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Ť Presenta poemario y libro de relatos en francés-español
José Zaragoza pugna por descolonizar las obras
escritas por latinoamericanos
CESAR GÜEMES
Luego de realizar la presentación de sus más
recientes libros en París y Los Angeles, el escritor mexicano José
Zaragoza radicado en Francia, dará a conocer hoy (Casa de la Cultura
Jesús Reyes Heroles, Francisco Sosa 202, Coyoacán, 19 horas)
el poemario Las llaves de mi casa y el volumen de relatos La
rebelión de los feos, publicadas en edición bilingüe,
francés-castellano, por la casa Ici et Maintenant.
La tesis de Zaragoza es descolonizar la literatura creada
por los latinoamericanos de cara al primer mundo cultural. ''Tradicionalmente
los artistas hemos acudido a las metrópolis para absorber el discurso
creativo del sitio al que llegamos. Y lo hacemos con cierta razón:
aprender. Llega uno y se sorprende por la infraestructura cultural. Pero
después, poco a poco es perceptible que esa estructura está
subutilizada porque son comunidades con gran tradición aunque con
dificultades para lanzar un discurso de avanzada. Parece que en Europa
la modernidad empezó a pasar de moda. Después se da uno cuenta
que la raíz y la fuerza de uno es la del bárbaro. Recordemos
que los bárbaros arrasaron con civilizaciones, pero también
las refundaron. Por eso creo que nos hemos quedado con un discurso muy
viejo, como si tuviéramos poco que proponer. Quizá esa realidad
era la de hace cien años, pero hoy el público europeo pide
mucho de Latinoamérica".
-¿Cómo dirías que se manifiesta esta
demanda?
-Con preguntas tan extrañas como indagar por qué
no se crea arte en México. Algo fuera de sitio, porque es distinta
la ausencia de creación a que la labor que hacemos aquí no
trascienda fronteras. Lo que uno ve es que cuando se ha integrado a la
cultura europea y alcanzado buen nivel es posible proponer, dejar atrás
el mito, en términos culturales, de lo que es el primer mundo. Uno
debe descolonizarse para no copiar modelos establecidos.
-¿No es eso lo que podría esperar el lector
europeo?
-Parecería que sí, pero la realidad es a
la inversa. Cuando uno trata de parecerse a ellos, lo menosprecian; si
se muestra auténtico, empiezan a escuchar con desconfianza; después,
cuando te sostienes, te prestan oído muy atento.
-La tesis de un libro como La rebelión de los
feos habla más que de una apreciación estética
de la condición de ser diferente. ¿Estás de acuerdo?
-Sí, porque para mí, a partir de esa actitud,
fue más difícil integrarme a la ciudad de México que
a París. La rebelión... sostiene que la persona debe
sublevarse contra su vergüenza secreta, sea cual sea, pero que implica
lo que es en el fondo.
-¿Cómo haces para mantener la fidelidad
a tu proyecto ahora que vives integrado a la cultura francesa?
-A partir de la información que me proporciona
la lectura de periódicos y del estudio constante de lo que ocurre
en México. He decidido ser un ciudadano del mundo, aunque haya salido
de la zona del silencio hacia París, casi sin escalas.