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Ť Está en riesgo la seguridad alimentaria,
advierten ambientalistas y campesinos
Presentan organizaciones demanda ante la Profepa por
presencia de maíz transgénico
Ť Se espera que para enero la Cibiogem establecerá
medidas para controlar la siembra del producto
ANGELICA ENCISO/I
En México el maíz ha sido "contaminado"
con organismos modificados genéticamente, lo cual constituye una
amenaza para la seguridad alimentaria, advierten organizaciones campesinas
y ambientalistas en la denuncia popular que presentaron ante la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente (Profepa), por la presencia del
grano transgénico en cultivos de la sierra Juárez de Oaxaca
y del sur de Puebla.
El maíz transgénico no se cultiva comercialmente
en México porque en 1998 se cancelaron los permisos para investigar
y sembrar; sin embargo, entra al país mediante importaciones provenientes
de Estados Unidos. Se trata de un producto biotecnológico al que
se le insertó el gen BT (bacillus thuringiensis) para hacerlo
resistente al gusano barrenador y es comercializado por las trasnacionales
Syngenta, Monsanto y Aventis. Este producto es el que, se presume, se propagó
en las siembras de maíz.
El hecho fue dado a conocer por el mismo director de la
Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente
Modificados (Cibiogem), Fernando Ortiz Monasterio, el pasado 4 de septiembre,
cuando en una reunión de trabajo informó que maíces
criollos mexicanos habían sido "contaminados" en distintas comunidades
de Oaxaca.
Esta situación se presentó luego de que
hace tres años Greenpeace y organizaciones campesinas alertaron
a las autoridades sobre la presencia del grano modificado genéticamente
en las importaciones provenientes de Estados Unidos. México importa
al año alrededor de 6 millones de toneladas de maíz y la
tercera parte serían transgénicos; de los 32 millones de
hectáreas que ese país cultiva, ocho son de ese producto.
El Instituto Nacional de Ecología (INE), organismo
desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales,
confirmó el 11 de septiembre que en cultivos analizados en la sierra
de Oaxaca se encontró la presencia de transgenes en porcentajes
que oscilan entre 3 y 10 por ciento. Los estudios los realizó el
organismo a principios de año, después de que Ignacio Chapela,
especialista de la Universidad de Berkeley, dio a conocer análisis
similares.
Sin embargo, aún no hay medidas precisas para evitar
que continúe la propagación de transgénicos. Para
enero se esperan los resultados de los más recientes estudios, después
de lo cual la Cibiogem tomará medidas. A partir de enero le corresponderá
la presidencia rotativa a Víctor Lichtinger, secretario de Medio
Ambiente.
Situación preocupante
Aunque no se ha comprobado que los organismos genéticamente
modificados ocasionen daños a la salud y al medio ambiente, por
razones éticas y porque México es el lugar de origen del
maíz es preocupante la presencia del transgénico en cultivos
de la sierra Juárez de Oaxaca; por ello se debe cultivar sólo
el maíz tradicional, sostiene el presidente del INE, Exequiel Ezcurra,
quien afirma en entrevista que hasta ahora la única medida que se
ha instrumentado es informar a los agricultores de la zona afectada del
problema y pedirles que el grano que utilizan para consumo humano no lo
usen como semilla.
México es el lugar de origen del grano; aquí
se han detectado por lo menos 48 razas, de las cuales se derivan miles
de variedades en 9 millones de hectáreas.
El hecho de que nuestro país haya ratificado la
Convención de Diversidad Biológica obliga a asumir compromisos
de conservación y protección. "Los maíces mexicanos
son los fundadores de la mayor parte de las líneas cultivadas en
todo el mundo, y tienen una importancia estratégica fundamental.
Es el origen de una cultura agrícola y los convenios internacionales
?aunque no son forzosos? plantean que tengamos nuestras líneas de
cultivo tradicional libres de transgénicos", agrega Ezcurra.
El funcionario defiende los estudios que el INE encargó
al Centro de Estudios Avanzados del IPN de Irapuato (Cinvestav), y añade
que ahora se hacen otros en el Laboratorio de Biología Molecular
y Evolutiva del Instituto de Ecología de la UNAM. Precisó
que el fenómeno encontrado es la "introgresión", que significa
la entrada de un gen foráneo a una especie que no lo posee.
"Los transgenes que están en Oaxaca no llegaron
ahí porque alguien los metió a propósito. Esto sugiere
que el polen viaja más de lo que se espera, y esto nos obliga a
tomar medidas para mantener nuestros cultivos tradicionales libres de introgresión
transgénica", explica Ezcurra.
Considera que para prevenir el problema lo más
fácil es generar mecanismos en las mismas comunidades, con la finalidad
de crear conciencia entre lo que es el grano para consumo y el que se utiliza
como semilla. "Si entienden esa diferencia, fácilmente pueden asegurarse
de no sembrar maíz transgénico."
Y agrega: "Lo preocupante es que haya pánico generalizado
en las comunidades y que la gente empiece a quemar sus milpas porque son
transgénicas. Nos preguntan si tienen que dejar de sembrar su maíz,
y yo les digo que no porque las líneas del grano de ellos son únicas.
En algunos casos se han sembrado por miles de años y es un patrimonio
increíble".
Además, indica, en las plantas que tienen transgénicos
también está toda la secuencia genética tradicional
de los maíces mexicanos. "Lo que deben hacer en las comunidades
es seguir sembrando sus maíces y evitar cultivar cerca de sus milpas
grano para consumo. A corto plazo no hay más receta que ésta.
Más adelante veremos con la Cibiogem qué más se puede
hacer."
Sostiene que el problema "aparentemente no es serio, pero
es una cuestión de principios. No enfrentamos una catástrofe
ambiental".
En la denuncia presentada el 11 de diciembre, Greenpeace,
la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras, el Centro
de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano, la Unión Nacional
de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas y el Grupo de
Estudios Ambientales argumentan que las variedades cultivadas durante miles
de años por indígenas y campesinos han sido contaminadas
como resultado de las importaciones masivas del grano.
"México no sólo tiene la responsabilidad
ética e histórica de velar por este grano tan importante
en nuestra cultura y la alimentación mundial, sino también
un compromiso y responsabilidad con la comunidad internacional para proteger
los recursos genéticos de esta especie", indica el documento.
Sin embargo, sobre el caso existe otra posición
opuesta: la de los científicos y las trasnacionales que los producen.
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