Ť Solicitan a La Habana apoyo a la candidatura
de Jaime Sepúlveda a la OPS
La gira del presidente mexicano marca el comienzo de
una relación realista con Cuba
Ť Reabren la agenda multilateral y analizan la situación
en Venezuela, Argentina y Colombia
JUAN MANUEL VENEGAS Y GERARDO ARREOLA ENVIADO Y
CORRESPONSAL
La Habana, 4 de febrero. La visita del presidente
Vicente Fox a Cuba marcó el lanzamiento de una relación pragmática
entre México y la isla, que en el ámbito multilateral empezó
de inmediato, con la apertura de una nueva campaña diplomática
mexicana, esta vez para encabezar la Organización Panamericana de
la Salud (OPS).
La candidatura del mexicano Jaime Sepúlveda Amor,
director del Instituto Nacional de Salud Pública, para dirigir la
entidad hemisférica de 2003 a 2008, fue presentada a Cuba con el
ánimo de obtener el respaldo de la isla, cuya decisión puede
ser indicativa para los países del Caribe y arrastrar votos.
Fox agradeció a Castro el apoyo cubano para la
candidatura de México al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
y lo pidió para Sepúlveda. A su vez, el canciller Jorge G.
Castañeda informó a su colega cubano, Felipe Pérez
Roque, que México no patrocinará ningún proyecto de
resolución sobre Cuba en la Comisión de Derechos Humanos
(CDH) de la ONU en marzo, y anticipó una virtual abstención
durante la votación del caso. Finalmente, Fox habló en La
Habana con activistas de la oposición, todo lo cual refleja un tono
de realismo, en el que se dibuja un nuevo esquema de equilibrios entre
los dos gobiernos.
Sepúlveda, quien vino sorpresivamente en la comitiva
oficial de Fox, confirmó a La Jornada que su caso fue una
de las prioridades que trajo el Presidente, y estimó que tiene "buenas
posibilidades" de obtener el voto cubano y de alcanzar la dirección
de la rama americana de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Pero yo preferiría no adelantarme y esperar la información
oficial", añadió.
El rencuentro entre los gobiernos de Cuba y México,
tras el enfriamiento durante el sexenio de Ernesto Zedillo y un choque
incial en el actual por la resolución sobre la isla en la CDH el
año pasado, reabrió la agenda multilateral, con un repaso
a la polarizada situación en Venezuela, la crisis argentina, el
proceso de paz en Colombia y los precios del petróleo.
La parte mexicana, de acuerdo con una versión de
las conversaciones privadas, refrendó la decisión de abstenerse
de fungir como "intermediario, mensajero, comunicador o facilitador" entre
Cuba y Estados Unidos, menos en el actual periodo de distensión
entre los dos adversarios.
El factor estadunidense que gravita en torno de la relación
Cuba-México cambió de coordenadas después del 11 de
septiembre: la relación estrecha con Washington, durante el gobierno
de Zedillo, subió de tono con Fox, pero disminuyó por la
crisis de Afganistán; en otro escenario, la hostilidad de cuatro
décadas hacia Cuba se matizó, para abrir paso a un excepcional
clima de distensión con la isla.
Médico cirujano y académico, de 48 años,
especialista en salud pública y medicina tropical, hermano menor
del ex canciller Bernardo Sepúlveda, el candidato mexicano a la
OPS es uno de los tres aspirantes en una disputa que pondrá de nuevo
a prueba la capacidad de convocatoria de México en América
Latina, después de un recorrido similar el año pasado para
alcanzar asiento no permanente en el Consejo de Seguridad. Los otros dos
aspirantes son la argentina Mirta Roses, subdirectora general de la OPS,
considerada la "oficial", y el costarricense Juan Antonio Casas, director
de la División Salud y Desarrollo Humano del organismo.
La elección se celebrará en el congreso
panregional en septiembre próximo, por voto secreto. El nuevo director
general remplazará al barbadense George Alleyne, quien en enero
de 2003 terminará su segundo periodo al frente de la OPS, organización
de 35 países que discute, coordina y promueve políticas y
campañas de salud pública en la zona.
La candidatura de Roses empezó a debilitarse el
año pasado por la morosidad de Argentina para liquidar sus cuotas
en la organización y su campaña finalmente declinó,
arrastrada por la crisis en el país sudamericano. Casas, que fue
el segundo en arrancar su promoción, se apoya en Centroamérica
y está buscando los votos del Caribe, con la bandera de una candidatura
experimentada en el organismo, es de ideas renovadoras y se perfila como
el principal competidor del mexicano.
En la búsqueda del asiento en el Consejo de Seguridad,
México no logró consenso en el grupo latinoamericano, en
el que también estaba la candidatura de República Dominicana,
y tuvo que acudir a la votación en la Asamblea General. Para la
dirección de la OPS se perfila una nueva contienda, que fuentes
cercanas a Juan Antonio Casas señalan que "parece trasladarse al
Caribe".