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Ť Continúan, sin tregua, los bombardeos
sobre la zona montañosa de Tora Bora
Niega el Pentágono ataque contra aviones de
EU; "eran disparos por el fin del Ramadán"
REUTERS, AFP Y DPA
Tora Bora, 18 de diciembre. El Pentágono
negó hoy que haya habido disparos de misiles contra dos aviones
militares estadunidenses, al desmentir reportes de un vocero de la marina
en Kandahar, y anunció que los bombardeos aéreos prosiguen
sin interrupción en la región motañosa de Tora Bora,
en el este de Afganistán.
"En realidad no resultaron ser misiles, sino disparos
de afganos en celebración por el fin del Ramadán", el mes
del ayuno de los musulmanes, sostuvo el Pentágono al rechazar que
se haya tratado de disparos con misiles Stinger tierra-aire, en
alusión a un reporte de la televisora CNN que citaba como fuente
a un vocero de los infantes de marina.
El vocero en cuestión de los marines, capitán
David Romley, había afirmado previamente que dos aviones militares
de transporte C-130 fueron atacados con misiles tierra-aire, pero
que lograron evadir el fuego enemigo en un suceso ocurrido la mañana
del martes en el sur del país, y no descartó que fueran misiles
Stinger.
El portavoz del Pentágono, Richard McGraw, se
encargó de desmentir lo ocurrido, a lo que se sumaron luego otros
voceros de la marina, al señalar que ciertamente los pilotos vieron
"luces o flashes" de distintas direcciones, y que en realidad no eran más
que disparos de bajo calibre o luces de bengala de afganos celebrando el
Ramadán.
Por lo demás, en momentos en que la aviación
proseguía los ataques sobre Tora Bora para acabar con los últimos
reductos de Al Qaeda, voceros militares estadunidenses admitieron carecer
de información precisa sobre el paradero de Osama Bin Laden y del
mullah Mohammad Omar, el que fuera el líder supremo talibán.
"Intento subrayar cuán poco sabemos sobre este
hombre. Debo decir que la mayoría de lo que vemos eran informaciones
de segunda mano", indicó el subsecretario de Defensa, Paul Wolfwitz,
y precisó que de momento sólo tienen 20 prisioneros de Al
Qaeda.
Soldados estadunidenses y británicos de fuerzas
especiales escudriñan en cuevas y túneles de Tora Bora en
busca de los últimos elementos de Al Qaeda, especialmente de Bin
Laden. Incluso revisan entre los cadáveres que han quedado sembrados,
pues no descartan que el líder islámico esté muerto.
El secretario de Estado, Colin Powell, declaró
que Estados Unidos desconoce si el multimillonario saudiárabe ?a
quien culpa de los atentados del 11 de septiembre? está aún
en Afganistán, o incluso si está vivo o muerto. Lo cierto,
dijo, es que no se tienen informes actualizados sobre su paradero.
Este día llegaron a Kandahar ocho agentes de la
FBI para interrogar a los prisioneros, especialmente los sospechosos de
pertenecer a Al Qaeda y que fueron llevados a esa ciudad desde una de las
prisiones de Mazar-e-Sharif, en el norte del país.
Por lo demás, militares estadunidenses aceptaron
que cientos de partidarios de Bin Laden se dieron a la fuga hacia la frontera
de Pakistán, cuyo número podría oscilar entre 500
y 2 mil luchadores de diferentes nacionalidades que dejaron Tora Bora.
Numerosos informes se manejan desde la captura de seis
combatientes árabes heridos en las montañas de Meelawa, en
Tora Bora, considerando otros presuntos 40 detenidos y en manos del nuevo
gobierno interino de Kabul, así como un centenar de fugitivos en
centros de detención paquistaníes que estarían bajo
interrogatorios de agentes de la CIA.
Los estadunidenses y paquistaníes han reforzado
la frontera para interceptar a los fugitivos, mientras que el enviado estadunidense
para Afganistán, James Dobbins, estimó que la Alianza del
Norte dejará de existir como tal en cuatro días, de cara
al nuevo gobierno interino.
Y mientras Wolfowitz reafirmó las amenazas contra
aquellos países que den albergue a Bin Laden, el secretario de Defensa
estadunidense, Donald Rumsfeld, declaró en Bruselas ante los ministros
de la OTAN que Al Qaeda seguía siendo una amenaza y advirtió
que Londres, París, Berlín y otras ciudades podrían
ser blancos de ataques como los ocurridos en Washington y Nueva York.
En otro ámbito, los dirigentes afganos aceptaron
en principio una fuerza internacional de paz de 5 mil efectivos en el país,
en torno a lo cual numeros países europeos se apresuraron a anunciar
su disposición de enviar tropas si se les requiere.
Entre esos países Gran Bretaña se dijo listo
para enviar a mil 500 soldados antes del próximo sábado,
cuando habrá de asumir el gobierno interino de Hamid Karzai, quien
está en Roma para entrevistarse con el ex rey afgano Zahir Shah
y donde pidió a las facciones rivales unirse bajo un mismo Ministerio
de Defensa.
Sin embargo, en momentos en que el Consejo de Seguridad
no se ponía de acuerdo en Nueva York sobre el despliegue de la fuerza
multinacional, se desató un diferendo porque Gran Bretaña
anunció que se aprestaba a adelantar un contingente de 200 efectivos
de la Marina Real, lo que ahondó ciertos diferendos que ya había
entre europeos y estadunidenses, de acuerdo con The Independent.
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