31an2dep
Ť Lo que sufro vale todo lo que logré en
la vida, expresó El más grande
Alí, ícono del deporte mundial, cumplió
60 años
Ť El antibelicismo, la lucha por las derechos de los negros
y la difusión del Islam, su legado
El legendario boxeador Muhammad Alí, una de las
figuras más importantes del deporte de todos los tiempos, cumplió
ayer 60 años de edad.
Aquejado
desde hace más de dos décadas por el mal de Parkinson, Alí
parece vivir en un mundo donde todo sucede más lentamente, pero
sus millones de aficionados lo recuerdan como el atleta más rápido,
fuerte y sutil, que dominó el boxeo durante casi 20 años.
Alí trascendió el ambiente deportivo y ahora
es ícono del deporte universal. En los Juegos Olímpicos de
Atlanta 96 le rindieron homenaje, al ser el encargado de encender el pebetero
olímpico, lo que logró pese al temblor de sus manos.
En Estados Unidos y en el mundo tuvo un impacto incalculable
en el movimiento de oposición a la guerra de Vietnam, en la lucha
por los derechos civiles de los negros y en la propagación del islamismo.
Muchos expertos lo consideran El Más Grande,
como él mismo se definía en los inicios de su carrera. Hasta
la fecha ningún peleador lo ha igualado y dejó a la posteridad
su estilo de "volar como mariposa y picar como avispa", además de
su pasito de gallina con el que contrariaba a sus rivales.
Los críticos del boxeo insisten en que su estado
de salud se debe a la práctica de este deporte, pero él no
entró en polémica.
"Lo que estoy sufriendo físicamente vale todo lo
que logré en mi vida. El que no tiene el valor suficiente para arriesgarse
jamás alcanzará algo", dijo durante una conferencia en 1984.
El 17 de enero de 1942, en Louisville, Kentucky, nació
Cassius Marcellus Clay en un matrimonio con penurias, ya que su mamá
era cocinera y su padre conseguía empleos ocasionales.
A los 18 años empezó a mostrar su grandeza
como boxeador al ganar la medalla de oro en la categoría de los
semipesados, en los Juegos Olímpicos de Roma 1960. Al regreso de
la justa sus convicciones lo hicieron rechazar el ambiente racista que
se vivía en su país y como protesta arrojó su medalla
olímpica al río Ohio.
Su primer título mundial lo consiguió el
25 de febrero de 1964 en Miami, cuando derrotó por nocaut en el
séptimo episodio a Sonny Liston. Se dijo que Liston se cayó
sin recibir golpe, pero Alí despejó las dudas en la revancha
al año siguiente, cuando lo venció en menos de tres minutos.
En 1964 se convirtió al islamismo y dejó
su "nombre de esclavo", como dijo él mismo, y adquirió el
de Muhammad Alí.
En 1967 rehusó incorporarse al ejécito estadunidense
para combatir en Vietnam y el gobierno le retiró su licencia de
boxeador y el título mundial que tenía. Fue sentenciado a
cinco años de prisión y a pagar 10 mil dólares. Así
evitó ir a la cárcel.
"Ellos hicieron lo que consideraron era lo correcto y
yo hice lo que consideré que era lo correcto", decía.
Regresó a pelear en 1970, década en la que
son memorables sus combates ante Joe Frazier. En ese tiempo se relacionó
con el polémico promotor Don King, quien organizó en octubre
la Batalla en la Jungla contra George Foreman, en Kinshasa, con
un triunfo para Alí en 8 asaltos.
En 1975 se pactó su tercer combate ante Frazier;
tenían un triunfo por bando y Alí se impuso en 14 rounds.
Su retiro llegó al acumular dos derrotas. Ante
Larry Holmes, en Las Vegas, y Trevor Berbick, el 11 de diciembre de 1981.
Alí fue el primer peleador en ganar tres veces
el título mundial de peso completo y acabó con la creencia
lapidaria de que "ellos (los pesos completos) nunca vuelven".
Este 17 de enero fue declarado por el Consejo Mundial
de Boxeo Día de Muhammad Alí, a quien llamó "el orgullo
más grande del pugilismo en su historia". En 1966, el organismo
que dirige José Sulaimán lo nombró "campeón
mundial de por vida del pugilismo".