Bové pasará tres meses tras las
rejas
Rechazan su apelación; ''no me siento culpable'',
dice
AFP
París,
6 de febrero. El activista José Bové deberá cumplir
una condena de tres meses por haber desmantelado un restaurante McDonald's
en 1999, en Millau, sur de Francia, después de que la Corte de Casación
rechazara este miércoles una demanda contra esa sentencia. La pena
es definitiva y debe ser ejecutada de inmediato.
"Se criminaliza algo que corresponde a la desobediencia
cívica y se beneficia la impunidad al más alto nivel del
Estado; es verdaderamente injusto", declaró al conocer la sentencia
Noel Mamere, candidato de los verdes a la elección presidencial,
quien se encuentra en París.
En Millau, donde Bové realizó el ataque
contra el McDonald's en agosto de 1999, el activista y líder de
la Federación Campesina declaró que no se siente culpable
y afirmó: "no reconocemos esta decisión de la justicia".
Dijo que sus abogados presentarán en los próximos
días un recurso ante la Corte Europea de Derechos Humanos para hacer
"reconocer el derecho a la legítima revuelta".
Bové fue condenado en 2001 por la Corte de Apelaciones
de Montpellier, sudeste de Francia, pero había presentado un recurso
ante la Corte de Casación, el tribunal supremo.
Ya pasó 19 días tras los barrotes y la confirmación
este miércoles de la sentencia significa que deberá cumplir
el resto.
"El combate no va a detenerse; no vamos a bajar los brazos",
prometió Bové este miércoles en Millau ante un centenar
de personas reunidas frente al edificio del palacio de justicia.
"Los que son culpables son los importadores de harinas
animales o la Organización Mundial de Comercio (OMC), que ha permitido
las importaciones de vacunos con hormonas, pero ellos están en libertad
y nosotros en peligro de prisión", agregó.
Bové y sus amigos justifican su ataque contra
el restaurante McDonald's de Millau como una acción de "estado de
necesidad" frente a una decisión de Estados Unidos de aplicar un
impuesto al queso roquefort (Bové es productor de leche utilizada
en ese tipo de queso).
El activista antimundialista, de retorno en Francia después
de participar en el reciente Foro Social Mundial en Porto Alegre, Brasil,
se instaló en Millau con sus amigos ?apodados Los diez de Millau?
tras los barrotes de una jaula de madera en la que estaba escrito "Jaula
para sindicalistas".
Los militantes desplegaron también ante el Palacio
de Justicia una bandera con la inscripción "Palacio de las injusticias".
"Estamos frente a una justicia a dos velocidades, la de
los sindicalistas encerrados tras esta reja y la de los burgueses y ricos",
afirmó Bové, mostrando tras él a otras personas que
llevaban sombreros en los que estaba inscrito "FMI-OMC", "TotalFina-Elf",
"Sangre contaminada" y "Harinas animales", las tres últimas en alusión
a graves escándalos en Francia.
El líder de la Confederación Campesina se
refirió la elección presidencial francesa dentro de menos
de tres meses, y afirmó que "todos los que se presentan al sufragio
universal nos han cortejado en Porto Alegre para darse buena conciencia.
"Pero -agregó- no han hecho nada para que nuestros
derechos sean tomados en cuenta; todo el mundo social condena a quienes
hacen aplicar decisiones como ésta de hoy".
Al ser interrogado sobre el eventual retorno a la cárcel,
declaró: "no me prestaré a ninguna colaboración: o
voy a la cárcel o estoy en libertad, los magistrados deben decirlo".
"No preveo ningún viaje al extranjero porque no
quiero dar la impresión de huir", agregó, concluyendo: "no
me llamo Schuller" en alusión al ex dirigente gaullista Didier Schuller,
prófugo de la justicia por corrupción desde 1995, y que acaba
de retornar a Francia provocando una fuerte reacción de los dirigentes
gaullistas que temen sus revelaciones en vísperas de la elección
presidencial.