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¤ La letra del año vaticina epidemias
y golpes de Estado
Sacerdotes yoruba dan a conocer las predicciones para
2002
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 4 de enero. La cúpula de la religión
yoruba, el popular culto sincrético afrocubano también conocido
como santería, dio a conocer La letra del año, los
vaticinios para 2002 surgidos de la consulta al oráculo de Ifá,
banco de datos que reúne la sabiduría de los ancianos a través
del tiempo: será un año duro, marcado por desastres, guerra,
golpes de Estado y enfermedades, regido por Changó (divinidad de
la guerra, el rayo y el fuego), pero atenuado por Yemayá (reina
de las aguas, madre de los peces).
Por primera vez en su historia, la Comisión
Organizadora de la Letra del Año, cónclave que representa
a 600 babalawos (sacerdotes yorubas o santeros), difundió La
Letra en "territorio africano": la Casa de la Cultura de Angola en
La Habana. Lázaro Cuesta y Víctor Betancourt, en nombre de
los oficiantes, explicaron las predicciones ante reporteros y seguidores.
En prenda de su seriedad, el anuncio fue atestiguado por la etnóloga
Natalia Bolívar -autora de Los orishas en Cuba-, el escritor
y antropólogo Miguel Barnet y el sociólogo, experto en religiones,
Aurelio Alonso.
La creencia yoruba vino de Africa al Caribe con los esclavos
negros. Para poder practicarla sin sufrir la represión colonial,
los creyentes originales adoptaron aquí formas sincréticas
(equivalentes) con efigies católicas. Con esa y otras diversas adaptaciones
a su existencia en la isla, el culto se volvió afrocubano y mantiene
esa dualidad en la que, por ejemplo, Changó es Santa Bárbara,
Yemayá la Virgen de Regla, Orula es San Francisco y la Virgen de
la Caridad del Cobre representa a Oshún. La Iglesia católica
se opone a lo que considera idolatría, pero no tiene más
remedio que aceptar a los dobles creyentes.
A lo largo del tiempo el culto y la lectura de La letra
fueron clandestinos en Cuba. Lo siguieron siendo tras el triunfo de
la revolución de 1959, que proclamó oficialmente el ateísmo.
Pero la actitud gubernamental fue cediendo a finales de los años
ochenta, hasta aceptar la religión como un hecho de la vida nacional,
que llegó a su punto culminante con la visita del Papa Juan Pablo
II en 1998. Betancourt dijo creer que 80 por ciento de la población
cubana practica o cree en el culto yoruba o al menos consulta a un babalawo
para pedir consejo y combatir los males.
Muerte y tragedia
La
letra del año surge de un cónclave anual de babalawos,
que en este caso se realizó en una vieja vivienda de la calle 10
de octubre, en el populoso barrio de La Víbora. Empezó el
lunes 31 al mediodía y terminó el martes 1º a las nueve
de la mañana. Participaron los más experimentados y sabios,
en una intensa jornada de 21 horas continuas de invocaciones, cantos, ritos,
sacrificios de animales y plegarias, presidida por Guillermo Diago ("Ogbe
Weñe") y respaldada por sacerdotes de Ifá de 12 naciones
de América y Europa. El oráculo lanzó signos, que
se estudiaron e interpretaron el miércoles. Este es el resultado:
Esta letra es similar a la de los años 1944
(penúltimo año de la Segunda Guerra Mundial; en Cuba, uno
de los peores ciclones del siglo XX), 1994 (en México, alzamiento
zapatista y asesinato de Luis Donaldo Colosio; en Cuba, crisis de los balseros)
y 1999 (en Cuba, el caso del balserito Elián González).
La bandera del año es roja con ribetes azules.
Aumentarán las enfermedades neurológicas
(embolias, trombosis). Serán de cuidado las estomacales, bucales
y dermatológicas. Habrá gran mortalidad por epidemias infecto-contagiosas,
golpes de Estado, expansión de la guerra, malversación del
erario, ruptura de tratados, inundaciones y muertes en el mar. Las recomendaciones:
evitar la carne de cerdo, rehuir la ira y la violencia, pintar la casa
de blanco, cremar o enterrar desperdicios orgánicos y cuidar las
relaciones personales.
Betancourt agregó otra implicación: la música
tecno causa daños al organismo. Hay un mensaje en lengua yoruba
que significa "tambor que habla mal porque no tiene boca". Dijo que la
profecía principal empieza con la palabra "eyó", que significa
tragedia, falla, culpabilidad, sentencia o remplazo. Sobre esto último
advirtió tener cuidado con la vida de pareja y la familia, para
no sufrir una ruptura o remplazo.
Para los que no creen en el culto yoruba ni en la oración
profética, el oráculo tiene de todas formas unos sencillos
refranes que pueden ayudarles en la vida este año: "Según
los cocodrilos vivan en el río, Ogbe Yonu será eterno", "la
oveja que se asocia con un perro, come mierda", "el que lleva candela en
las manos no se puede esperar", "el que comete adulterio con la esposa
de un hombre, siempre será su enemigo", "el dinero en el mundo lo
encontramos y en el mundo lo dejamos", "el ojo no mata al pájaro",
"chivo que rompe tambor, con su pellejo paga", "la orgullosa laguna se
aparta del arroyuelo, como si el agua no fuera lo común en ambas".
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