Ť La respuesta del secretario Gil Díaz exhibe ''su ofensiva ignorancia'', dice el escritor

Ruy Sánchez: asombroso, que el presidente Fox decida trascender como enemigo de la cultura

Ť El gravamen castiga a una industria que nada a contracorriente en un país que no se lee, enfatiza ejecutiva de Alfaguara Ť Se agudizará el problema del escaso mercado de lectores

ANASELLA ACOSTA NIETO

El escritor mexicano Alberto Ruy Sánchez considera que ''los golpes que el gobierno da con los nuevos impuestos a la edición podrán ser vistos concretamente en una disminución de libros interesantes pero poco comerciales en las listas de los editores''. Mientras, éstos manifiestan su rechazo a las modificaciones y alertan que el principal perjudicado será el lector.

Marisol Schulz, directora editorial de Alfaguara, considera que la nueva carga impositiva es un castigo para esa industria que nada a contracorriente en un país en el que no se lee. Explica que la reforma fiscal afecta a las casas editoras, pero en realidad es ''un castigo para el lector'', pues la consecuencia lógica apunta al encarecimiento de los libros.

Carlos Graes, gerente general de Editorial Paidós, destaca que los editores tendrán que ser más cautelosos al momento de apostar por libros de escasa venta, porque ahora tendrán prioridad las obligaciones fiscales.

''Los márgenes de las editoriales son modestos, por lo que ahora deberemos pensar si un libro se va a vender o no; tendremos que ser más cautelosos en la edición y si antes hacíamos cinco libros de poca venta, ahora haremos uno o dos'', explica.

Luis Núñez Becerril, gerente comercial de grupo editorial Anagrama y Colofón, expresa que en el corto plazo las editoriales tal vez podrán adaptarse, pero a medida que la reducción a la exención aumente, se verán perjudicadas.

Best-sellers, el futuro de la rama editorial

Alberto Ruy Sánchez, director de la revista Artes de México, menciona el caso de Chile como un modelo al que se acercaría el país si se mantienen esas disposiciones tributarias: una industria editorial mucho más pobre en un país rico. El resultado: pocos libros, caros y, sobre todo, los bestsellers.

El escritor -uno de los más tenaces defensores de la exención fiscal en la venta libros- expresa: ''Es asombroso que el presidente Fox decida pasar a la historia como el enemigo de la cultura. Por falta de interés, insensibilidad e ignorancia, ha dejado que buena parte del destino cultural del país se defina desde la Secretaría de Hacienda''.

Respecto del titular de Hacienda, Francisco Gil Díaz, quien expuso que el tratamiento impositivo privilegiado a la industria editorial no ha mejorado el nivel cultural, Ruy Sánchez considera que la respuesta del secretario exhibe su ''ofensiva ignorancia, pues el hecho de que la exención no haya servido para que él se instruya más, no quiere decir que muchos no hayan aprovechado las oportunidades que México da a la cultura''.

El editor menciona que el problema del escaso mercado de lectores en México, se agudizará al igual que los altos costos de producción y exportación que han impedido ser competitivos, al no tener las mismas ventajas que tienen las industrias editoriales de otros países''.