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Ť Después del presidente de la República, nadie con tanta presión sicológica, asegura el doctor
De técnico nacional, el puesto más estresante, considera Octavio Rivas
Ť De los resultados de su equipo dependen su estabilidad laboral y emocional, dijo en congreso de la FMF
Para el doctor Octavio Rivas el puesto "más estresante en un país futbolístico, después del de presidente de la República, es el de técnico de la Selección Nacional".
"Hablando sólo de futbol para no meternos en broncas, nadie puede enseñarle cómo quitarse esa presión. El sicólogo puede ayudar dentro de tu equipo técnico o a distancia, no tiene que estar en la banca ni en la cancha, simplemente te puede dar información", explicó el galeno, en el Primer Congreso Internacional para Directores Técnicos, que organizó la Federación Mexicana de Futbol en este agonizante 2001.
La FMF hizo una memoria del evento, y en su intervención (con el tema "La inteligencia emocional en el deporte"), el doctor Rivas confesó que muchos técnicos le dicen que no necesitan "de un sicólogo, pero investigaciones en el mundo entero, en todos los deportes, preguntan: ƑQué pasa con el estrés y la sicología del propio entrenador? En general son tipos sobrecargados de trabajo que tienen poco tiempo para sus familias, deben tomar decisiones complejas y urgentes, tienen una presión sicológica de competencia, sobre todo cuando hay que ganar forzosamente. Esa carga es cada día mayor y no la pueden descargar en el directivo o con el jugador, para no hacer el problema más grande; menos aún con su familia para no preocuparla".
Considera que "el entrenador se lo traga todo, mientras debe ir valorando su trabajo. De los resultados de jugadores y equipo dependerá su estabilidad laboral, pues ignora si seguirá con el equipo o lo van a correr, lo que provocaría cambios de residencia y desajustes personales y familiares que pueden producir soledad, depresión, angustia y desesperación".
Antes de su exposición, el doctor recordó que "la sicología no es para locos". Señaló que "la sicología del deporte trabaja con la parte sana de los seres humanos, justamente con el potencial de logro que todos tenemos, con esa posibilidad de descubrir, después de recibir información, que somos muchos mejor de lo que pensábamos. Esto es, romper las barreras, los famosos complejos".
Rivas les habló del libro La inteligencia emocional, de Daniel Goleman, "un gran sicólogo, pero mejor mercadólogo. En él aparece una anécdota que sensibiliza a las personas en relación a que todos hemos sido educados y hay que ser muy inteligentes, el famoso cociente intelectual".
En el libro, Goleman "hace una pregunta que ahora hago a todos ustedes: ƑQué tan inteligente considerarían a un tipo que le pone una tranquiza a su mujer y a un hijo lo manda completamente loco al manicomio? El personaje en cuestión era Albert Einstein, el cerebro más brillante del siglo XX. Quien tenga muchos conocimientos intelectuales, de ciencia, técnica, pero no estuviera conectado con la emoción, probablemente pueda tener momentos brillantes, éxitos ilimitados en cierto campo, mas nunca podrá ser un verdadero líder".
Puntualizó también que "hablar el mismo idioma no significa que nos estemos comunicando. Hubo una extensa serie de técnicas de comunicación, entre ellas la llamada PNL (Programación Neuro Lingüística) que intentó usar Manuel Lapuente con la Selección Mexicana en Francia 98 y cuyo proceso no se continuó por equis razones. Hablando de ello con algunos seleccionados me dijeron: "Mira, estuvo bonito al principio, pero ya se me olvidó lo que nos decían". Por eso, para que de esta charla no se queden ustedes con un mísero 10 por ciento, vívanla como si realmente quisieran mejorar su calidad profesional. Luego vendrá la interacción, que viene a ser el resultado de la comunicación".
Por cierto, el doctor aplaudió la profesionalización en la FMF, "esto es un negocio, pero no olvidemos el criterio deportivo, porque podemos matar a la gallina de los huevos de oro. Los señores del Manchester United, el equipo más rico del mundo, tienen la mejor mercadotecnia existente, pero no descuidan la preparación de las fuerzas básicas y mantienen un nivel competitivo. Si no, Ƒqué van a vender?".
Agregó: "La alfabetización emocional la hizo un colega, y muy buen amigo mío, el doctor Claude Steinner, discípulo del creador del análisis transaccional, mucho antes de que a Goleman se le ocurriera hablar de inteligencia emocional. Steinner dice que todos somos, en mayor o menor grado, analfabetos emocionales y que necesitamos, desde el directivo hasta el aficionado que va a los estadios, capacidad para comprender nuestras propias emociones".
"En la mayoría de los futbolistas hay un bloqueo total a la conciencia y a las emociones, por no tener la capacidad para expresarlas de una manera productiva, sin romperle la pierna al rival o mentarle la mamá al árbitro o al técnico porque lo sacó del juego. Esto, en frío, quizá todos lo entendemos, pero el jugador no, pues al final sale con aquello de "me aloqué, estaba caliente".
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