El artista mexicano coordina la creación
de obra plástica de Operación Jornada
Por segunda vez, seis ciudades de Dinamarca ofrecieron
sus muros a Gustavo Chávez
Se destinarán recursos de ese proyecto del país
europeo a la alfabetización en Chiapas
ANASELLA ACOSTA NIETO
Seis ciudades de Dinamarca hospedaron por segunda ocasión
a Gustavo Chávez Pavón y ofrecieron los muros de sus escuelas
preparatorias para llevar a cabo la Operación Jornada, proyecto
en el que participaron alumnos y profesores en la creación de obra
plástica bajo la coordinación del muralista mexicano.
Los organizadores del proyecto danés eligieron
en esta ocasión el estado de Chiapas como destino de los recursos
aportados por los participantes, cuyo fin es desarrollar planes de alfabetización
en las zonas marginales del mundo.
La temática de la obra se desarrolló en
torno de la lucha zapatista y las condiciones de las comunidades indígenas
en el sureste mexicano.
Bajo el concepto de creación colectiva o integral
?desarrollado en México por el grupo Gárgola, agrupación
de jóvenes pintores mexicanos?, el arte se convirtió en el
lenguaje común e hizo posible el intercambio cultural entre México
y Dinamarca.
Gárgola ?agrupación de la cual Gustavo
Chávez es cofundador? ha desarrollado el concepto de arte colectivo
en comunidades indígenas de Juchitán (estado de Oaxaca) y
de Michoacán, y en secundarias del estado de México.
Fiel a su convicción de que el arte puede ser un
ejercicio de pensamiento comunitario, el artista habla con La Jornada
sobre la pintura mural como alternativa de integración social.
Trabajar en el terreno de la conciencia
Gustavo Chávez recuerda el carácter social
del mural, por ser un medio artístico abierto, público y
sin fines de lucro:
''Es una alternativa de expresión para las comunidades
que no tienen acceso a los medios de comunicación para hablar de
lo que son y necesitan; por ello, hay quienes consideran la creación
de murales como una actividad peligrosa''.
El pintor mexicano reconoce que la pintura por sí
sola no puede tansformar a una sociedad, sin embargo, afirma:
''Los artistas podemos trabajar en el terreno de la conciencia
y de alguna manera mover el pensamiento del espectador.''
Un mural no es como una obra de teatro ?explica? o una
canción que sólo provoca emoción en el momento en
que se escucha. No, ''la obra mural es un llamado de atención permanente
que transforma el entorno gris y oscuro de la cotidianidad de una ciudad''.
Relata que los proyectos desarrollados en Dinamarca han
tenido como punto de referencia las características con las que
Gárgola ha trabajado, que consisten en involucrar a la comunidad
en la realización del acto creativo y discutir sobre la temática
de la obra.
Chávez comenta que con este tipo de actividades
interactivas se rompe el mito de que el europeo es individualista y se
constata que sí hay posibilidades de efectuar trabajos colectivos
y de transformar situaciones sociales mediante el arte.
La pintura mural pervive
El muralista, para quien el arte se ha convertido en una
actividad política, aclara: ''Para mí el arte es parte de
una lucha social, pero puede no serlo para todos. Creo en la posibilidad
de la diversidad''.
Luego de haber concluido sus proyectos en ese país
de Europa, Chavéz Pavón se ha reincorporado al programa comunitario
que involucra a los alumnos de secundaria del estado de México en
la elaboración de murales en sus escuelas.
Al preguntársele al pintor sobre el agotamiento
del muralismo como forma de lucha social, con personalidades como Diego
Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, Gustavo Chávez
enfatiza: ''La pintura mural no está agotada a pesar de que ya hayan
dejado huella personajes geniales y de que sea parte de una resistencia
cultural añeja, pues la problemática social aún no
se ha resuelto''.
Para el artista mexicano, quien pintó seis muros
con el testimonio de la lucha indigenista en Chiapas, el muralismo ofrece
un lenguaje popular y universal, por lo que siempre habrá qué
decir y existirá la necesidad de unirse para crear puentes de entendimiento.