Ť Gobernó 12 días y encontró irregularidades del ex alcalde, asegura su esposa

Exigencias de justicia en el funeral del edil de San Agustín Loxicha

VICTOR RUIZ CORRESPONSAL

San Agustin Loxicha, Oax., 15 de enero. Unos 800 indígenas zapotecos acudieron hoy a los funerales de Jaime Valencia Santiago, el presidente municipal ejecutado a balazos el pasado fin de semana presuntamente por guardias blancas al servicio del cabildo que concluyó sus funciones el 31 de diciembre.

El cabildo que presidió durante los primeros 12 días de enero y los principales provenientes de unas 20 comunidades vecinas le rindieron un homenaje póstumo en el corredor del palacio municipal. Más tarde se efectuó una sesión solemne del ayuntamiento, en la que se realizaron guardias en su honor.

En ambos actos luctuosos, familiares, amigos y autoridades exigieron a la procuraduría de Justicia del estado que investigue los hechos y castigue a los responsables, materiales e intelectuales, ya que existen, aseveraron, elementos suficientes para culpar de los hechos "a los seguidores del ex presidente municipal Lucio Vásquez Ramírez".

Melquíades Valencia Santiago y Oscar Valencia, en representación de los familiares, declararon que las autoridades cuentan con la información necesaria para consignar ante un juez penal a todos los detenidos, pues "existen testigos de que las mismas personas que asesinaron a Jaime atentaron hace tres años contra su vida, pero entonces sólo lograron mandarlo al hospital; ahora al panteón".

San Agustín Loxicha se localiza a unos 170 kilómetros al sur de la capital de Oaxaca y desde 1996 fue identificada por autoridades militares y policíacas como foco de operaciones del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y por ello todos los integrantes del cabildo de aquel entonces, presidido por Agustín Luna Valencia, fueron acusados de ser guerrilleros y la mayoría permanecen en penales de la entidad.

La rivalidad política entre Jaime Valencia Santiago y Lucio Vázquez Ramírez surgió en 1998 cuando los dos contendieron por la alcaldía y triunfó el segundo, quien desde 1996 era agente de la desaparecida policía judicial del estado y uno de los principales "delatores" de sus paisanos, a quienes habría señalado como miembros del EPR.

El 26 de agosto pasado Vásquez Ramírez y el Instituto Estatal Electoral convocaron a una asamblea para elegir a los integrantes del cabildo que gobernaría San Agustín Loxicha en el trienio 2002-2004. Lucio Vásquez nombró a su candidato, que contendió con Valencia Santiago, quien logró el triunfo con más de 5 mil votos, lo que impidió la continuidad del proyecto político de Lucio Vásquez.

Xóchitl Hernández Hernández, esposa de Valencia Santiago, dijo que durante los 12 días del gobierno de su esposo, éste empezó a enterarse de "irregularidades administrativas de parte de Lucio Vásquez y de su gente, mismas que serían dadas a conocer por los integrantes del cabildo, pero funcionarios de la Procuraduría General de Justicia del Estado les pidieron que esperaran unos días más".

La mujer exigió justicia al gobierno del estado y señaló que se debe detener a los verdaderos autores intelectuales, "porque sólo detuvieron a los que dispararon".

Miembros del cabildo culpan también como autor intelectual del homicidio a Vásquez Ramírez, a pesar de que éste se encuentra recluido en la cárcel estatal de Santa María Ixcotel como presunto responsable del homicidio de Celerino Jiménez Almaraz, supuesto miembro del EPR, a quien según la averiguación previa dio muerte cuando intentó detenerlo en una comunidad del municipio de San Mateo Río Hondo, en la misma sierra sur de Oaxaca.

Este martes, los restos de Santiago Valencia fueron despedidos con música de banda. Antes de que fuera llevado al panteón municipal se celebró una misa en su honor.

Posteriormente su féretro fue trasladado al corredor del palacio municipal, donde se le ofreció un homenaje, "no sólo al presidente municipal", sino al pediatra "que tanto ayudó a la niñez de este municipio, donde aún los niños se mueren de desnutrición".

Posteriormente fue conducido a la que fue su oficina, donde "presidió por última vez" una sesión solemne del cabildo. El síndico Miguel Sánchez fue el encargado de colocar sobre el féretro el bastón de mando, señal de que aún lo consideran su autoridad.

Al sepelio asistió Alvaro Ríos Arellanes, delegado de gobierno en Miahuatlán de Porfirio Díaz, en representación del gobernador José Murat Casab.