Octavio Rodríguez Araujo

De autores y libros

Un autor en Estados Unidos suele tener un representante que se encarga de promover sus libros. Esto es posible porque los tirajes son de cientos de miles de ejemplares. En México la figura del representante casi no existe, entre otras razones porque los autores y los representantes, en general, se morirían de hambre con este sistema. Piénsese que los libros científicos o de divulgación suelen tener en México un tiraje que fluctúa, en la actualidad, entre 500 y 2 mil ejemplares, y que los autores, en el mejor de los casos (es decir, si no son pagados con libros para que por su lado los regalen o los vendan), reciben 10 por ciento del precio de librería. Y este dato depende de la editorial, porque hay editoriales que no aceptan publicar libros si el autor no paga "la mitad del costo de la edición", que con frecuencia es el costo de la misma. ƑQué autor podría vivir de sus publicaciones? Por esta razón no se puede tener representantes, pues de haberlos éstos cobrarían 30 por ciento de las "ganancias", o sea: nada.

Si yo publico un libro de 200 páginas y éste se vende en 100 pesos con un tiraje de mil ejemplares, estaríamos hablando de una venta total de 100 mil pesos (menos gastos de producción). Si la editorial me paga 10 por ciento del precio en librerías y el libro se lleva un año para agotarse, estaríamos hablando de 10 mil pesos en un año, es decir, de 833 pesos mensuales promedio (aunque en general le pagan a uno con libros o cada seis meses si es en dinero). Es evidente que con esta cantidad un autor no vive. Pero como se trata de un impuesto por honorarios, entonces yo tendría que mandar a hacer recibos especiales, y a mi salario, digamos en la universidad, tendría que agregar en la declaración de impuestos los ingresos por ese libro que, dicho sea de paso, pudo significar dos años de trabajo o más. El impuesto sobre la renta aumentaría (se acumula) por una cantidad en honorarios que no es significativa respecto de mi salario base en la universidad. Si escribo un artículo para un periódico o una revista, igual, con la diferencia de que el pago por número de páginas y de trabajo de investigación es, proporcionalmente, mayor, aunque a veces es también simbólico.

El error cometido por los legisladores al eliminar la exención de impuestos para autores y creadores equivale a desincentivar la producción de libros, artículos, obras de arte. En una palabra, es lo mismo que amenazar de muerte a la cultura y al desarrollo de las ciencias. Y si no fuera esto suficiente para enmendar el error de inmediato, se amenaza también a los editores que, aunque son empresarios, nadie puede afirmar que en México pudieran aspirar a figurar en las listas de millonarios de la revista Forbes. Los editores viven de lo que escriben los autores y colocan sus libros en librerías que suelen cobrarles 40 por ciento del precio de un libro. Es obvio que la ganancia no puede ser muy grande. En nuestro país, con datos de 1996 en L'état du monde, se publicaron 6 mil 183 libros (títulos), mientras que en España se publicaron, el mismo año, 46 mil 330 y en Estados Unidos 68 mil 175. Es evidente la diferencia, y se notaría todavía más si tomáramos en cuenta los tirajes en cada país. En México los tirajes para una población de 100 millones de habitantes son ridículos, incluso en los periódicos: los siete principales diarios mexicanos editan la misma cantidad de unidades que uno de los principales de Argentina (con menos habitantes que México), para no hablar de los grandes diarios en Estados Unidos o en los países más desarrollados de Europa occidental.

Cuando se discutía si se cobraba IVA a los libros proporcioné los siguientes datos que vienen a cuento ahora: con datos de 1996 y 1997 según el país, Canadá publicó un título de libro por cada mil 532 habitantes. Estados Unidos un título por cada 4 mil 19 habitantes. México un título por cada 15 mil 494 habitantes. Bélgica, Francia, España, Dinamarca, Suecia, Irlanda, Reino Unido, Corea del Sur, Japón son países con producción de títulos de libros superior a uno por mil 700 habitantes.

Se dirá que estamos comparando a México con países desarrollados. Veamos los siguientes datos: Costa Rica (uno por 3 mil 714), Argentina (uno por 3 mil 667), Uruguay (uno por 3 mil 521), Chile (uno por 6 mil), Brasil (uno por 758), Malasia (uno por 3 mil 664), Nigeria (uno por 8 mil 98).

No se requieren más datos, aunque los hay.