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Ť El cardenal ofició en la Basílica,
con ocasión de la peregrinación de la arquidiócesis
No a la violencia y la impunidad: Norberto Rivera
ANGELES CRUZ
El
cardenal Norberto Rivera advirtió que en el país, y principalmente
en la ciudad de México, persisten "el egoísmo y la prepotencia
de algunos", que obstaculizan las relaciones personales y comunitarias.
Advirtió de los riesgos que para la sociedad y la dignidad humana
representan la violencia, la inseguridad y la impunidad.
Durante la misa solemne con motivo de la peregrinación
anual de la arquidiócesis de México, el prelado señaló
que "en nuestra ciudad sigue habiendo muchas realidades que se apartan
del proyecto salvífico de Dios y lesionan la dignidad humana". La
inmoralidad en distintos ámbitos de la vida social y grandes manifestaciones
de corrupción en la vida pública y privada son algunas de
ellas.
Llamó la atención sobre la importancia que
tienen en estos momentos "la justicia, y sobre todo el amor, como inspiradores
de las relaciones personales y comunitarias, de tal manera que en la convivencia
diaria, en las gestiones políticas, en el ejercicio de las relaciones
laborales y comerciales" prevalezca el interés común.
Por primera vez en un acto de este tipo la celebración
eucarística se realizó en el atrio de la Basílica
de Guadalupe, en el que se dieron cita alrededor de 12 mil personas. Desde
temprana hora se congregaron los feligreses en la glorieta de Peralvillo,
lugar de donde avanzaron hacia el templo mariano, encabezados por el arzobispo
Rivera Carrera.
En su mensaje, el cardenal reiteró su interés
por "consolidar el proceso misionero", lo que de hecho forma parte de su
plan pastoral para este año, apuntó. Esto implica "hacernos
solidarios con nuestros hermanos de la ciudad que, por distintos caminos,
se esfuerzan en buscar el bien para sí, para su familia y para la
sociedad".
Norberto Rivera convocó a los feligreses a dar
más "de lo que hasta ahora hemos estado dispuestos a dar", pero
sobre todo, dijo, Dios "nos apremia a ser generosos". Puntualizó
que no basta predicar el evangelio, sino que se tiene que complementar
con las acciones. "La gente de nuestro tiempo no se conforma con oír
hablar de Jesús, pide testigos que vivan su mensaje", señaló.