Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 11 de diciembre de 2001
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Sociedad y Justicia
054n1soc

MARTES Ť 11 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť Magisterio sin capacitación, bibliotecas pobres y predominancia de la tv obstaculizan la labor

Desalentadora enseñanza del español; el alumno no lee ni escribe: expertos

Ť Tres reformas en la materia ayudaron poco a superar carencias heredadas del hogar, indican investigadores de la UPN Ť Comprensión de textos, talón de Aquiles: UNESCO

CLAUDIA HERRERA BELTRAN /II Y ULTIMA

La enseñanza del español en las primarias ha pasado por tres reformas en cuatro décadas y los resultados siguen siendo desalentadores. El modelo más reciente, que consiste en enseñar la lengua mediante actividades creativas y divertidas, se confrontó con maestros que por falta de capacitación se aferran a sus prácticas añejas, con bibliotecas escolares raquíticas y una sociedad que lee poco y que está inmersa en la cultura televisual.

Esta situación está provocando, según los expertos, que los esfuerzos de tres reformas educativas abonen poco en un país donde, de por sí, los niños ya tienen desventajas heredadas desde el hogar, como son los bajos niveles de escolaridad de sus padres, que escasamente pueden ayudarlos a resolver sus tareas, y la falta de libros en casa. La situación de los indígenas aún es peor, porque además deben adquirir una segunda lengua en centros educativos que han descuidado el bilingüismo.

Competencias débiles en habilidades verbales y escritas

La asignatura de español es actualmente la más importante en la primaria. En los primeros dos grados se le dedica casi la mitad del tiempo escolar, y de tercero a sexto grados representa 30 por ciento de las actividades. Además, desde hace ocho años, los planes y programas de estudio se transformaron y adoptaron el enfoque comunicativo que tiene el propósito de erradicar el "formalismo", haciendo que los alumnos aprendan la lengua hablando, escribiendo y leyendo.

Pero la importancia del español en el currículum contrasta con los resultados. De acuerdo con el diagnóstico más reciente de la SEP, la mitad de los estudiantes de primaria no ha alcanzado los objetivos de planes y programas de estudio de español, y cuando egresan, la mayoría presenta "competencias débiles" en razonamiento verbal. El talón de Aquiles de los estudiantes, de acuerdo con el estudio más reciente de UNESCO, es la dificultad para comprender lo que leen.

Estos datos se desprenden del primer Estudio Internacional Comparativo del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de Calidad de la Educación de la UNESCO, que evalúa a 12 países latinoamericanos y se publicó en 2000. De cinco tópicos que califica, los mexicanos obtienen un desempeño más bajo a la hora de distinguir entre emisor y destinatario de un texto, así comosecundaria_ninas_jtd identificar vocabulario relacionado con el sentido del texto.

Pero no todo son malas noticias, en este informe los niños mexicanos salen mejor librados cuando tienen que identificar tipos de textos y reconocer información específica. Además, obtienen un desempeño medio al momento de identificar el mensaje.

Los maestros también se quejan de que el problema más frecuente de sus alumnos es que no comprenden bien lo que leen. Los resultados de una encuesta aplicada por las investigadoras de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), Sara Sánchez e Irma Ramírez, refiere que en opinión de los profesores, los estudiantes tienen mayores dificultades para comprender, redactar y expresarse.

De la letra palmer al enfoque comunicativo

Desde la aparición de los primeros libros de texto gratuito, en 1959, el modelo de enseñanza del español ha cambiado radicalmente en México. Algunas de estas transformaciones se han quedado en el papel.

La lingüista Rebeca Barriga, investigadora del Colegio de México, lo documenta: "Las generaciones que aprendieron con los libros de la SEP en los tiempos de Jaime Torres Bodet se centraban en la gramática tradicional. Los libros del 59 fueron los guardianes de la gramática prescriptiva, sustentada en los principios de la Real Academia de la Lengua".

En aquellos años, añade la investigadora de la UPN, Elizabeth Rojas, la preocupación de los maestros era la lectura "bonita y rápida". Lo mismo sucedía con la escritura, "bonita y sin faltas de ortografía". De ahí que les enseñaran a escribir con antiguos tipos de letra, como la palmer y la manuscrita.

En la década de los setenta, cuando Víctor Bravo Ahuja era secretario de Educación Pública, se descubre que ese enfoque era demasiado formalista y se emprende una nueva reforma educativa que incorpora lo más moderno de las corrientes de pensamiento de la época, que era el estructuralismo y el conductismo.

La enseñanza de la lingüística tenía sus bondades, pero al paso de los años este enfoque fracasó. Los maestros no fueron preparados para enseñar con el nuevo modelo y terminaron sustituyendo la "terminología" de la gramática tradicional por la de la lingüística. Así, los niños en vez de disfrutar la lectura y la escritura estaban más interesados en distinguir entre un morfema y un gramema.

Tras 20 años de vigencia de ese modelo, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari encontró que los estudiantes tenían muchas deficiencias en su capacidad de expresión oral y escrita. Antes los maestros universitarios comenzaban a quejarse de que sus alumnos de licenciatura no comprendían lo que leían, que escribían con faltas de ortografía y que no se expresaban con claridad. Es cuando las universidades crean cursos remediales de lectura y redacción.

Con estas evidencias, el gobierno reformó la materia de español con la incorporación del enfoque comunicativo, que se basa en un principio elemental pero olvidado en el aula, que consiste en que el niño aprenda a usar la lengua como un instrumento de comunicación. En pocas palabras, que le perdiera el miedo y la disfrutara leyendo y creando sus propios textos.

Así, la lengua se liberó de sus amarres formales, pero sólo en los libros de texto, porque en el aula se enfrentó con otra realidad: "la política de las escuelas, cercadas entre la pobreza de recursos materiales y la actitud recelosa ante el cambio; el silencio de un niño no familiarizado con la expresión oral y temeroso de violar la correción por escrito, y la inercia del maestro ante el dinamismo que implican estas actividades", explica la investigadora Rebeca Barriga.

La inercia pesa en el salón de clases y el profesor se ve obligado a combinar el nuevo modelo con sus prácticas tradicionales. Los docentes de mayor edad inclusive desempolvan sus libros de 1959, porque se sienten más seguros con lo probado. También insisten en dejar las tareas típicas: copiar textos, hacer lecturas silenciosas y recitar.

Letra clara y sin faltas de ortografía

-Perdón, maestro -dice Carlos-, Ƒsobre qué tengo que hacer el cuento?

-ƑNo entendiste, Carlos? Te dije claro que sobre algún animal; y recuerda: quiero letra clara, sin faltas de ortografía, sin borrones, en una cuartilla, con los puntos y comas bien puestos, las mayúsculas con rojo y...

Diálogos como el anterior son comunes en los salones de clase. Aunque los profesores ya permiten que el niño redacte sus propios textos, le siguen poniendo "camisas de fuerza", como la extensión del escrito y el tamaño de los márgenes. Con este método, explica Rojas, es natural que persista el miedo del alumno a expresarse.

Sara Sánchez, coautora del libro El docente y la enseñanza del español y responsable de talleres de capacitación para maestros, dice que la queja fundamental de los maestros es que recibieron cursos de una o dos semanas que de poco les sirven para comprender el nuevo modelo. El problema va más allá, Sánchez detectó en su estudio que los mismos profesores tienen problemas para comprender la lectura y redactar.

La escuela también pone su granito de arena, explica la maestra Sánchez. Rincones de Lectura, el programa de promoción de la lectura más importante de la SEP, no tiene los resultados esperados, porque muchas veces los libros están encerrados bajo llave o en las vitrinas de la dirección. Las bibliotecas descuidadas y con acervos pobres, tampoco son visitadas por los alumnos.

Pero de esto no sólo es responsable la escuela. La investigadora Elizabeth Rojas explica que el entorno cultural de la mayoría de los niños no es propicio para que valoren su lengua: los padres son "lectores deficientes", no hay libros en casa y la televisión se ha convertido en el centro de la vida familiar, haciendo aún más difícil que el niño se acerque a la lectura.

Cuatro décadas de reformas educativas parecen demostrar que los pendientes en la enseñanza del español están en la capacitación del magisterio, en una mayor inversión en la escuela y en la promoción de la lectura, pero dirigida no sólo a los estudiantes sino también a los padres de familia.

De otra manera, no se entiende cómo esos niños se convertirán en adultos que valoren y aprendan de su lengua.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año

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