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¤ Seleccionó y tradujo los diarios del
escritor
Tolstói, contradictorio, obsesivo y misógino,
dice Selma Ancira
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
En sus diarios Lev Tolstói (1828-1910) se revela
como un personaje contradictorio, obsesivo y misógino, que todo
el tiempo se enfrenta "en forma encarnizada consigo mismo y sus contradicciones",
afirma Selma Ancira, quien seleccionó y tradujo parte de las miles
de páginas que conforman la escritura cotidiana del autor ruso y
las presenta ahora en Diarios 1847-1894, coeditado por Era y CNCA,
publicados por primera vez en español.
Ancira señala que Tolstói "es el escritor
de más contradicciones y eso se ve en el diario. Dice: 'voy a hacer
esto o no, lo hice o no lo hice'. Está luchando todo el tiempo,
sufre por eso, se da golpes de pecho y trata de enmendarlo".
Entre sus contradicciones se encuentran su misoginia "tan
exagerada" porque, aunque odiaba al género femenino, no podía
vivir sin las mujeres, en general, y sin su mujer, en particular. Además
sus personajes más bellos y fuertes son mujeres, baste recordar
a Ana Karénina y Natasha Rosova.
Tolstói,
agrega Ancira, "tenía un conflicto con las mujeres. Hay fragmentos
en el diario en el que la forma de expresarse del género femenino
no es la más halagüeña, pero era importante dejarlos
dentro de esta selección, porque no podía dejar fuera ese
aspecto de la vida" del autor de Resurrección y La guerra
y la paz.
Selma Ancira reconoce que al momento de hacer la selección
le producía cierto conflicto esa misoginia tan exagerada "pero al
mismo tiempo entendí que era una de las facetas de ese hombre al
que admiraba. No puedes estar de acuerdo en todo con él y, pues
ni modo, apechugas y lo traduces".
Otra de sus contradicciones es que era un hombre profundamente
religioso, pero que estaba en completo desacuerdo con la Iglesia, y criticó
a la institución hasta que finalmente fue excomulgado; además,
"desde que era soldado en el Cáucaso, que fue cuando descubrió
su vocación literaria, luchaba entre seguir sirviendo o ser un literato.
Luchó también contra su condición de aristócrata.
Le dolía mucho ver a sus criados sirviéndoles el té
a sus hijos y a su esposa".
La de Tolstói "fue una vida de mucho sufrimiento.
Podría parecer que lo tenía todo: el genio, el dinero, y
sin embargo nunca estuvo contento con ello".
Los diarios de Lev Tolstói abarcan 13 de los 90
volúmenes de sus Obras completas. Los manuscritos de los
diarios se encuentran en Moscú, una parte en la "habitación
de acero" del museo Tolstói y la otra en la Biblioteca Lenin, señala
Ancira en la presentación del libro.
En estos documentos Tolstói "maneja el lenguaje
cotidiano. No buscaba la perfección de la frase ni la cadencia.
Buscaba dejar registradas ciertas cosas. Aquí me topé con
el problema de la monotonía, repite mucho las palabras. Conservé
el aspecto poco pulido del diario, pero no repetí las 200 veces
que mencionaba un tema".
Al ser una selección, precisa, "me tomé
la libertad de repetir algunas partes para que el lector entienda que era
parte de una obsesión: se apasionaba por un tema y se pasaba diez
meses con él".
Si bien se trata de tomar algunos apuntes de los diarios,
Selma descarta que quede fuera una parte del personaje. Lo que no publicó
en este primer volumen ?que abarca desde que Tolstói empezó
a escribir su diario, a los 18 años, hasta que tenía 66 años?
son cuadernos de viaje reflexiones sobre el cristianismo y algunas sobre
la ciencia.
El segundo, que aparecerá en unos dos años,
es, entre otros, sobre los últimos 16 años de su vida, sus
grandes tratados filosóficos, la ruptura con su mujer, el conflicto
por sus diarios entre su esposa y su discípulo, y la excomunión
de la Iglesia.
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