Con Iturbide presentan India-México.
Vientos paralelos e inauguran muestra alusiva
Corazón e imaginación intervienen en
la fotografía, coinciden Salgado y Rai
La artista mexicana atribuye a la capacidad de asombro
la posibilidad de ese manifestación
MERRY MAC MASTERS
Ante el público que asistió anteayer al
Anfiteatro Simón Bolívar del Colegio de San Ildefonso para
la presentación del libro India-México. Vientos paralelos
(DCE Ediciones/Océano), Sebastião Salgado indicó
que si tuviera que dar un consejo a un joven fotógrafo le pediría
''abrir su corazón lleno de amor''. El fotógrafo, continuó,
debe ''amar a las personas profundamente; respetar la dignidad. Después,
conocer un poquito de la historia: dónde vivimos, adónde
vamos, para podernos situar. Después de estas circunstancias tomamos
una cámara y escribimos nuestro lenguaje. Es un lenguaje tan poderoso,
tan fuerte, que se escribe en imágenes".
El primero en pronunciar la palabra corazón fue
el fotógrafo de India, Raghu Rai, también participante del
volumen en cuestión. "Ahora que existe la autoexposición,
el autoenrollamiento, el autotodo, ni siquiera hay que usar la cabeza.
Uno se queda sólo con su corazón. Así que usa tu corazón
con toda tu imaginación y una respuesta rápida".
Más adelante diría: "El viaje siempre es
intenso. Pero en todo momento hay una brecha entre aquel que toma la imagen
y lo que se captura. La vida es una experiencia mucho mayor".
Según Graciela Iturbide, la tercera colaboradora
del libro, ''mientras tengamos la capacidad de sorprendernos ?por lo menos
este es mi caso? puedo seguir viendo y haciendo fotografías. El
día que pierda esa capacidad ya no voy a hacer fotografías".
El trinomio Iturbide-Rai-Salgado llegó antes de
la hora señalada para ver la exposición de 90 imágenes
?30 de cada uno? que esa misma noche quedó abierta al público
en el Antiguo Colegio de San Ildefonso (Justo Sierra 16, Centro).
La presentación de India-México,
que dio pie a la muestra, se inició con cierto nerviosismo. Diego
García Elío, editor del volumen, sugirió mejor un
diálogo con el público. Natalia Gil, coordinadora general
del proyecto, pretendió leer un par de cuartillas, pero pareció
no llegar al final. Mientras tanto, más de 20 fotógrafos
que cubrían la actividad apuntaban hacia el frente. En eso, Salgado
sacó su cámara y enfocó hacia ellos.
De hecho fueron los autores del libro quienes rompieron
el protocolo, empezando por Jean-Claude Carrière, responsable del
prólogo. Rai fue cuestionado acerca de qué le parecía
ser el objeto retratado. Dijo encontrarlo "muy penoso", aunque Sebastião
"ha de estar acostumbrado". En un acto de calor humano, Rai le entregó
a Natalia Gil un chal. "Eso es lo que hacemos en casa", explicó.
Al cabo de menos de una hora la concurrencia se encaminó
a recorrer la exposición albergada en el tercer nivel del museo.
Entre la multitud, Julio Scherer enseñó dos imágenes
a Salgado, a fin de mostrarle cómo el muralista David Alfaro Siqueiros
utilizó la fotografía para su pintura. El brasileño
firmó libros y saludó a todos los que se le acercaron.
Esta semana la fotografía ha brillado con luz propia.