Se elevaron en Latinoamérica y el Caribe
en décadas recientes: Banco Mundial
Economistas analizan en la Habana la pobreza y desigualdades
causadas por el neoliberalismo
Desafío, reducir la marginalidad o ver su regreso
con el aumento de la población, señala
DPA, PL Y AFP
La Habana, 13 de febrero. La pobreza y las desigualdades
creadas por el neoliberalismo fueron temas debatidos este miércoles
por los asistentes al Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización
y Problemas del Desarrollo, que se realiza en esta capital desde el lunes
pasado.
Representantes del Banco Mundial aseguraron que el reto
actual es luchar contra la pobreza, porque sus índices "se han incrementado
de manera considerable en América Latina y el Caribe en las últimas
dos décadas.
"Entre los pocos índices que han crecido en Latinoamérica
y el Caribe está la pobreza", coincidieron Guillermo Perry, vicepresidente
del Banco Mundial para la región, e Ian Golden, director de Política
de Desarrollo de esa institución.
Añadieron que uno de los desafíos en el
nuevo milenio "es si se mantendrá la reducción de la pobreza
en 20 años, o simplemente es un fenómeno de corto plazo donde
veremos regresar la pobreza a medida que aumenta la población mundial
en los próximos 30 años".
Crecimiento económico
Perry reconoció que en los países con mayor
desigualdad social, el crecimiento económico es menor y los salarios
se deterioran.
El producto por habitante, según el funcionario,
creció en promedio 1.5 por ciento de 1990 a 1998, situación
que sólo puede compararse con la registrada en la década
de los 60, cuando se alcanzó un dos por ciento. Un crecimiento,
sin embargo, "aceptable", dijo.
El debate de este miércoles motivó la participación
del presidente Fidel Castro, quien preguntó al panel de expositores
sus criterios sobre las consecuencias de la crisis en Argentina.
Castro leyó los titulares de medios de prensa y
agencias que retomaron el tema y se interesó por la opinión
de los expertos.
El mandatario preguntó acerca de lo que podría
suceder con el capital privado congelado en los bancos y cuestiones relacionadas
con la situación financiera, como la devaluación del peso
y las previsiones del capital que los funcionarios del FMI aportarían
para paliar la crisis.
Uno de los expositores contestó que la situación
en aquel país se debió a la práctica de un capitalismo
de rapiña.
Por su parte, el especialista holandés Win Dierckxsens
aseguró que una economía de guerra, similar a la de Estados
Unidos, lleva a la larga a una recesión porque las armas son improductivas
y no fomentan el crecimiento de la riqueza.
El gasto militar, si bien estimula un crecimiento a corto
plazo, está lejos de ser la solución, dijo el experto del
Departamento Ecuménico de Costa Rica. La economía de guerra
es un instrumento de poder para salvarse en un momento en el que el mundo
está encaminado a una recesión mundial, peor que la registrada
en los años 30.
El actual gobierno estadunidense incrementó su
presupuesto militar para 2003 y la tendencia es seguir elevándolo
en los próximos años.
Para Dierckxsens, el armamentismo subordina a los contrincantes
a los intereses "de los poderosos" y compensa la demanda contraída
del consumo privado por el de las armas.
En cuando al tema de la globalización, un analista
estadunidense dijo que ésta halla una resistencia latente en la
vida diaria de las personas.
James Miltemann, profesor de la Universidad Americana,
consideró el término antiglobalización muy reducido,
porque sugiere que existen dos caras, a favor y en contra, sin tener en
cuenta a aquellas personas que a través de ese proceso se pudieran
socializar los medios de producción. Se refirió a la necesidad
de democratizar un proceso que en estos momentos está dominado por
el mercado.
Otro de los temas tratados fue la circulación del
euro y sus efectos en América Latina a raíz del intenso flujo
de inversión provenientes de aquel continente, cuyos niveles alcanzaron
a los de Estados Unidos.
El compromiso de los bancos europeos en Latinoamérica
aumentó de modo considerable, dijeron economistas europeos. Particularmente
en Brasil, que se caracteriza por la importancia de sus relaciones comerciales
con este continente.