20an1esp
ANDANZAS
Danza y educación
Colombia Moya
SI BIEN EN el siglo XIX los maestros o profesores
eran considerados socialmente individuos de segunda clase, situación
que se arrastró aún en muchos sentidos en el siglo XX -o
sea, hace algunos meses-, es difícil suponer, a pesar de algunos
premios y celebridades, que la situación de los maestros, incluyendo
los de danza, cambie para bien de la noche a la mañana. Investigadores
y maestros, a pesar de las prestaciones conquistadas, vienen conformando,
junto a campesinos, obreros y estudiantes, las filas de quienes reclaman
por grandes necesidades y carencias.
LOS MAESTROS Y maestras, en quienes depositamos
la confianza para la educación de nuestros hijos, no tienen con
qué defenderse del maltrato de la sociedad más que con su
enorme vocación, y un corazón no menos grande y generoso,
amén de que muchos están en el magisterio porque no encontraron
otra chamba, o porque "es una carrera para gentes modestas" (dejamos de
lado al profesor Hank González y a los de talento similar). Así,
son estas personas a quienes entregamos nuestros hijos para que los instruyan
en la educación formal e institucionalizada, dotándolos de
este modo de importantes armas para la lucha por la vida y por un lugar
en la sociedad. Afortunadamente, el idealismo y la esperanza cunden; sonparte
esencial de quienes luchan y creen que la humanidad merece mejor destino,
que, bien inculcado desde el ABC, con ayuda de la familia, puede florecer
de manera espléndida.
DESGRACIADAMENTE EL TACHE, con su equis de martirio,
amenaza constantemente, según nos enseña la historia, recortes,
desempleo y más, muchas más carencias. Como si alguien dijera:
a estos, para qué más, así están bien... para
qué quieres que la gente aprenda, mientras más saben, más
lata dan... los maestros así están bien... que enseñen
lo que puedan, qué diablos, ya mandaremos a nuestros niños
a Estados Unidos o a Alemania, no podemos echarle leña al fuego...
y largas caravanas de maestros desde remotas tierras del país, insolados
y harapientos, claman a las puertas de nuestras instituciones un poco de
justicia, de equidad... etcétera.
Y SEGUIMOS FABRICANDO gente para empleos medianos,
técnicos limitados, ya que los buenos los traen y manejan las empresas
extranjeras y no dan más de lo imprescindible a pesar de los convenios;
por eso seguimos comprando todo, casi todo afuera, hasta que llegue un
día en que nos venderán nuestra agua o nuestro aire enrarecidos
por motores de "su" industria, y así es como a la vuelta de los
años, apretados como hormigas, echando una mirada al pasado y al
"hubiéramos", nos damos cuenta de que si hubiéramos atendido
mejor nuestra educación no estaríamos tan frágiles
ni vulnerables, al capricho de los acontecimientos, sin verdadera defensa
y con tantas canijas necesidades.
POR FORTUNA, TALENTO y genialidad no faltan en
esta tierra, que es también de Dios; hay condiciones y talentos
excepcionales, la mayoría de los cuales trabajan en el extranjero
pues allá les pagan lo que merecen, "acá semos probes", y
en la danza no son pocas las personalidades que se instalaron en otros
países antes que perecer en el estrecho círculo de colegas
del medio.
ES POR ESO que antes que repetir una educación
viciada, es importante una profunda investigación donde la creatividad
y las nuevas ideas rebatan los vicios del miedo a perder la chamba y hacer
lo que se ordena se haga, como una larga lista de libros, bastantes de
ellos hechos con la mitología, prima hermana de la mitomanía
y el autohalago entre amigos. La educación en la danza, 90 por ciento
dedicada al entrenamiento corporal, difícilmente hasta el presente
puede proporcionar a los egresados de la carrera herramientas para una
supervivencia digna, en el engranaje de servicios y oportunidades que la
sociedad ofrece a quienes dedicaron su juventud a la danza. Actualmente,
en la hora de la cultura, según parece, ojalá se dé
una revisada a la cantidad increíble de "investigadores" de danza
cobijados en el manto de Conaculta con sus becas y sueldos y lo que han
dado a cambio. No es posible que en más de diez años no hayan
publicado ningún trabajo muchas personas. Ya basta de "historia",
donde todos los cuates se acomodan, hablemos ahora de la educación
en la danza, de las necesidades de la población, del significado
y función de la danza en el laboratorio, el campus de investigación,
su reflejo y utilidad en la sociedad y en el arte, o en ambos, indistintamente.
El Centro de Investigación de la Danza, ya lo dijeron hace varios
años, es un centro de adultos mayores retirados, de periodistas
amigos o premio a la meritocracia, que no tiene para cuándo publicar
algún aporte interesante a la danza en sus múltiples facetas,
a menos que una varita mágica le dé el talento propositivo.
Desde mi punto de vista, pocos nombres se salvan con su trabajo y prestigio,
con su visión de la vida y la danza en la cultura, de esta melaza
increíble de complicidades viciadas, como Maya Ramos, por lo que
a su heredera, Patricia Cardona, le espera una ardua labor que esperamos
logre como es de desearse. Así pues, le deseamos suerte y le pedimos
honestidad, pues tiene con qué.
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