Ť Espina Reyes señala que este año serán cancelados proyectos en telecomunicaciones

Los nuevos impuestos, obstáculo a la inversión y creación de empleos, advierte la Coparmex

Ť Gravar productos elaborados con fructosa no dañará a refresqueras, aseguran cañeros

VICTOR CARDOSO, ROBERTO GONZALEZ Y MATILDE PEREZ

Los primeros resultados negativos de la "minirreforma fiscal" ya comenzaron a darse: empresas afiliadas a la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) informaron a esa central patronal la cancelación de inversiones previstas para este año, en particular del ramo de las telecomunicaciones.

El presidente del organismo cúpula, Jorge Espina Reyes, advirtió que no sólo se suspenderán inversiones, sino que además quebrarán empresas, con la consiguiente pérdida de empleos.

"No será con dádivas del gobierno como se saque de la pobreza a 40 millones de mexicanos", dijo al proponer que contrario a la aplicación de nuevos gravámenes y cargas fiscales a las empresas se les debe dar facilidades para la creación de fuentes de trabajo.

Los nuevos impuestos, dijo, son un obstáculo para la inversión en sectores clave de la economía y para la generación de empleos, además de que representan un costo extra para los consumidores y un incentivo para la economía informal.

Mientras tanto, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Raúl Picard del Prado, afirmó que a partir de ayer comenzó una escalada de aumento de precios, iniciando por el del azúcar, que se elevó en 8 por ciento derivado de los impuestos autorizados por el Congreso en la miscelánea fiscal.

Pronosticó que en términos generales los precios de todos los productos que integran la cadena alimenticia registrarán aumentos mínimos de 5 por ciento a raíz de la elevación del dulce.

De manera paralela, el director de Estudios Económicos de BBVA Bancomer, Manuel Sánchez, consideró que la creación de impuestos especiales y de más tasas del IVA actúan en contra de una mejor distribución de la riqueza en el país.

El especialista afirmó que los cambios fiscales que entraron en vigor este año no mejoran a mediano y largo plazos la sustentabilidad de las finanzas públicas nacionales. "Con los ingresos adicionales que se espera captar no disminuirá la deuda pública, sino que al contrario, irá en aumento, debido a la decisión del Congreso de mantener un gasto mayor a los ingresos", señaló.

Mientras tanto, la Unión Nacional de Cañeros de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales (UNC-CNPR) aseguró que la decisión de gravar los productos que se elaboren con alta fructosa no perjudica a la industria refresquera, la cual sustituyó en casi 30 por ciento el consumo de azúcar y actualmente compra entre 400 mil y 500 mil toneladas anuales del edulcorante.

Carlos Blackaller Ayala puntualizó que el gravamen no contradice los acuerdos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, como empiezan a difundirlo algunos productores de alta fructosa en Estados Unidos, ni tampoco perjudica la economía de las empresas refresqueras ya que la diferencia entre los precios de azúcar y el edulcorante es de apenas de 0.8 por ciento. "Los refresqueros exageran al decir que la diferencia de precios es de 20 a 30 por ciento", dijo.

Los dirigentes de Coparmex y Canacintra ofrecieron ayer sendas conferencias de prensa por separado para continuar con la rebelión de la iniciativa privada contra el fisco y para alertar sobre las repercusiones negativas de la miscelánea fiscal aprobada por los legisladores "al cuarto para la hora".

Ambos organismos, así como la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, Telecomunicaciones e Informática (Canieti) se manifestaron por separado por que la Secretaría de Hacienda elabore un modelo sustituto de la reforma fiscal a fin de corregir los errores en los que -según ellos- incurrieron los legisladores en la miscelánea fiscal 2002, la cual consideraron está caracterizada por sus fines recaudatorios, más que distributivos.

Espina Reyes dijo que el modelo fiscal salió de esa manera porque el Poder Legislativo "no ha entrado en el proceso de modernización en el que se encuentra el país y continua trabajando con el esquema del pasado de negociar bajo la mesa, entre cúpulas partidistas y con intereses ajenos a los de la nación".

Aunque consideró que sólo algunos aspectos resultaron positivos, como haber iniciado la homologación a la baja del impuesto sobre la renta, "pero ni remotamente se llegó a la reforma fiscal que todo el mundo esperábamos".

Espina Reyes resaltó la gravedad de "poner el futuro de un país en una decisión tomada al cuarto para la hora" y remarcó: "al poder legislativo le dijo que no podemos seguir siendo, como país, rehenes de ellos y sus partidos".

Posteriormente en su reunión con los medios informativos, Picard del Prado hizo notar la necesidad de elaborar un nuevo proyecto hacendario para corregir las distorsiones y vacíos que contiene la miscelánea fiscal 2002.

Resaltó también lo complicado de lo aprobado por los legisladores, particularmente en lo que se refiere a impuestos especiales y de lujo, los cuales "ni siquiera los especialistas lo entienden porque es muy complejo y provocará que se cometan ilícitos involuntarios".

Aunque advirtió sobre la posibilidad de que la deuda pública se eleve, el director de estudios económicos de BBVA Bancomer señaló no obstante que una parte "buena" de los cambios fiscales es la decisión de disminuir las tasas máximas del ISR para personas físicas y morales. "La parte mala, es que los legisladores utilizaron el IVA y los impuestos especiales con propósitos redistributivos y la experiencia internacional es que estos tipos de gravámenes actúan en contra de una mejor distribución del ingreso", apuntó.

Señaló que los efectos favorables de la disminución en el ISR serán mínimos, por las distorsiones que causará en la estructura tributaria la existencia de distintas tasas de IVA y los impuestos especiales.