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¤ "Puede producirse un baño de sangre"
en Argentina si la crisis continúa, advierte
Pide Duhalde poderes especiales al Congreso para devaluar
el peso
¤ El proyecto de ley será debatido a partir del
mediodía de hoy; habrá medidas compensatorias
¤ Anuncia el presidente peronista el fin de la alianza
entre el poder político y el sector financiero
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 4 de enero. Definiciones fuertes
por parte de Eduardo Du-halde rompieron en algo la tensión de este
viernes, cuando el presidente confirmó que habrá devaluación
-sin determinar sus alcances- y sostuvo que hoy termina la alianza del
poder político con el sector financiero y que "la comunidad productiva
debe gobernar", después de analizar la causas del quiebre del país
sudamericano.
Duhalde
afirmó que "Argentina está quebrada y fundida", y advirtió
que si el país sigue cayendo "puede producirse un baño de
sangre", antes de enviar un proyecto al Congreso en el que pide poderes
especiales que le permitirán fijar la paridad del peso, entre otras
medidas económicas y financieras.
El proyecto comenzará a ser debatido el mediodía
de mañana, y en él está prevista la devaluación
del peso, con un marco legal que asegure una serie de medidas compensatorias
en protección de quienes están endeudados en dólares,
para los contratos y deudas.
Duhalde, quien fue varias veces aplaudido por empresarios,
industriales, productores y sindicalistas, ante los cuales habló,
no adelantó los anuncios del nuevo plan, que será revelado
después de que sea promulgado por el Parlamento, aunque hay algunos
indicios.
Mientras desde Washington llegaban algunas señales
críticas a su gobierno, el nuevo mandatario recordó que Europa
salió de crisis recurrentes con economías mixtas, y que es
errado suponer que hay un solo camino en este nuevo or-den económico
mundial.
Entre los rasgos comunes que destacó para los modelos
"realmente exitosos", mencionó que el primer paso ha sido la defensa
irrestricta de los intereses nacionales permanentes dentro de las normas
que se exigen.
Complicidades que perjudican
Advirtió que la alianza que perjudicó al
país es la del poder político con el financiero, y no con
el productivo, ante lo cual aseguró que las finanzas son imprescindibles,
pero deben ser ubicadas en el lugar que corresponde.
Destacó la urgencia de garantizar la paz social,
pero no acudiendo a policías y gendarmes, sino con la acción
de comprender a to-dos, atender la grave situación de millones de
argentinos y mejorar las medidas de desarrollo humano.
"Hemos liquidado a la clase me-dia", dijo Duhalde en parte
de su discurso, "y si esto sucedió, ¿qué pasó
con los sectores más po-bres?, y a continución mencionó
la necesidad de defender los derechos básicos de los argentinos.
También expresó que se ha querido imponer
la idea de que no hay que proteger (a la industria nacional), "pero debemos
hacerlo porque se debe recuperar el trabajo de los argentinos", al tiempo
que lla-mó a despertar la conciencia na-cional, y en esto marcó
la actitud de chilenos y brasileños frente a las diversas circunstancias
en de-fensa de sus países.
"Les pido a todos patriotismo para evitar aumento de precios",
dijo Duhalde, quien con medidas de protección a la industria local,
desintegrada en los últimos años, intenta revertir un proceso
de desnacionalización, al que atribuyó la responsabilidad
en la crisis.
"Nadie piensa en el viejo proteccionismo, pero sí
en ayudar a recuperar el trabajo de los argentinos", sostuvo, y adelantó
que desde el Ejecutivo se impulsarán leyes para dar prioridad a
productos nacionales en las compras del Estado.
"Estamos quebrados. Hemos si-do los argentinos, y en especial
los dirigentes políticos, quienes llevamos al país a esta
situación angustiante", admitió.
Pero ante la inminente devaluación, los precios
de los productos de primera necesidad sufrieron un aumento de entre 10
y 30 por ciento en las últimas 48 horas, mientras se buscan alternativas
viables para paliar la falta de medicamentos como la insulina.
Al finalizar su mensaje, anunció que renunciará
a todos sus cargos en el partido peronista, "para dejar de lado todas las
banderas sectoriales" y trabajar para Argentina.
Su posición es la misma, en términos generales,
que manifestó en su campaña electoral de 1999, pe-ro en esta
realidad quebrada, con la sensación de la república perdida
otra vez, sonó para los empresarios y productores locales como una
reivindicación.
Por su parte, el nuevo titular de Hacienda, el industrial
José Ignacio de Mendiguren, sostuvo que la filosofía primera
es ayudar a quien más lo necesite, y recordó que el primer
ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, impuso un impuesto extraordinario
a las ganancias de las mayores empresas, en una alusión a las guerras
de estas horas en diversos sectores del poder económico local y
extranjero.
El ministro de trabajo, Alfredo Atanasoff, dijo hoy a
La
Jornada que el gobierno está preparando un ajustado proyecto
para anunciar la próxima semana un subsidio de empleo y formación
para desocupados, calculado en unos 200 pesos, y se estudia la posible
derogación de los aspectos de la reforma laboral que "han sido muy
negativos para los trabajadores".
De alguna manera se mantienen aunque con algunas modificaciones
muchas de las medidas anunciadas por Adolfo Rodríguez Saá
en su breve paso por la presidencia.
Atanasoff también mencionó que se trabaja
activamente para establecer un cordón de defensa para los ahorristas
atrapados por las medidas que el ex ministro Domingo Cavallo implantó
el pasado 3 de noviembre, momento desde el cuál el país se
fue paralizando hasta llegar a la actual situación.
Analistas como Rosendo Fraga advirtieron sobre la reacción
popular que pueda producirse ante una devaluación, especialmente
por la situación actual que ha frenado el flujo de dinero en efectivo.
"Es un paso audaz" y explosivo, dijo Fraga, especialmente
porque hay que tener en cuenta que toda la producción nacional tiene
insumos que se importan. Muchos advierten turbulencias pero todo dependerá
de cómo se maneje el proceso.
Por su parte, el Congreso analizará las nuevas
medidas que se inscriben en la ley de emergencia pública y reforma
del régimen cambiario, en un marco de fuertes presiones, por una
parte el desabasto y el aumento de precios, y los lobbies para no
pagar los costos de las modificaciones cambiarias.
Las empresas privatizadas reclaman un ajuste de 40 por
ciento en las tarifas si se pasan a peso. Los grandes grupos quieren que
sus deudas en dólares sean pesificadas, y también
se registran presiones hasta del gobierno español, señala
el analista Raúl de la Torre.
En el anteproyecto enviado se estima que se desdolariza
la economía derogando la convertibilidad, se fijará el nuevo
tipo de cambio, con regulación transitoria de precios. Asimismo,
se busca pasar a pesos las deudas de las tarjetas de crédito; disponer
de los depósitos bancarios por un plazo a determinar y desindexar
las tarifas de servicios públicos.
No se establecería el monto de las deudas en dólares
que pasarían a pesos, y como una medida im-portante se prevé
un impuesto a la exportación de hidrocarburos para compensar esa
quita en los bancos.
Carlos Menem, contrariado
Desde Santiago, el ex presidente argentino Carlos Menem
se mostró contrario al fin de la convertibilidad y a la devaluación
del peso argentino, por considerar que es-tas medidas ampliarán
más la brecha entre pobres y ricos.
"Mucho me temo que entren a circular dos monedas, el dólar,
que será la moneda de los poderosos, y la moneda que va a circular
en Ar-gentina, que supongo será el peso, que quedará en manos
de la gente más necesitada y va a marcar una profunda diferencia
en mi país", dijo Menem a la radio chilena.
Pero el presidente Jacques Chirac garantizó al
nuevo mandatario argentino el apoyo de Francia, en particular en el seno
de las instituciones financieras internacionales.
"Francia, a la que tantos lazos de amistad unen con la
nación argentina, se mantiene al lado en estos momento", dijo el
gobernante en un mensaje a Duhalde.
En Brasil el ministro de Hacienda, Pedro Malán,
expresó su confianza en la recuperación argentina en 2002
con las nuevas medidas económicas que serán adoptadas, pese
a su alto costo social.
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