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¤ Cerca de mil acudieron al estudio; el elenco
no convenció
Sólo 250 personas pudieron disfrutar el programa
de Día de Reyes de la XEW
JAIME WHALEY
El legendario poder de convocatoria de la XEW, manifiesto
desde hace más de medio siglo, se sintió con las nuevas generaciones,
dejando constancia de que los 900 del cuadrante aún laten.
Cerca de mil niños desafiaron la baja temperatura
de la mañana de ayer y desde temprano se formaron a las puertas
de Ayuntamiento 52, con la esperanza de entrar al estudio principal, el
Azul y Plata, para presenciar el programa del Día de Reyes, una
maratónica sesión de tres horas que pocos del batallón
infantil aguantaron.
La pretensión de los organizadores era que el público
entrara un rato y luego, compadecido de la limitada capacidad del recinto
-250 personas- abandonara los asientos para solidariamente dejar pasar
a los de afuera. Pero esto fue sueño guajiro. Los primeros en entrar
se atornillaron en las butacas y no hubo poder de convencimiento que los
hiciera desistir de su permanenencia. En la calle la gente se organizaba
ante el cansancio y la desesperanza y ya se gestaba el portazo.
Un tal Omar, del equipo de producción, se aventuró
a salir para intentar calmar los ánimos pero salió como el
cohetero. "De qué sirvió que habláramos por teléfono
y nos apuntáramos. Tenemos aquí dos horas. Yo avisé
que vendría con ocho personas y nada más traigo cinco. Queremos
entrar", fueron los reclamos de cientos más a los que se enfrentó
el intrépido. La ganona fue la vendedora de globos, que los daba
a 10 pesos.
El elenco de la emisión estuvo integrado por los
participantes en la barra infantil de la XEW. Nada de talentos. Puro elemento
desechable, a la medida de la empresa, como los Mausis, que son Morris,
Moly, Rigoletto y Marvi, humanoides con disfraz de ratón, pretendidamente
chistosos; Christopher, cancionerito imberbe que, sin embargo, tiene su
club de seguidoras. Además se incluyó al payaso Versace,
del elenco del Atayde, y a un grupo vocal, los Navidelium, bien acoplado,
que lamentablemente cantó temas de corte religioso. Lo rescatable
fueron dos de sus integrantes, Edna, rubia platinada y Elizabeth, quien
confesó que a ver si los Reyes le traían algo porque se portó
mal. Aseveración que hizo suspirar a más de un papá
por no ser él la causa del mal comportamiento de la pícara
güerita.
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