04an1cul
EL ECO Y LA SOMBRA
Ricardo Yáñez
Nonada
UN DIA DESCUBRI que gustándome el cine como
se suponía me gustaba, no me gustaba tanto. Pasó un tiempo,
no mucho, y la inquietud no me dejaba. Hasta que descubrí: no están
ahí. No hay nadie. Desde entonces me gusta mucho menos el cine.
O quizá es más malo, o yo soy menos joven, o pasan cada cosa,
en fin. Y ahi me tienen haciendo esfuerzos por ver que tal película,
que tal otra, y nada, por lo general nada. Historias que por bien contadas
que estén, ahora las historias mismas, no están ahí.
CAMBIO, PARA VOLVER, de tema. En Jalapa, Veracruz
(ya sé que hay la costumbre de escribirla con equis, pero a mí
se me acostumbró de esta otra manera), hace añísimos
alguien me invitó a tomarme unas copas, en el Araucarias, con Julio
Cortázar. Tenía yo mucho trabajo en Radio Universidad, me
encargaba de las noticias, y tardé tanto que cuando llegué
Cortázar ya se había ido a dormir. Me eché de todos
modos unos vodkas, para consolarme.
AL DIA SIGUIENTE, creo que fue al día siguiente,
don Julio daba una conferencia, sobre -qué querían, eran
entiendo los setentas- el compromiso del escritor. Empezó disculpándose
(sacaba a la vez unas cuartillas del interior del saco y diré, eso
no puedo asegurarlo, que se ponía los lentes) por leer, pero, explicó,
si uno es escritor es escritor por algo, yo no sé improvisar, tengo
que leer.
A MEDIA CONFERENCIA ?el auditorio, grande, lleno?
me sorprendí de algo: Está leyendo, dije para mí,
lo que quiere decir que leyendo uno lo oía como si no leyera, como
si nada más hablara.
AHORA SE VERA por qué me fui por ese recoveco:
cuando una película me impide darme cuenta de que no están
allí, cuando a pesar de todos los distanciamientos posibles (yo
no sé de técnicas pero) siento la realidad de los personajes,
de los paisajes, de los conflictos, cuando no veo que me quieren tomar
el pelo sino comunicarme algo, cuando algo, nunca se sabe qué, me
es comunicado, experimento que estoy ante el fenómeno cinematográfico.
ESO PUEDE PASAR por ratos, en una escena, con eso
basta.
PERO LA MAYORIA de las veces me ocurre distinguir
perfectamente, ya sabemos que este adverbio se usa muy imperfectamente,
entre lo que me quieren contar y lo que vivo. Cuando sospecho que me quieren
hacer creer algo, en algo -y eso que de brechtiano no tengo mucho, me da
más por Stanislavsky-, me decepciono. Bueno, tampoco hoy, me digo,
y sabia o absurdamente me resigno. Y ese bueno tampoco hoy resulta demasiado
frecuentado.
NO SOY CRITICO de cine, para fortuna mía
y de muchos más. Pero algo sé de arte (hablo de arte, mas
no de cine de arte, sino de cine, nada más), algo de cuando un lenguaje
tiene, trasmite realidad, sentido de realidad, sentido de la realidad,
realidad con sentido. Sentir lo real a través de alguien, alguno,
alguna, que lo real sintió y lo puso realmente en un lenguaje determinado,
es, considero, parte de mi trabajo.
Y O YO busco donde no, cosa no dificultosa de creer,
o no abundan en cartel ejemplos al respecto.
|