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EDUCACION ARTISTICA
Ť Urge modificar la visión escolar que lo reduce al Día de la Madre, dice Jaime Meza
El teatro estudiantil debe fomentar en los jóvenes la formación de una conciencia social
Ť Los sentimientos y la verdad constituyen herramientas para la creación escénica
Ť Necesaria, la obligatoriedad de esa materia en los programas de estudio, sugiere
CRISTINA MARTIN URZAIZ ESPECIAL PARA LA JORNADA
Motivar en los alumnos el interés por el teatro como cultura, búsqueda y forma de expresión creativa, como tribuna para expresar sentimientos y entender que hacer teatro nada tiene que ver con lo comercial ni con la actuación que se hace en la televisión o en el cine, es el propósito de Jaime Meza, director, actor y maestro -desde hace 27 años- del taller de teatro del plantel 4 del Colegio de Bachilleres.
Meza, asegura, busca el acercamiento del alumno a la técnica y la disciplina teatrales, sin pretender formar actores profesionales. ''Sin embargo, no lo podemos evitar cuando definen su vocación a partir de esta actividad y deciden, a pesar de todo, estudiar en escuelas profesionales."
El taller que dirige Meza ha obtenido diversos premios de teatro estudiantil, como los de los festivales Metropolitano y el de Teatro Universitario, en los que sus alumnos han sido distinguidos como mejor grupo teatral y con el reconocimiento a la mejor obra.
Según explica, su principal objetivo en la docencia es fortalecer el teatro estudiantil y que los alumnos sean conscientes de la importancia que tiene su participación en esta actividad que, después de un tiempo, los ayuda a aceptarse como son.
''La actividad teatral les da herramientas para entender que el teatro se hace a partir de sus propios sentimientos, de su propia verdad, y eso es lo que más nos interesa. Por eso, cuando lo logramos nos da gran satisfacción, porque no es fácil y es la gratificación mayor."
Expone que luego de su paso por el taller de teatro, los jóvenes son más conscientes de su realidad, más sensibles, y confieren más importancia a la actividad de grupo, a trabajar en equipo, y desarrollan el sentido de compañerismo, pues la creación teatral se hace en equipo. ''No es como la pintura, en la que el alumno está con su cuadro y puede tardarse todo un semestre para hacerlo. Aquí, la labor es con su grupo."
Disciplina y método
Meza insiste en la importancia del teatro estudiantil en la formación de los jóvenes, porque se trata, dice, de un teatro dinámico, fresco, en el cual el alumno exprese lo que siente y vive, el ejercicio de su conciencia social y política.
El del plantel 4 del Colegio de Bachilleres no es un taller libre de teatro al que pueden asistir o dejar de hacerlo, sino que se realiza con disciplina y método; se les proporcionan las herramientas para que los alumnos descubran en sí mismos todas sus posibilidades, la importancia de la representación, de abrir sus canales de expresividad, de estar en contacto con el teatro, la importancia de éste y el hecho de crear un teatro estudiantil hecho por estudiantes para estudiantes, explica Jaime Meza.
Se trata, enfatiza, de un teatro que se hace con todos los elementos para que el joven analice y se someta a técnicas como persona, con todas sus posibilidades, habilidades y capacidades para representar.
Afirma que su taller no pretende hacer actores profesionales, lo cual no significa que el trabajo sea de mala calidad; por el contrario, ''no es que no lo puedan hacer con lo que se les enseña. Claro que lo puede hacer y de maravilla, incluso mejor que muchos profesionales, pero no quiero que esas enseñanzas las apliquen a nivel profesional, porque haría un teatro con una visión comercial, como se malentiende el teatro con actores que hacen una carrera profesional y después viven del producto de su trabajo: la actuación.
''No quisiera que tengan ese concepto. De hecho, no lo manejo, no me interesa mucho la palabra actuar con ellos, ni siquiera la utilizo.
''Me interesa más participar, convivir, trabajar para hacerlos entender que hacer teatro no es propiamente el que se hace a nivel comercial."
No existe la intención -prosigue Meza- de que al salir del bachillerato los alumnos se dediquen a la actuación profesional; "incluso ocurre que esa frescura, esa espontaneidad, esa forma natural del alumno cuando estuvo en el colegio, la pierde cuando empieza a trabajar a nivel dizque profesional, en algún grupo, en algún medio o en las escuelas profesionales.
''Sin embargo, cuando esa es la vocación del joven, no lo podemos evitar. Se ha dado el caso de que el taller no satisface sus expectativas y terminan por formar talleres independientes."
Meza considera el hecho de que si los alumnos de su taller deciden dedicarse profesionalmente a la actuación y no tienen la finalidad de incorporarse a la televisión, eso es un logro y es lo que pretendemos, explica.
''Saber que alguno de los jóvenes se dedica a escribir, que el alumno empezó a interesarse más por la dramaturgia a partir del taller, eso nos llena de satisfacción y los canalizamos a las escuelas de composición dramática. Sin embargo, no me interesa que sean empíricos, sino que estudien y entiendan que escribir una obra de teatro es algo muy serio y tienen que estudiar; trato de evitar que ejerzan esta actividad de manera improvisada.''
Luego de calificar de nula la educación artística en los niveles educativos básicos, asegura que los intentos de acercar al teatro a los niños, lejos de ayudarles a despertar esa inquietud, muchas veces los bloquean o les dan un concepto equivocado de lo que es el teatro. ''Debemos romper esa visión escolar de que el teatro se hace alrededor de un día festivo, como el Día de la Madre, etcétera, que lejos de ayudarlos a tener una visión clara o hurgar en otros terrenos, los sumerge en conceptos cuadrados, caducos."
En otros países -refiere Meza- la materia de teatro es una más en los programas educativos de países desarrollados, como en Europa, donde se considera obligatorio desde el jardín de niños hasta el nivel universitario, con maestros especializados.
Desarrollo de la conciencia social
Sobre la importancia de acercar a los estudiantes de bachillerato al teatro, Jaime Meza expresa: ''Radica en que el joven tenga conciencia total de sí mismo y viva su momento histórico, que participe y ejerza una actividad en la que esté de por medio su sensibilidad, su conciencia expresiva".
Creo, sostiene, que de esta forma el joven adquiere un cúmulo de conocimientos e instrumentos para combatir un mundo global, material, en el que no tiene importancia el ser humano, más bien los medios que definen al ser humano desde el punto de vista del dinero, del comercio.
''Hacer teatro es, un poco, combatir esas posturas, romper con eso y lograr que el estudiante pueda desarrollar su sensibilidad y elevar su espíritu para vivir más feliz; también, para luchar por lo que le pertenece, su integridad, por pertenecer a una sociedad de manera activa y pueda ejercer esa verdad y busque no quedarse ahí en la materia, en la enajenación, en la sistematización, sino que rompa para que produzca a partir de la creación."
Meza espera contribuir a que los participantes en su taller sean seres creativos, ubicados donde más los necesite la sociedad, y confía en que sus alumnos continúen la actividad teatral, el teatro como reflejo de una verdad, de una realidad, ''para que seamos reflexivos y busquemos un mundo mejor. El arte coadyuva mucho, en forma definitiva, a la reflexión, la toma de conciencia; ayuda a desarrollar todo un medio en el cual estén implícitas la cultura y las artes''.
Por otro lado, en el taller de Meza generalmente trabajan con obras ya escritas, especialmente de dramaturgos contemporáneos, que son los más atractivos para los jóvenes, pero si algún alumno tiene esas inquietudes procura impulsarlo, ''y, a veces, sí se ha dado el caso de que montamos alguna obra de los estudiantes".
Entre los dramaturgos a los que más representan Meza cita a Emilio Carballido, de quien dice que es un autor completo, que escribió mucho para jóvenes con obras de un acto, además de que su propuesta es muy adecuada para el teatro estudiantil, sin embargo reconoce que en los últimos 10 años se ha recurrido más a escritores jóvenes, con otras propuestas.
Expresa que los programas de enseñanza del taller no señalan a autores determinados, sino que los jóvenes pueden manifestar sus preferencias. ''Cuando conocen a un autor, hay esa libertad de proponerlo, porque no está incluido ningún programa de autores", y agrega que trabajan obras de dramaturgos nacionales y extranjeros.
Meza reitera que en su experiencia de 27 años en la docencia ha comprobado que sus estudiantes prefieren las obras contemporáneas a las clásicas. ''El joven responde de manera maravillosa a hacer obras en las cuales esté involucrado como persona dentro de su contexto social y para eso hacemos ajustes y adaptaciones del texto para que sea él con su propia verdad y su realidad lo que impere, y la adaptamos a él, a las circunstancias del mismo joven."
Para concluir, expone que en el taller de teatro del plantel 4 del Colegio de Bachilleres, algunos de sus alumnos se han dedicado de manera profesional al teatro y otros son ''grandes espectadores de teatro y ahora llevan a sus hijos".