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Los 70: a la caza de los "comunistas"
Sedena ordenó en septiembre de 1971 investigar
a Ricardo Klimeck, profesor de la Universidad de Guerrero, en favor de
"la tranquilidad del Estado"
PATRICIA MUÑOZ
El papel amarillento, parcialmente roto, evidencia el
paso del tiempo. Se trata del oficio 005626, expedido en septiembre de
1971 por la 18 Zona Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional
(Sedena), cuya orilla superior izquierda ostenta el sello de "confidencial"
y que en su segundo párrafo ordena a una autoridad civil --el presidente
municipal de San Salvador, Hidalgo-- se investigue por la "tranquilidad
del Estado" a un profesor universitario de "ideología comunista".
El documento permaneció oculto entre las hojas de un libro durante
30 años, y el lunes pasado fue entregado a La Jornada.
Eran los tiempos calientes de la guerra fría,
estaba fresco en la memoria el movimiento de 1968 y, más aún,
la represión del grupo paramilitar de Los Halcones contra una manifestación
pacífica, apenas el 10 de junio anterior.
El autoritarismo gubernamental más recalcitrante
asomaba su rostro y ya se perfilaba lo que posteriormente se conocería
como la guerra sucia de los setenta. La oleada represiva había
ocasionado que muchos luchadores sociales pasaran a la clandestinidad para
organizarse en la lucha armada, que entonces veían como la única
opción ante la cerrazón política del Estado mexicano.
Por ello, el profesor Ricardo Klimeck Gama ?a quien señalaba
el oficio de la Sedena, a pesar de no pertener al Partido Comunista ni
militar en las organizaciones armadas? supo que debía pactar con
el destino para mantenerse vivo.
De acuerdo con el documento hecho llegar a este diario,
ese año la Sección Segunda de la Sedena --encargada de labores
de inteligencia del Ejército-- intensificaba sus operaciones de
infiltración y espionaje para detectar las actividades de aquellos
considerados opositores radicales al gobierno de Luis Echeverría.
Y ese trabajo se justificaba al decir que era "en beneficio de la tranquilidad
del Estado y por consiguiente del País, evitando con ello que gente
extraña se infiltre dentro de los sectores de la población".
Una vida marcada
Esta es la reconstrucción de la historia ?a partir
del oficio de la Sedena? de Ricardo Klimeck Gama, profesor de la Universidad
Autónoma de Guerrero, calificado, como muchos otros en aquellos
años, de "agitador", y cuyo único "delito" fue dar clases
en ese periodo convulsivo, en ese estado especialmente conflictivo, intentar
organizar a productores pecuarios y ser amigo de personas con ideas diametralmente
opuestas a las del gobierno, como el profesor Genaro Vázquez Rojas.
Ese documento es uno más de los muchos que giró
el Estado Mayor Presidencial de entonces, y que el azar quiso que quedara
atrapado durante años entre las páginas de un volumen, hasta
que las vueltas de la vida permitieron que en una librería de viejo
alguien lo comprara y al abrirlo encontrara el oficio, y tras pensarlo,
decidió, la tarde del lunes pasado, entregarlo a La Jornada,
ya que este diario ha publicado "información en torno a la guerra
sucia".
El oficio fechado en Pachuca, el 3 de septiembre de 1971,
ostenta la firma del general brigadier diplomado del Estado Mayor Luis
Orozco Valdivia, y está dirigido al presidente municipal de San
Salvador, Hidalgo, a quien "se solicita su cooperación en la localización
del individuo que se indica" en los siguientes términos:
"La Secretaría de la Defensa Nacional, Estado Mayor,
Sección Segunda, en Sup. Rad.37800 de 26 Agosto Ppdo., dice al C.
Cmte. de la 1/a. Z.M., con copia para esta comandancia, lo siguiente:
"Merecerle ordenar localícese ingeniero Ricardo
Klimeck Gama, ex-funcionario Universidad Guerrero, de ideología
comunista, deberán vigilarse sus actividades e informar a este organismo
sobre particular...
"El mismo organismo en Sup. Rad., 38493 de fecha 30 de
Agosto Ppdo., dice al C. Cmte. 1/a. Z.M., con copia para esta comandancia
lo siguiente:
"...Relación mi radiograma 37800 de 26 actual,
ingeniero Klimeck es director de Pesca en Acapulco, Gro., y dirigente Central
Campesina Independiente facción comunista, últimamente ha
dedicádose agitar campesinos estado Colima, merecerele vigilar sus
actividades caso preséntese su jurisdicción, informando esta
Secretaría...
"Lo que transcribo a usted para su conocimiento, esperando
su completa cooperación en la localización dentro de su Municipio
del individuo de referencia, en beneficio de la tranquilidad del Estado
y por consiguiente del país, evitando con ello que gente extraña
se infiltre dentro de los sectores de la población, rogándole
informar de inmediato sobre el particular."
A tres décadas de que se expidió ese oficio,
varios militares en funciones, a petición de este diario, ubicaron
al general Luis Orozco como subjefe del Estado Mayor de la Defensa en Zacatecas
y parte activa en tareas de "inteligencia" de la dependencia conocida oficialmente
como la "Sección Segunda". Recordaron que, a su retiro, el militar
se fue a vivir a Pachuca, donde murió.
La otra parte de la historia se encontró en la
Universidad del Mar, en Puerto Escondido, Oaxaca, donde el profesor Klimeck
Gama vive actualmente.
El recuerda así esa parte de su vida:
"Me tuve que ir al exilio de 1971 a 1975, durante la época
más espinosa de la guerrilla, cuando se persiguió a todos
los fundadores de la Universidad Autónoma de Guerrero, o que participaban
en cualquier actividad social en ese estado. A mucha gente no le quedó
otra que pasar a la clandestinidad, incluso varios alumnos míos
optaron por esa vía de lucha ante la persecución del Estado.
En ese tiempo operaba en Guerrero la Brigada Blanca, comandada por el general
(Mario Arturo) Acosta Chaparro, y aun cuando uno no estuviera identificado
con grupos que ellos consideraban subversivos, sí te tenían
en la mira y no te quedaba más que esconderte, exiliarte o darte
por muerto."
Se sorprendió al conocer el oficio "confidencial"
en el que se le involucra, aun cuando han pasado 30 años, y es que
no estaba enterado de que había una orden oficial de vigilarlo y
reportar sobre sus movimientos. Sin embargo, en 1971 "alguien" lo llamó
y le dijo que lo mejor para él era desaparecer. Fue entonces cuando
decidió irse a Inglaterra.
En ese tiempo, rememora, "se quería organizar un
partido socialista y alentar la lucha armada, esa era la idea que tenía
la oposición de entonces, y el gobierno respondió mandando
30 mil efectivos del Ejército a la zona. Así fue como de
un día para otro aparecí en Europa, creo que eso me permitió
sobrevivir", dice con voz clara y enérgica, que no parece la de
un hombre de 70 años.
Dice que nunca se dio cuenta de que era vigilado, pero
sabía que a todos los profesores los implicaban con la lucha guerrillera.
"Nunca fui dirigente de la Central Campesina Independiente, no hice trabajo
político con el Partido Comunista ni movilizaciones en Colima, tampoco
estuve o trabajé en Pachuca: lo único que hice, además
de dar cátedra, fue apoyar la organización de cooperativas
pesqueras. La verdad, los informantes del gobierno fueron muy torpes, muy
malos, estaban errados, veían fantasmas comunistas y esa información
falsa la hacían oficial, ¡imagínese!, podían
perseguir, encarcelar y hasta matar a alguien a partir de esa información
equivocada."
Klimeck Gama es actualmente profesor e investigador de
la Universidad del Mar, en Puerto Escondido, Oaxaca, luego de que a su
regreso intentó seguir impartiendo clases en la Universidad Autónoma
de Guerrero, pero no lo dejaron. Ingresó al Instituto de Ciencias
del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma
de México, donde estuvo hasta 1978; en el 79 trabajó en la
Secretaría de Pesca, concretamente en la Procuraduría de
Protección Ecológica, donde estuvo poco tiempo, y posteriormente
decidió volver a la vida académica.
Ni polvos ni lodos
La persecución no es polvo de otros lodos, dice,
y añade que aunque hayan transcurrido 30 años, todavía
los tiempos son peligrosos para la gente que defiende las causas populares.
"El caso de Digna Ochoa es prueba irrefutable de esto."
Quienes están en el gobierno siguen imaginando
"conspiraciones" en toda lucha social, lo mismo hace 30 años que
ahora. Es lo mismo, sólo que hoy esto se disfraza de apertura, pero
no han cesado castigo y represión. "Sí, tengo miedo, pero
no por mí, sino por quienes ahora luchan. Todo sigue igual, no sabemos
qué oficio se esté mecanografiando en este momento y contra
quién esté dirigido."
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