Ť El presidente cubano respalda la suspensión de pagos decretada por Rodríguez Saá

Llama Castro a apoyar al gobierno de Argentina

Ť La caída de De la Rúa terminó también con el conflicto diplomático entre ambos países

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 25 de diciembre. La rebelión que tiró al presidente Fernando de la Rúa también cerró un conflicto diplomático entre Cuba y Argentina, que ambos gobiernos arrastraron durante casi un año, salpicado con los más hirientes calificativos. Fidel Castro acaba de tender la mano al mandatario argentino, Adolfo Rodríguez Saá, con un mensaje cortés y amistoso, en el que le desea éxito, le ofrece solidaridad y apoya la decisión del peronista de suspender el pago de la deuda.

El contenido y el tono del mensaje, difundido aquí el martes, vaticinan una virtual reconciliación entre La Habana y Buenos Aires y contrastan radicalmente con los dardos envenenados que Castro lanzó durante meses a De la Rúa, a quien llamó reiteradamente "lamebotas yanqui", en un choque bilateral que se abrió en febrero pasado, por el voto de Argentina en favor de una condena de Naciones Unidas a Cuba por la situación de los derechos humanos en la isla.

Castro, que en los meses recientes tomó el caso argentino como ejemplo de modelo fracasado y llamó a los integrantes del gabinete de De la Rúa "neoliberales químicamente puros", de pronto quedó situado en posiciones coincidentes con Rodríguez Saá, cabeza visible de la oposición al depuesto gobierno radical.

"Me complace hacerle llegar, en nombre del pueblo y gobierno cubanos, sinceras felicitaciones y deseos de éxito", dijo Fidel Castro a Rodríguez Saá. Sólo dos semanas antes, en un discurso público, el líder cubano había reseñado en extenso la crisis argentina, en medio de sarcasmos sobre el liderazgo de De la Rúa.

En su mensaje, el mandatario cubano también convocó tácitamente a los gobiernos de la región a cobijar al jefe de la Casa Rosada: "El desafío que usted y su gobierno han asumido merece el respaldo decidido de los pueblos y gobiernos de América Latina y el Caribe, y del mundo.

"Al reiterarle nuestra solidaridad, expresamos también el apoyo al programa de medidas anunciado por su gobierno, que busca superar la actual situación de crisis con acciones tales como la de invertir en lo inmediato los onerosos e insoportables gastos que una colosal deuda externa imponen al pueblo argentino en la promoción de programas sociales y en la reconstrucción económica del país", añadió el mandatario cubano.

Aunque De la Rúa ganó las elecciones de 1999 al frente de una coalición de centro-izquierda, contra la gestión de una década del peronista Carlos Menem, respecto a Cuba mantuvo la misma línea de crítica a la situación interna de la isla. Esa postura era objetada por sectores de la Alianza, el original bloque de gobierno en Buenos Aires, como los del líder histórico del radicalismo, Raúl Alfonsín, y del ex vicepresidente Fernando Chacho Alvarez, y hasta el embajador argentino en La Habana, Oscar Torres Avalos, quienes estaban en favor de abstenerse en la votación anual de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la ONU.

El choque estalló en febrero pasado, cuando Castro llamó "lamebotas yanqui" a De la Rúa. Sin plantearlo explícitamente, el mandatario cubano sugirió entonces que el voto argentino en la CDH, contrario a La Habana en 2000 y 2001, estaba condicionado por la ayuda económica de Washington a Buenos Aires.

Argentina llamó a consultas indefinidamente a Torres Avalos, Cuba ratificó por vía diplomática las declaraciones de Castro y las cancillerías intercambiaron notas y declaraciones virulentas. El conflicto escaló en abril, tras la sesión de la CDH en Ginebra. Castro dijo que el gobierno argentino estaba integrado por "un montón de hipócritas, pigmeos y cucarachas". Argentina suspendió la discusión de un acuerdo arancelario y la renegociación de la deuda cubana, de unos mil 500 millones de dólares.

En octubre pasado, Castro dijo a un grupo de periodistas argentinos: "tienen acumulada toda la dinamita y, sobre todo, una situación insoluble... Apenas hay que tener en cuenta que buscaron algunos paliativos para retrasar el estallido, pero cada remedio que aportan agrava y agrava la situación... Yo no sé si ustedes saben que no tienen ninguna independencia, Ƒse han enterado? Ya han perdido toda la independencia. El estallido ya lo tienen... ustedes estallan con anexión o sin anexión. Con la anexión estalla el sistema y estallará el neoliberalismo".