztli.

La exhibición sólo incluye 170 imágenes de cerca de mil que se consultaron en el Centro de Estudios Che Guevara, en La Habana, y en las cuales se da cuenta del oficio fotográfico de uno de los personajes más relevantes del siglo XX. Según Camilo la mayor parte del material gráfico creado por su padre permanece extraviado y con esta iniciativa se pretende ubicar otros archivos para incrementar el acervo actual. Por ejemplo, se sabe que las últimas fotografías tomadas por el Che en Bolivia fueron parte del decomiso efectuado por el ejército cuando lo capturaron, así lo consigna Paco Ignacio Taibo II en su libro Ernesto Guevara, también conocido como el Che, cuando describe las pertenencias que se encontraron en su mochila al ser detenido en Sierra Maestra: ''12 rollos de película, un par de docenas de mapas corregidos por el Che con lápices de colores, una radio portátil, dos pequeños libros de claves (...), un cuaderno verde de poemas y un par de cuadernos repletos de anotaciones..."

Visión estética del revolucionario

El Che como fotógrafo es un viaje nuevo a la personalidad que resalta la visión estética del guerrillero y muestra ''quizá, que es posible que su misión política haya arrebatado lo artista del Che. El era un revolucionario ética y estéticamente hablando. También hay una serie de cuentos que a lo mejor se publican más adelante", señala Camilo Guevara.

''Se desconocía hasta ahora este nuevo culto del Che y se da cuenta que fue un fotógrafo profesional que pasó por todas las etapas. Fue aficionado desde que salió de Argentina para viajar por todo el continente (1952), ejerció el periodismo cuando cubrió los Juegos Panamericanos en México para la Agencia Latina de Noticias (1955); antes fue fotógrafo ambulante en fiestas y parques donde cobraba un peso por foto y su interés por la antropología y la cultura maya está ampliamente plasmado con las tomas que hizo en las zonas arqueológicas de México." Pero donde se comprueba de manera contundente la visión íntima que tiene con la fotografía es sin duda con la serie de autorretratos. ''Eso sólo lo hace un fotógrafo", concluye Josep Vicent Monzó.

A Camilo Guevara no le gusta hablar de él como hijo del comandante Che Guevara. Sus recuerdos son como ''los tengo mezclados. Es una suerte de sueños y fantasías. Cuando salió de Cuba yo tenía tres años y cuando murió cinco". Ahora de 39, el abogado se rehusa, pues ''hay gente que no entiende que eso es una cosa personal y de mucho sentimiento. Es un personaje muy importante y se pueden prestar los comentarios a comparaciones tontas. No soy un mercenario. Tengo otras preocupaciones, tengo hijos; ya existe el hijo de Camilo", bromea y cuenta que el Che en sus diarios dice, cuando se entera de la muerte de su madre estando en Africa: ''Hay una reflexión que yo he seguido. El dice que a el no le gustaría que lo comparen con su padre, porque él es otra persona. Yo igual".

La sonrisa como regalo

Ernesto Che Guevara. Fotógrafo ofrece un recorrido por el mundo y es un testimonio de su trabajo posterior a la Revolución. No existen las fotos de la campaña guerrillera en Sierra Maestra ni de combates, pero hay un recorrido por el mundo. Es una crónica de la construcción luego del triunfo de la Revolución; hay bellos paisajes en las ruinas arqueológicas en México, hay una expedición del Che al Popocatépetl y sobre todo hay una reflexión personal sobre la imagen, la autoimagen y lo que representaría para un futuro esos iconos y tan lo sabía Ernesto Guevara que los preparó con diversión y seguramente angustia: sus autorretratos.

Camilo Guevara toma el libro catálogo de la exposición y lo hojea. A sus espaldas, como escenario, está el Zócalo de la ciudad de México. Se le pregunta cuál imagen es la que más le dice algo. ''Coño chico, pues hay varias, pero ésta mira, donde hay un niño sonriendo durante la construcción de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos en 1959... es especial, esa sonrisa es como un regalo" al fotógrafo y al trabajo. Más adelante hay otros retratos de niños, son un par de bebés, es Camilo y su hermana Aleida en 1962 y ahora el que sonríe es él. Pero de eso no quiere hablar, prefiere darle la voz al curador, quien recuerda lo difícil que fue convencer a la familia para hacer este trabajo y las satisfacciones que esto le ha creado, pues ''desde 1968 que leí los diarios del Che y supe de su pasión por la fotografía, me imaginé la importancia de su trabajo", concluye Josep Vicent Monzó, promotor de esta investigación financiada por la Generalitat Valenciana y el Centro de Estudios Che Guevara.

''Antes de comandante fui fotógrafo", dijo el Che en Sierra Maestra, cuando mandó arreglar una destartalada cámara en medio de la campaña militar más importante de su vida y esa sentencia, muchos años después, ahora se comprueba.

Ernesto Che Guevara fotógrafo se inaugura hoy.