Ť Falta compromiso para detener la preocupante
brecha que se amplía entre ricos y pobres
Pobreza y desigualdad podrían descarrilar la
globalización
Ť Según el consenso del foro económico,
los problemas deberían ser resueltos por el esfuerzo entre gobiernos,
sector privado y ONG Ť Advertencias de los críticos, ignoradas en
el FEM
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York, 3 de febrero. Hubo debates intensos
sobre quién gana y quién pierde, hubo un enfoque intenso
sobre la competitividad y el liderazgo, sobre la amenaza del terrorismo,
estrategias ofensivas y defensivas; hubo conferencias de prensa y comunicados
escuetos, todo bajo una intensa seguridad de cientos de policías,
helicópteros y revisiones de cada participante que entraba a este
lugar. Toda la prensa mundial está presente para informar de los
hechos al planeta.
No, esto no fue un día más en el Foro Económico
Mundial (FEM) en Nueva York, fue el Super tazón en Nueva Orleans,
y esa fue la noticia imperante aquí.
Mientras tanto, en Nueva York se realizó el cuarto
de los cinco días de sesiones, fiestas, cocteles y debates del Foro
Económico Mundial, y como ha ocurrido a lo largo de esta reunión
anual, el tema de la globalización del libre mercado y sus desafíos
están en el centro del diálogo.
Pero
el movimiento que estalló en Seattle en 1999 y que ha dado la vuelta
al mundo ha obligado a este encuentro a enfocarse en los descontentos sobre
la globalización. Por lo tanto, cada año se ha estado invitando
a más ONG y representantes de sindicatos y grupos ambientalistas
y sociales, y se organizan más mesas sobre las consecuencias sociales
de la globalización económica.
Así, se habla de la pobreza, la desigualdad creciente,
las enfermedades y otros problemas que afectan a millones de personas;
se invita a personalidades como Bono, Desmond Tutu y John Sweeney para
discutir estos asuntos, pero nadie duda de que la globalización
económica es la única opción viable para este mundo.
La advertencia general a los participantes y promotores
de la globalización económica que surge del FEM es que la
pobreza y la creciente desigualdad han llegado a tal punto que podrían
descarrilar el proyecto de liberalización de mercados y del capital.
Los debates, única estrategia viable, según
Fischer
Stanley Fischer, vicepresidente de Citigroup y asesor
del Fondo Monetario Internacional, reportó que los debates dentro
del FEM sobre el futuro de la globalización siguen como la única
estrategia viable a seguir, y reconoció que ''casi por definición,
uno no llega a una conferencia como ésta a menos que esté
a favor de la apertura'' económica y las políticas de la
globalización. El foro de Davos, insistió, cree en el proceso
de globalización, aunque favorece una mejor mundialización
que la actual.
En un resumen del diálogo sobre la economía
mundial que se ha dado dentro del FEM durante estos días, Fischer
refirió que se expresaron preocupaciones sobre el ''contagio político''
de Argentina -descartando el peligro de la contaminación económica
de esa crisis a otros países-, así como inquietud por el
caso Enron. Señaló que aunque todos aquí expresaban
su ''más profunda simpatía'' por lo que ocurría en
Argentina, lo preocupante sería que esta crisis nutriera una respuesta
política contra la globalización al interpretar -erróneamente,
según él- que es un ejemplo de ''políticas de mercado
fracasadas''.
En diversas mesas de trabajo se habló sobre el
futuro económico y el temor de que si se profundiza la crisis del
caso Enron podría quedar minada la ''confianza'' en el sistema.
Pocas opciones
Otro tema clave de las discusiones a lo largo de los últimos
cuatro días fue la ''preocupante'' brecha que va creciendo entre
pobres y ricos, la falta de compromiso para aliviar la pobreza y el problema
de la marginación del proceso político y económico
de la globalización.
Sin embargo, las opciones de solución que se tocaron,
informaron los participantes, se limitaron a ampliar la asistencia extranjera
a los países pobres, más cooperación entre las instituciones
multilaterales como el Banco Mundial y la ONU para enfrentar la pobreza
y sus consecuencias, y más atención de los gobiernos a estos
problemas dentro de sus propias fronteras.
Al resumir el debate dentro del Foro Económico
Mundial, Trevor Manuel, ministro de Hacienda de Sudáfrica, señaló
que ''no se puede esperar que las empresas hagan demasiado para reducir
la pobreza, ya que hay que reconocer una contradicción entre esto
y su propósito fundamental de maximizar ganancias''.
El consenso es que todos estos problemas deben ser resueltos
por los esfuerzos compartidos entre gobiernos, el sector privado y las
ONG. Pero esta propuesta parece ser una fórmula atractiva sin ningún
contenido, más allá de referir estas cuestiones a congresos
y conferencias a futuro, como la que celebrará la Organización
de las Naciones Unidas en la ciudad de Monterrey, en marzo, sobre el financiamiento
para el desarrollo.
Pero reconociendo la creciente oposición o descontento
generado por las consecuencias de la liberalización de los mercados
en varias partes del mundo, en esta reunión anual del FEM se escucharon
más voces críticas que antes, incluyendo a sindicalistas,
ambientalistas, roqueros como Bono y expertos en derechos humanos como
la misma comisionada de la ONU, Mary Robinson.
Hasta se celebraron mesas y una conferencia de prensa
sobre ''el futuro del movimiento contra la globalización''. Neil
Kearney, secretario general de la Federación Internacional de Textiles
y Confección (agrupación internacional de los sindicatos
de este ramo), advirtió que ''a menos que estos temas sean abordados,
millones de trabajadores que se sienten abandonados se sumarán a
las protestas de los jóvenes en las calles''.
Pero una interrogante es si la invitación de algunas
de estas voces al FEM en verdad resultará en un cambio en las políticas
de la globalización económica. El propio Kearney informó
que ''en gran medida, estas consideraciones (de los críticos) son
ignoradas por los otros participantes''. Cabe señalar que en la
conferencia de prensa sobre el diálogo entre los críticos
y los promotores de estas políticas dentro del FEM no se presentó
un solo empresario o ejecutivo