Antonio Gershenson

La izquierda, alternativas y soluciones

Lo sucedido en el fin de año en el Congreso de la Unión muestra que hay un proceso de maduración en la izquierda mexicana. De la impugnación y la crítica como única expresión visible se avanza cada vez más a la crítica como medio para sustentar una alternativa. En vez de limitarse a decir qué es lo que no queremos, se critica la realidad existente como base para expresar, e impulsar, no sólo lo que queremos sino lo que el país requiere; no sólo alternativas, sino soluciones a los problemas que hay.

Esto no necesariamente es compartido por toda la izquierda, pero sí por su principal expresión en el Poder Legislativo. Los diputados y senadores del PRD impulsaron, desde que se inició la polémica nacional sobre el ahora fracasado intento de cobrar IVA por alimentos no procesados, medicinas, libros y demás, propuestas sobre formas más equitativas de obtener los recursos necesarios para que el Estado cumpliera con sus funciones constitucionales, y sobre cómo usar esos recursos.

Después de casi 20 años de predominio político de la tecnocracia, años en los que se procedió al "adelgazamiento del Estado" hasta dejarlo casi en el puro esqueleto, al recorte del gasto social en salud, educación y demás, al estrangulamiento de la inversión pública productiva en las áreas estratégicas que la Constitución reserva en exclusiva a la nación, es necesario que haya mayor inversión pública, y el dinero debe recaudarse para poderse invertir.

Se ha planteado desde la izquierda la obtención de recursos revisando el subsidio al sector financiero vía Fobaproa-IPAB, por ejemplo. Sin embargo, el que eso no haya sido viable en este momento no evitó proponer soluciones específicas en el ámbito de la recaudación fiscal y de los ingresos del sector público en general. Varias de estas propuestas se convierten ahora en hechos o en leyes.

No se cobrará IVA a medicinas, alimentos no procesados, etc., pero sí se cobrará IVA de 20 por ciento a artículos y servicios de lujo. La principal fuente de ingresos adicionales a los que había es el impuesto sobre la renta (ISR), un impuesto progresivo en el que paga más el que más recibe. Se gravan bienes nocivos para la salud. El impuesto nuevo no es a los refrescos a secas, sino a aquellos elaborados con fructosa, endulzante importado que se elabora sobre todo a partir de maíz en Estados Unidos, y que ha desplazado al azúcar de caña nacional, contribuyendo a la crisis que hay no sólo en los ingenios azucareros sino en las zonas cañeras en general. El modesto aumento en las tarifas eléctricas grava los consumos de media y alta tensión, que pagan sobre todo empresas grandes.

En cuanto al uso de los recursos, se aumentó, frente a la propuesta de presupuesto del gobierno federal, en 15 mil millones de pesos la cantidad a ser transferida a estados y municipios; hubo aumentos importantes en el gasto dirigido a la salud, a la creación de empleos, a la educación y al desarrollo en el campo.

Algunas alternativas provinieron de legisladores del PRI, y en algunos consensos confluyeron los del PAN. Hubo puntos no resueltos, o mal resueltos, sobre todo donde no se había presentado una alternativa, o una alternativa suficientemente clara o viable. Esto confirma la importancia no sólo del hecho de presentar alternativas, sino de trabajar a fondo en ellas. También en este terreno hubo avances: en estas páginas se informó ampliamente de la presentación, incluso ante altos funcionarios de Hacienda, de una alternativa fiscal por parte de legisladores y dirigentes del PRD, que contaron con asesoría especializada; pero ni ellos ni otros legisladores llegaron al punto de ocuparse, por ejemplo, del régimen fiscal de los derechos de autor, en el que el resultado fue criticado públicamente, cuando ya había sido aprobado. Para cualquier fuerza política es vital demostrar que puede resolver los problemas.

Queda mucho por avanzar. Pero por lo pronto se demostró que no era necesario el IVA a productos básicos y a la cultura para tener más inversión pública, que había otros caminos para obtener los recursos de donde ya hay dinero, y no de los enfermos y de los hambrientos.