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EDUCACION, PRIORIDAD ABSOLUTA
Sindicatos
de 70 universidades de todo el país amenazan con una huelga nacional
en protesta por los escasos fondos destinados a la educación y por
la oferta de únicamente 5.6 por ciento de aumento, que juzgan insuficiente.
Sea que se logre conjurar o no el movimiento huelguístico, que sin
duda trastornaría la actividad de las universidades públicas
-base de la educación, la investigación y el desarrollo en
nuestro país-, la difícil situación en que se encuentra
el sector educativo prevalecerá.
Hay que recordar al respecto que la amplísima huelga
general universitaria del mes pasado en España contra medidas que
favorecían la privatización de la enseñanza pública,
así como las huelgas universitarias con ocupación de facultades
que se produjeron por la misma razón en diversas ciudades italianas
en el mismo periodo, han sido un factor profundo de desestabilización
política, que permanece además en el orden del día,
pues las acciones fueron en realidad sólo suspendidas por el periodo
festivo de fin de año.
Es importante tener presente que la reciente revuelta
en Argentina no se debió sólo a las medidas económicas
impopulares de un gobierno depuesto por el furor popular, sino que fue
precedida y preparada también por largas agitaciones, huelgas y
manifestaciones de los gremios magisteriales y de los alumnos universitarios,
que reclamaban en vano más fondos para la educación y la
defensa de la universidad pública y que, ante la falta de solución
institucional a sus pedidos, no encontraron otra vía que la del
estallido.
Una educación de calidad, con fondos adecuados
para las instituciones públicas de enseñanza, es una prioridad
absoluta si se busca aumentar la calidad, la productividad y la competitividad
de los profesionistas y productos mexicanos. Sin una investigación
local sobre los problemas nacionales y sin el desarrollo ad hoc de los
resultados de la misma, en todos los terrenos, no sólo en lo técnico,
el rezago existente entre México y los países industrializados
no podrá ser reducido jamás y la dependencia técnica
y cultural aumentará gravemente.
Universidades y centros de enseñanza públicos
sin medios y con trabajadores mal pagados sólo sirven para concentrar
en las universidades privadas, que generalmente tienen un nivel académico
muy inferior, a los alumnos -seleccionados por su dinero y no por su capacidad-
que puedan costearse estudios cada vez más caros, y condenará
a desaparecer las investigaciones, ya que las empresas privadas buscan
el lucro y la producción de títulos, no realizar hallazgos
que no tengan inmediata aplicación con ganancia.
Es necesario, por tanto, pese a la recesión mundial
y la difícil situación económica, invertir en el futuro,
mantener y reforzar la enseñanza pública, pagar salarios
decentes para reclamar y obtener prestaciones de calidad. Sería
absurdo esperar el estallido de conmociones sociales en vez de prevenirlas.
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