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Ť Continúa la ofensiva del gobierno de Berlusconi contra el Poder Judicial
Califica viceministro italiano al procurador general de Milán de "criminal" y "mentiroso"
Ť El primer ministro derechista será citado por los magistrados en un caso de corrupción
AFP
Roma, 15 de enero. El gobierno del primer mi-nistro italiano, Silvio Berlusconi, sigue atacando directamente a los jueces y en particular al procurador general de Milán (norte de Italia), Francesco Saverio Borrelli, al que el viceministro de Cultura, Vittorio Sgarbi, calificó de "criminal" y "mentiroso".
"El procurador Borrelli es un criminal que se aprovecha de su posición para decir mentiras (...) con quejas intolerables sobre los guardaespaldas", aseguró Sgarbi, al alimentar este martes la ya fuerte tensión entre la magistratura italiana y el gobierno de centro derecha.
La tensión aumentó desde que el gobierno anunció la realización de un controvertido proyecto de reforma que afecta a la independencia de los tribunales y por los resentimientos heredados de las investigaciones por corrupción que provocaron el desmoronamiento de la clase política italiana al comienzo de los años 90 y la entrada en el mundo de la política de Berlusconi, ex magnate de las comunicaciones.
Saverio Borrelli, que denunció una serie de anomalías en el sector judicial y acusó al ministro del Interior, Claudio Scajola, de haber reducido "casualmente" las escoltas de los jueces que han investigado al primer ministro, es ahora blanco de insultos por parte de personajes del gobierno.
"Al contrario de Sgarbi, nunca he sido condenado por delitos penales, ni investigado por la justicia, además, no suelo mentir", declaró Borrelli.
Sgarbi, uno de los personajes más controvertidos del Ejecutivo, fue condenado por difamación -condena confirmada por la ca-sación- y suele protagonizar escándalos con modelos y presentadores de televisión.
Mientras algunos sectores sociales y políticos intentan apaciguar los ánimos, las partes siguen enfrentándose, sobre todo después de la llegada al poder en mayo pasado de Berlusconi, cuyo odio por los llamados "jueces rojos" es atávico.
Los problemas judiciales de Berlusconi, quien será citado por los jueces como testigo en un caso de corrupción en la compra irregular de SME, una sociedad pública para la distribución de alimentos, suscitan las sospechas de muchos comentaristas italianos y europeos.
El hecho de que el ministro de Justicia, Roberto Castelli, haya impuesto el traslado de un juez de la corte que juzga a una de las personas más cercanas al primer ministro, el ex ministro de Defensa Cesare Previti y abogado del ex magnate de las comunicaciones, fue recibido como una forma de "intimidación" por el cuerpo judicial.
El proceso, iniciado en 1985 y que pasó por numerosas etapas, no se detuvo por el traslado, ya que el presidente de la corte ordenó al juez continuar durante 10 meses en el proceso, tal como lo autoriza la ley.
Para Gerardo D'Ambrosio, uno de los jueces que adelantaron las célebres investigaciones anticorrupción de Manos Limpias, a comienzos de los años 90, los actuales problemas de la justicia son el fruto del "conflicto de intereses que se presenta entre ser jefe de gobierno y la mayor fortuna del país, algo que no fue resuelto antes de su llegada al poder".
Berlusconi fue condenado en primera instancia y sus penas fueron anuladas en apelación o prescribieron. Otras tres investigaciones judiciales por balances falsos y compras ilegales han sido abiertas contra el primer ministro.
El presidente de la república, Carlo Azeglio Ciampi, sigue haciendo llamamientos públicos a favor del diálogo, y convocó este martes al Consejo Superior de la Magistratura, lo que al parecer no será suficiente pa-ra calmar los ánimos entre las partes.