Víctor M. Toledo
Rio Grande do Sul: otra izquierda es posible/ II
Si bien en la actualidad no hay una alternativa al modelo
que el neoliberalismo busca imponer, existen propuestas originales, fruto
de la creatividad del imaginario colectivo, de la resistencia popular,
de la discusión y decantación de nuevas ideas. Una de éstas
es la que se ha experimentado en Rio Grande do Sul (RGS).
Bañado por el océano Atlántico y
conectado al resto de Brasil hacia el norte, RGS mantiene una enorme faja
fronteriza con Argentina y Uruguay. Es la entidad más meridional
y la más latinoamericana de todos los estados brasileños.
Su capital, Porto Alegre, se encuentra justo a la misma distancia de Sao
Paulo y Buenos Aires. De acuerdo con los indicadores de bienestar humano
y material, RGS es el estado que presenta la mayor calidad de vida de Brasil,
con los más altos niveles de escolaridad, alfabetización
y distribución del ingreso. Las tasas de crecimiento económico
son superiores al promedio nacional. Esta situación es consecuencia
de una estructura productiva basada en las micro, pequeñas y medianas
empresas, su enorme producción agropecuaria, el dinamismo del sector
empresarial y la acción decisiva de un gobierno esencialmente participativo.
El estado actual está volcado a prestar servicios
de calidad, inducir proyectos capaces de generar empleos, ejecutar políticas
destinadas a mejorar la calidad de vida, distribuir los ingresos y reducir
las desigualdades entre las regiones y los ciudadanos. Igualmente se atienden
los principales problemas ambientales, de recursos naturales y de contaminación.
Entre sus logros destacan el mayor crecimiento industrial del país
en 2000, con un índice de 8.8 por ciento, y el segundo sitio por
sus volúmenes de exportación. Destaca también la especial
atención al sector salud: mientras el régimen anterior dedicó
5.6 por ciento de su presupuesto, el gobierno actual lo elevó a
10 por ciento. Hoy el estado posee el mejor sistema de salud pública
y de vigilancia epidemiológica de Brasil.
En el sector educativo destaca la contratación
de 21 mil nuevos profesores (el gobierno anterior despidió a 6 mil
866), el reparto de mil 500 computadoras a 195 escuelas y el llamado "movimiento
de alfabetización de jóvenes y adultos", que atiende a más
de 50 mil personas mediante 6 mil educadores, animadores populares y promotores
pedagógicos. Un programa de consultoría empresarial gratuita
ha atendido a 4 mil micro, pequeñas y medianas empresas, afirmando
su estrategia de apoyar al pequeño empresariado.
En el campo agrícola, el estado alcanzó
en 2001 la mayor cosecha de toda su historia con 18.3 millones de toneladas
de granos y está reorientando la producción hacia lo agroecológico,
incluyendo la creación de redes de distribución de productos
orgánicos. RGS es el segundo productor agrícola de Brasil
(con la quinta parte de la producción nacional).
En la dimensión ecológica es hoy la única
entidad brasileña que está revirtiendo las tasas de deforestación
y está libre de cultivos transgénicos. El programa "merienda
ecológica" hace que 430 mil niños reciban alimentos sanos,
sin agroquímicos. La diversificación de las fuentes de energía
se está realizando mediante los primeros diseños con gas
natural, multiplicando las pequeñas centrales hidroeléctricas
y las plantas de biomasa, al mismo tiempo que se explora el potencial eólico
de la entidad.
La empresa estatal de saneamiento del agua garantiza agua
tratada a 98 por ciento de la población urbana. Y, en fin, las políticas
públicas avanzan en las áreas de transporte, comunicación,
asistencia social (se distribuyen gratuitamente alimentos entre 6 mil 400
familias pobres), tecnología (abatimiento de la "brecha digital"
mediante la creación de 35 telecentros), vivienda popular (con un
incremento de 800 por ciento en el presupuesto) y empleo (se crearon 200
mil nuevos puestos de trabajo entre 1999 y 2000).
Han pasado casi cinco años desde que el politólogo
italiano Michelangelo Bovero reclamara la construcción de una plataforma
teórica alternativa al marxismo. Las filosofías políticas
no se construyen, sin embargo, en el vacío social; es decir, no
surgen mágicamente de las cabezas de los intelectuales o pensadores,
sino de la interpretación, análisis y proyección de
los procesos sociales de vanguardia. En la sociedad contemporánea,
experiencias como las de RGS conforman un laboratorio social de enorme
importancia sobre el que es necesario reflexionar y aprender. Y es que
la experiencia de RGS resulta novedosa en más de un sentido: integra
fenómenos de reivindicación natural y social, articula las
luchas rurales y urbanas, otorga un nuevo rol al ciudadano, remontando
la exclusión social al que lo condena cada vez más la democracia
formal o representativa y, en fin, pone las bases para un efectivo control
local de las instituciones y los procesos sociales.
El ejemplo de RGS está, sin embargo, más
cerca de lo que se ha visualizado como sociedad sustentable, que de la
remodelación teórica y práctica de una sociedad socialista,
pues buena parte de los principios invocados por la ecología política
están presentes en esa experiencia, como realidades o como tendencias:
respeto por los procesos de la naturaleza, reconversión hacia fuentes
renovables de energía, empoderamiento de lo local, democracia participativa,
equidad social.
En el primer Foro Social Mundial celebrado en Porto Alegre
se acuñó una frase que sintetiza como ninguna otra el esfuerzo
que la sociedad civil y el gobierno de RGS llevan a cabo: Otro mundo
es posible. Hoy también podría agregarse que "otra izquierda
es posible" y, por supuesto, necesaria y urgente.