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EDUCACION ARTISTICA
Ť El Programa Nacional de Orquestas y Coros Infantiles
y Juveniles ''es insuficiente''
México tiene un pueblo cantor, pero se soslaya
el valor de la enseñanza musical
Ť Ojalá desde niños se despertara la sensibilidad
por ese arte, expresa Irasema Calderón
Ť La soprano y docente propone incluirla en la educación
con carácter obligatorio
CRISTINA MARTIN URZAIZ ESPECIAL PARA LA JORNADA
El canto es una manifestación del ser interno que
a todos nos gusta, pero lo triste es que esta actividad carece de una valoración
como arte y muchas veces sólo se queda en una expresión del
sentimiento o en una forma de comunicación, afirma Irasema Calderón,
soprano y docente de canto.
Egresada de la Escuela Nacional de Música, la cantante
formó parte del Coro de la Zarzuela, desde hace 16 años es
integrante del Coro de Madrigalistas de Bellas Artes y ha ofrecido conciertos
como solista en la Pinacoteca Virreinal, en el Antiguo Palacio del Arzobispado
y en el Museo Nacional de Arte.
''El
canto tiene mucho que ver con ser libre, porque para cantar creo que lo
más importante es poderse manifestar mediante una libertad corporal
que nos lleva a una libertad vocal", explica, pues la dificultad del canto
estriba en la inhibición y la tensión y para superar esas
dos limitaciones se requiere mucho trabajo.
Calderón cursó inicialmente la carrera de
letras e impartió clases de literatura a nivel secundaria. Con posterioridad,
a los 24 años ingresó a la Escuela Nacional de Música,
unos meses antes del límite de edad que determina esa institución.
Al respecto, recuerda: ''Me costó mucho trabajo empezar como adulta,
cuando los compañeros eran niños de secundaria, iguales a
los que yo tenía como alumnos en mi materia; además, los
chamacos asimilaban rapidísimo."
Su primera incursión como cantante profesional
fue en el Coro de la Zarzuela y de ahí pasó al Coro de Madrigalistas.
''A lo largo de esos 16 años, he tenido un lento proceso de consolidación,
de lo que es la música, de desarrollo auditivo, de mucho entrenamiento
y de mucha disciplina."
El timbre característico de cada voz
Irasema Calderón considera que el hecho de haber
emprendido su carrera musical siendo adulta le dificultó el proceso
de aprendizaje, pues cuando se empieza desde niña tiene una evolución
diferente. ''En mí, todo ha sido estudio y constancia."
En cuanto al trabajo del coro, manifiesta que ''es maravilloso
escuchar a 24 voces haciendo un pianíssimo". Sin embargo,
explica, es muy fácil que etiqueten a alguien como cantante ''de
coro y eso limita las posibilidades de desarrollo en otros ámbitos
del canto''.
Respecto de su tarea de educadora y la importancia de
revalorar el arte como parte fundamental de la formación de los
niños y los jóvenes, la maestra de canto Irasema Calderón
considera que se requiere sensibilizar de nuevo a la población joven,
circunstancia que ayudaría a todos como sociedad y como individuos.
Asegura que a muchas personas les interesa aprender canto
y que en esta especialidad hay muchos docentes trabajan en forma particular,
pues la enseñanza debe ser personalizada, porque cada alumno tiene
diferentes limitaciones y diversos aspectos a desarrollar para adquirir
la técnica, por lo que esos elementos lo convierten en un proceso
individual.
En cuanto a las motivaciones que encuentra en los aspirantes
a estudiar canto, explica que el ser humano tiene una inclinación
natural a expresarse cantando, aunque difícilmente se desarrolla
la técnica. ''Es muy común que en una reunión alguien
llegue con su guitarrita y todos se pongan a cantar, como una forma de
expresar sentimientos, pero no va más allá de lo que en realidad
significa el canto como manifestación artística."
Afirma que si bien todos podemos cantar, la voz es única
en cada persona, como si se tratara de una huella digital.
''Cuando escuchamos cantar a alguien, no se confunde con
otra persona, tiene un timbre característico, la cualidad vocal
de esa persona, y eso es muy importante porque puede haber infinidad de
cantantes, pero cada uno le da su sello personal aunque todos cantaran
la misma pieza, cada quien lo haría a su manera."
Cantar es más que abrir la boca
Al principio, refiere Calderón, los alumnos comienzan
a tomar conciencia de lo que es la técnica, porque cantar no es
nada más abrir la boca, sino saber emplear el mecanismo de la fonación,
el apoyo, el diafragma, elevar el velo del paladar, relajar la garganta
?porque no se canta con la garganta? y quitar tensiones al momento de cantar,
porque muchas veces la tensión impide avanzar.
En las clases de canto se pide al alumno que se vea al
espejo, porque así adquiere conciencia de los movimientos del maxilar,
de la relajación de la cara, es decir, del mecanismo que lleva a
tener resultados, explica la soprano.
En cuanto a los problemas que conlleva una mala enseñanza
del canto a los niños en las escuelas primaria y secundaria, asegura
que ''es muy delicado este aspecto de la colocación de la voz, pues
muchas veces se imita a una persona que emite mal los sonidos, por tanto,
permanece ese falso concepto y corregirlo es difícil".
Señala que es indispensable impulsar la enseñanza
del arte, pues considera a éste una manera de abordar el mundo,
una forma de conocimiento involucrada con los aspectos del sentimiento,
de la percepción, de la intuición, de lo subjetivo; es otra
forma de conocer la realidad, que no es la ciencia, porque ésta
es un conocimiento mesurable, probable; en cambio en el arte se manifiesta
el ser, el espíritu del ser, y es lo que hace que el ser humano
continúe en el mundo.
El sello de la música
Irasema Calderón sostiene que los aspectos artísticos
deben desarrollarse más, sobre todo en una sociedad como la actual,
en la que persisten la violencia y la pérdida de valores. ''Sería
una buena alternativa para los jóvenes que tuvieran la oportunidad
de expresarse por medio del arte".
Agrega que el arte es una manifestación necesaria
para todo ser humano y en su relación con la sociedad.
''Me encantaría ?expresa? que en nuestro país
hubiera mucha más sensibilidad hacia lo que es el canto, la música,
el arte, porque si bien hay algunas instancias dedicadas a ello, se requeriría
motivar más la conciencia, hacer más difusión y que
los muchachos tuvieran más opciones, no sólo la música
comercial ?pero no hablo de estaciones de radio? sino de formación,
que desde chiquitos se les proporcionaran los medios para despertar la
sensibilidad hacia la música, porque un pueblo culto es una comunidad
que sabe disfrutar.''
Existe una contradicción, según la soprano,
entre el hecho de que el pueblo mexicano sea considerado un pueblo cantor
y, en cambio, no se le atribuya importancia al canto como parte de la educación
y que sea impartido por docentes profesionales. Destaca que se hacen algunos
esfuerzos al respecto, pero resultan insuficientes, como ocurre con el
programa de orquestas y coros infantiles y juveniles.
Luego de exponer la importancia que se confiere al canto
en países de amplia tradición cultural, cita el caso de Alemania,
país en el que hay gran interés por esta disciplina y es
muy común que personas de todas las edades participen en coros.
''La música ejerce un poder muy especial, porque
el oído es unos de los sentidos más sensibles, pues está
conectado de manera directa con aspectos del cerebro. Por tanto, el tipo
de música que oímos sí influye mucho en lo que podemos
ser." La música que se escucha nos define, expresa la soprano, y
lamenta que sean muy pocos los niños y jóvenes a los que
se les abre esta opción.
Irasema Calderón se manifiesta por incluir la enseñanza
artística en los niveles de educación básicos, como
parte de la formación y no sólo como materias optativas a
las que no se reconoce la importancia que tienen en países de gran
desarrollo social y cultural. El progreso de un país, asegura, tiene
que pasar obligadamente por el fortalecimiento de la enseñanza y
la actividad artística.