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Ť Enarbolaron banderas de compañías telefónicas, refresqueras y tabacaleras
Mostraron legisladores intereses personales durante los cabildeos de la miscelánea fiscal
Ť Orozco Alfaro, Hopkins, Chávez Presa y Cobos, férreos defensores de telecomunicaciones
Ť Vallarta Ceceña reconoció el porqué de su oposición al impuesto al tabaco: ''soy productor''
CIRO PEREZ SILVA Y ROBERTO GARDUÑO
Las negociaciones para garantizarle al gobierno foxista recursos adicionales por 70 mil millones de pesos arrojan, además del acuerdo PAN-PRD para votar en favor de todas las medidas de carácter recaudatorio -que incluyen el polémico impuesto para artículos suntuarios-, la activa participación de diputados y senadores que antepusieron a su carácter de representantes populares sus intereses personales o de grupo, mediante el cabildeo en favor de sí o de sectores como telecomunicaciones, refrescos y cigarros.
Los últimos días de diciembre, representantes de estos sectores se entrevistaron en los pasillos de San Lázaro con diputados de todos los signos, tratando de impedir que los gravámenes afectaran sus respectivos productos. Pero en la Comisión de Hacienda algunos diputados obviaron la labor legislativa y desempeñaron esta misma tarea de convencimiento con sus pares.
La perredista Miroslava García precisa que los representantes de la Coparmex, del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y de los banqueros acudieron a la Cámara para insistir en "que era más conveniente la tasa generalizada de IVA en alimentos, medicamentos, libros, colegiaturas y transporte que las otras propuestas"; sin embargo, su insistencia no encontró eco entre los diputados.
De acuerdo con García Suárez, la actitud de los diputados cabildeadores responde a "una visión feudal y parcelar, porque defendieron intereses propios y de la oligarquía, no del pueblo al que supuestamente representan. Dependiendo del origen, del estado, de sus ligas, independientemente del partido político al que pertenezcan, abanderaban reclamos de sectores, como cerveceros, vitivinícolas, tabacaleros y productores del campo. Fue una situación un tanto difícil, porque más allá de las propuestas de los partidos prevalecieron identificaciones con el sector que representaban algunos".
-ƑQuiénes eran?
-Diputados de todos los partidos, que seguramente en el momento de hacer campaña en sus estados establecieron alianzas y compromisos con diferentes sectores. Los empresarios de los estados vinieron directamente con los diputados de sus entidades a pedir que no se les afectaran (las modificaciones).
Telecomunicaciones, el problema
El "problema real" se dio al debatirse el tema de las telecomunicaciones, "sector desde el cual se identifican las críticas más severas", admiten legisladores de todos los partidos. Los propios integrantes de la Comisión de Hacienda destacan como operador en favor de los empresarios al priísta nacido en Colima José de Jesús Orozco Alfaro, además de Guillermo Hopkins y Jorge Chávez Presa.
Por parte de Teléfonos de México (Telmex), Ignacio Cobos fue uno de los más activos, particularmente los días 28 y 30 de diciembre. Con diputados de todos los partidos insistió en privado y en reuniones públicas sobre el "riesgo" de afectar a "las familias mexicanas" con un impuesto especial al servicio telefónico.
De acuerdo con versiones de los diputados, la petición concreta de Cobos no fue que desistieran de gravar el servicio telefónico, sino "simplemente ensuciar un poco el procedimiento para que se pudiera frenar en el Senado de la República".
Lo que finalmente sucedió. De los más de 8 mil millones de pesos que se esperaba captar con las modificaciones hechas en la Cámara de Diputados, sólo se captarán poco más de 3 mil, luego de que la iniciativa de la Cámara fue "enmendada" por los senadores, encabezados por el priísta Alejandro Gutiérrez, quienes para resarcir los recursos que se perdieron al bajar de 10 a 5 por ciento la tasa impositiva y reducir el espectro de servicios introdujeron el impuesto especial para artículos suntuarios, cambios estos últimos que produjeron el mayor número de críticas.
En materia de impuesto sobre la renta (ISR) destaca el hecho de que la iniciativa de deducir parte del consumo en restaurantes fue apoyada por panistas, concretamente por Ricardo García Cervantes. Originalmente el PRI proponía que se dedujera entre 60 y 70 por ciento, mientras el panista proponía que fuese 30; "al final lo convencimos de que aceptaran hacer deducible 50", señalan los priístas.
Otro de los sectores involucrados en las negociaciones y cabildeos fue el de las refresqueras, las cuales se verían afectadas por la propuesta de cobrar 10 por ciento adicional a cualquier producto que utilizara alta fructosa para endulzar sus productos. Esta parte se resolvió con una propuesta de este mismo sector.
Luego de analizarse diversas alternativas, los representantes de estas empresas plantearon una solución: "75 por ciento de las refresqueras en México utilizamos azúcar, porque nos sale muy caro reconvertir la industria para el uso de alta fructosa. Dennos oportunidad de dos años para reconvertirnos", argumentaron.
Esto dio como resultado que en la nueva Ley se precisara que el gravamen de 20 por ciento se aplicará a todo lo que tenga que ver con concentrados y refrescos que sustituyan el azúcar con alta fructosa, con el objetivo adicional de apoyar a los cañeros y reactivar la industria azucarera. Sólo establecieron una condición: "que ellos cumplan con las normas de calidad que requerimos y de entrega puntual".
''La afectación real a este sector productivo, admiten los diputados, "es mínima". Y avalan esta apreciación al señalar que de todas las manifestaciones en contra de las modificaciones fiscales aprobadas en el Congreso ninguna ha venido de los refresqueros.
Aquí uno de los más activos defensores del sector fue el priísta Carlos Aceves del Olmo, a quien se identifica con el líder del Senado en el sexenio de José López Portillo, Joaquín Gamboa Pascoe, ambos con intereses en la industria refresquera.
En materia de tabacos labrados se da una discusión acerca de "dónde empiezan a entrar los intereses de a de veras". Los únicos que en las discusiones se destaparon como defensores de la industria tabacalera fueron los priístas Salvador Rocha Díaz, Guillermo Hopkins en apoyo al primero, y el general Alvaro Vallarta Ceceña.
El debate se inicia cuando se propone incrementar 5 puntos -adicionales a 100 por ciento de impuesto que ya tenían- a los tabacos con filtro, y a los cigarros sin filtro un incremento de 40 por ciento, al pasar de 20.9 puntos a 60. Se estableció además una tabla por la que se incrementará a 20 por ciento anualmente hasta llegar en 2005 a 110 por ciento.
Uno de los propósitos fundamentales de esta reforma es alcanzar los estándares de salud internacionales al reducir el consumo, ya que resulta más barata esta medida que establecer centros de atención para los padecimientos provocados por esta adicción.
Pero Rocha Díaz introdujo al debate el argumento de que con esta medida se va a incrementar el contrabando. El rechazo del resto de los diputados que integran la comisión a esta intervención fue absoluta. "El 40 por ciento en un caso y 5 por ciento en el otro no inhibe el consumo, no afecta al sector tabacalero ni reduce el empleo".
Ante la insistencia de Rocha Díaz, el propio coordinador de los diputados del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, señaló que si los priístas no querían votar esta medida, "la propuesta del PAN sería 10 por ciento más a los cigarros con filtro; 80 a los tabacos sin filtro, y buscamos al PRD y al Verde Ecologista".
El priísta recapacitó y luego de evaluar que el primer planteamiento, además de resultar económicamente menos gravoso para sus representados, políticamente evitaba un eventual acuerdo que dejara fuera a su bancada de las negociaciones. Votó a favor.
Pero el general Vallarta Ceceña insistía en que no se tocara al sector. Nuevamente intervino Felipe Calderón e interrogó al militar en retiro si su actitud respondía a una representación de los tabacaleros o a un interés particular. Sin rubor, Vallarta admitió su carácter de productor, dejando a su bancada sin argumentos para apuntalar su propuesta.
Al final se logró negociar una alternativa más cercana al interés panista: 10 puntos más a los tabacos con filtro y 40 a los sin filtro, conservándose el subsidio de 10 por ciento a los puros, como producto artesanal.
De este sector, subrayan los diputados, tampoco han venido las críticas hacia el Congreso, especialmente porque la "lógica" de los legisladores era aplicar un 20 por ciento directo a los tabacos y un impuesto similar a los alcoholes.
En el caso de estos últimos sólo se cambió la tasa fija a un costo adicional de acuerdo con el precio del producto. En conjunto aportarán sólo 188.9 millones de pesos. "Y tampoco de este sector han llovido críticas", advierten.
Al final, los legisladores resumen: de 70 mil millones de pesos, el PAN obtuvo con el PRI 45 mil a partir de modificaciones al ISR que aprobaron ambas bancadas en comisiones, con el voto en contra del PRD, sin alterar las prestaciones laborales.