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Ť El proyecto presentado por el justicialismo
enrarece de nuevo la situación argentina
Impiden diferencias peronistas que Rodríguez
Saá asuma el poder
Ť Inquietud y enojo en barrios y calles de Buenos Aires
por el canibalismo de los partidos políticos Ť Al plantear reformas
al código electoral, los legisladores postergaron la designación
de autoridades
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 22 de diciembre. El proyecto presentado
por el Partido Justicialista esta noche ante la Asamblea Legislativa trabó
y enrareció nuevamente la situación política ar-gentina,
plan que no sólo contemplaba ya la designación de un mandatario
provisional ?en este caso el gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez
Saá? para llamar a elecciones presidenciales en 60 días y
designar a quien habrá de completar el interrumpido mandato de Fernando
de la Rúa, sino también para realizar modificaciones electorales
y otros elementos que iban más allá de los alcances congresionales.
Cuando ya varios partidos políticos habían
aceptado la designación del gobernador de San Luis, los añadidos
del proyecto hicieron retroceder la situación y terminaron impidiendo
que Rodríguez Saá asumiera esta noche la presidencia y anunciara
diversas medidas ya esperadas ansiosamente por la población.
El proyecto, presentado casi co-mo un tema ya acabado,
causó fuertes diferencias porque las mo-dificaciones propuestas
sólo estaban en función de dirimir las pugnas internas del
Partido Justicialista debido a que varios de sus dirigentes aspiran a la
presidencia en el año 2003.
El canibalismo político reinante en los partidos,
rechazado masivamente por el pueblazo del pasado 19 de diciembre,
pareció olvidar muy rápidamente la magnitud del reclamo social
expresado, en mo-mentos en que son veladas las casi 30 víctimas
de los graves sucesos que sacudieron al país en los últimos
días.
La gente volvió a expresarse en las calles, o en
corrillos en los ba-rrios, traduciendo su escepticismo ante los lamentables
debates ?con sólo algunas brillantes y casi de-sesperadas exposiciones?
que se produjeron en la Asamblea.
Rebatiña política
El
justicialismo había comenzado bien, pero en pocas horas empezó
a expresarse públicamente el nivel de las diferencias internas de
ese movimiento político, y pareció equivocar el camino al
tratar de elegir un presidente por el término de 60 días
en forma provisional y llamar a elecciones para designar a otro mandatario
que gobernará hasta el 2003.
Pero esto se propuso fundamentalmente al plantear reformas
al código electoral o imponer cambios como la ley de lemas, todos
intentos de servir a sus propios in-tereses en momentos de emergencia,
cuando el país se encuentra virtualmente paralizado.
Estas horas están además matizadas por nuevos
despidos masivos ante la situación económica y cuando las
ventas en general han caído en 70 por ciento.
El feriado bancario traba aún más el uso
de circulante y, además, se caen los sistemas, lo que impide a mucha
gente utilizar las tarjetas de crédito y débito.
Parece un país que sale de una guerra y apenas
se ha tomado una primera medida lógica, enviar di-nero urgentemente
para paliar al menos temporalmente la tragedia social y el hambre que azota
a mi-llones de argentinos.
Así las cosas, la crisis social, política
y económica puede volver a estallar ya que la gente que protagonizó
el pueblazo está manifestando su cansancio y su indignación
ante la pobreza del debate político en estas circunstancias.
Este mañana el presidente del gobierno español,
José María Az-nar, fue el primero en comunicarse con Rodríguez
Saá, quien todavía no ha sido designado por la Asamblea Legislativa
para el principal cargo del país, aunque el Partido Justicialista
posee la ma-yor cantidad de los congresistas y es inminente en las próximas
ho-ras su nombramiento oficial.
Las diferencias entre los asambleístas, que eran
fáciles de solucionar, estaban relacionadas sólo con las
posiciones de los que estimaban que era imposible un proceso electoral
en las actuales condiciones y que el nuevo mandatario debía gobernar
hasta 2003, y con un gobierno de unidad nacional para legitimar todavía
más su mandato constitucional.
Cuando los congresistas llegaron a la sala se encontraron
de hecho con que estaban rodeados por la barra (porra) peronista que festejaba
el retorno de su partido al po-der, cuyos miembros cantaban la tradicional
Marcha peronista, lo que no pareció una acción muy
apropiada si se tiene en cuenta el duelo que existe en el país y
la gravedad de la situación política.
Después de la pueblada que pu-so contra
las cuerdas a Fernando de la Rúa obligándolo a renunciar
a la presidencia, se esperaba un cuidadoso retorno de los políticos,
en medio de la tragedia.
Aún está latente el estallido so-cial, producto
de la miseria que en los últimos tiempos afecta a casi 70 por ciento
de los argentinos, y también, en cierta parte, impulsado desde oscuras
cuevas políticas y económicas, que aprovecharon esta realidad,
como se está denunciando insistentemente.
Esta tarde grupos de manifestantes se reunieron alrededor
del Congreso para saber lo que hacían los legisladores, muchos de
los cuales están fuertemente desprestigiados por sus actos corruptos.
En todo caso la decisión debe ser rápida
ya que Rodríguez Saá deberá asumir de inmediato la
responsabilidad no sólo de restituir el orden sino de anunciar medidas
como las que hoy estaban en el aire: reconocer el default y restructurar
la deuda externa, impulsar una inmediata reactivación con nuevos
empleos, restructuración del gasto y mayor austeridad, mantener
la convertibilidad, reactivar la circulación del dinero y el mercado
interno, entre otros.
Sin embargo, el gobernador justicialista de La Pampa,
Rubén Ma-rín, declaró esta tarde que "el default
es un hecho", pese a que Saá aseguró que esta medida debía
esperar a que los nuevos funcionarios del Ministerio de Economía
viajen a Estados Unidos.
Cuenta regresiva
Ayer en las mañana, en pocos mi-nutos, el pleno
de senadores y di-putados aceptó la dimisión de De la Rúa
y dejó en funciones como presidente provisional al titular del Senado,
el peronista Ramón Puerta, por sólo dos días.
Las horas corren y hacen falta acciones rápidas.
La Unión Cívica Radical había anticipado que vo-taría
por la designación de Rodríguez Saá, pero que rechazaría
las elecciones porque considera que se debería completar el mandato
hasta diciembre de 2003.
"Hubiéramos elegido (en la se-sión de la
Asamblea Legislativa) a un presidente que cumpliera un mandato de dos años,
con el apo-yo de todos los partidos (...) Me parece que esto contribuía
más a serenar los ánimos, y daba más certezas", dijo
el diputado radical Leopoldo Moreau.
Consideró que de otra manera se prorroga la incertidumbre
y esto "abre camino a una disputa política que lejos de acallar
las protestas sociales puede incentivarlas".
Por su parte, la diputada Elisa Carrió, dirigente
de la tercera fuerza política, ARI, exigió llamar a elecciones,
ya que "el pueblo debe elegir a una persona con suficiente legitimidad
para que pueda realizar reformas institucionales".
La ley de lemas que el Partido Justicialista quiere imponer
permite que una sola organización política pueda presentar
varios candidatos para un mismo cargo.
En primera instancia se consideran los votos por partido
y dentro de la agrupación con más votos se consagra ganador
al sublema con mayor cantidad de sufragios.
Toda esta ingeniería política fue dispuesta
para evitar disputas dentro del peronismo. Pero es demasiado para esta
circunstancia.
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