La actriz se incorpora hoy a la obra Los monólogos de la vagina, de Eve Einsler

Hablar de vaginas es hablar de denuncias y reclamos, señala Ofelia Medina

En México tenemos la desventaja de que nuestros compañeros sexuales son muy malos, dice

MARIANA NORANDI

Hoy se incorpora la actriz Ofelia Medina al elenco de Los monólogos de la vagina, de Eve Einsler, que la semana pasada cumplió sus 800 representaciones en la Sala Chopin.

A pesar de algunas críticas poco fundadas y de ciertas acciones de censura en determinados estados, ahí sigue. Esta obra no despliega una elaborada escenografía, ni un llamativo vestuario, y menos una gran iluminación, únicamente presenta a tres mujeres hablando. Su éxito radica en una buena actuación, en un gran texto y sobre todo, en hablar sin tapujos sobre algo que siempre estuvo callado: la vagina. La obra desnuda una realidad silenciosa, disfrazada, y la expone sin prejuicios ni tabúes, dando a conocer, desde un punto de vista muy femenino, la sexualidad de la mujer, la insatisfacción, la incomprensión y la violencia que padece.

Algo que ha caracterizado esta obra es la participación de distintas actrices en su reparto, como Susana Alexander, Cynthia Klitbo, Susana Zabaleta, Lilia Aragón, Anabel Ochoa o Andrea Legarreta. Ahora, a partir de hoy, 14 de febrero, este montaje contará con la intervención de Ofelia Medina.

Una ventanita al conocimiento

La actriz nos recibió en el Fideicomiso para la Salud de Niños Indígenas de México, al sur de la ciudad. Espontánea, aguda y con mucho sentido del humor, nos habló de sus inquietudes sociales, de su actuación en la obra y de su vagina.

-ƑPor qué decidiste participar en Los monólogos de la vagina?

-Porque esta obra, que para algunas de nosotras puede parecer elemental, para la mayoría de las mujeres es una ventanita al conocimiento de su cuerpo, al atrevimiento de tocarlo, de masturbarse, de romper limitaciones. Cuando fui a ver la obra, me sorprendió la reacción casi catártica de mujeres que nunca en su vida habían pronunciado ni siquiera la palabra vagina. Además me parece muy bueno que esta obra, además de abarcar este tema, esté abierta a que en cada país se presenten los casos locales más importantes de agresiones hacia el sexo femenino. Es importante que uno no solo vaya al teatro para carcajearse de poder decir "coño", sino que también se pueda concienciar.

-ƑQué es lo que más te gusta de interpretar este papel?

-Esta obra presenta la facilidad de que el texto se lee y que no hay movimiento escénico, lo que hace que una se concentre mucho más en las intenciones y que se pueda, sólamente con la voz y el gesto, transformar en mujeres que nunca ha sido. A mí me toca el monólogo de una mujer que es violada desde niña y termina teniendo una relación por primera vez dulce y tierna con otra mujer. Esa no es mi experiencia, pero me parece muy lindo poder experimentar algo que nunca viví y hacer que la gente se sensibilice hacia las mujeres que han padecido violencia sexual.

-ƑPor qué crees que a las mujeres nos cuesta hablar de nuestra vagina?

-Porque las pobres vaginas están tan poco satisfechas y tan abandonadas que cada vez que se habla es un reclamo. Creo que no podemos hablar de nuestras vaginas porque no hemos encontrado el tono para que no suene a denuncia. Esta obra tiene la cualidad de hablar con humor; entonces, como no es un reclamo, es más fácil acercarse al tema.

-ƑLa vagina sigue siendo una parte poco conocida y explorada por nosotras mismas?

-En México tenemos la desventaja de que los compañeros sexuales son muy malos, entonces una, hasta cierto punto, no puede explorar su vagina porque para eso se necesita un buen "compañero de baile". Salieron unas estadísticas que dicen que, después de los japoneses, los mexicanos son los peores, porque tienen una duración de coito de minuto y medio o algo así. Son pocos los que tienen una técnica sexual, la mayoría tienen eyaculación prematura y no tienen la menor idea de lo que es el ser que tienen enfrente. Creen que hacer el amor es como los conejitos y que es la eyaculación su punto culminante.

Una cuca con cacao

-Esta obra está basada en una encuesta hecha a doscientas mujeres sobre su vagina. Si te hicieran esa encuesta, qué responderías a la pregunta: "Si tu vagina se vistiera Ƒqué se pondría?"

-Se pondría mantequilla de cacao.

-Y si pudiera hablar, Ƒqué diría?

-La mía habla, dice discursos completos, creo que hasta habla demasiado.

-ƑPero qué dice?

-(Se ríe) Otro poquito más, por favor.

-ƑQué nombre das a tu vagina?

-Depende de la ocasión, a veces chocho, otras cuca. De niña le decía cuca; ahora tiene muchos nombres y le busco más en cada experiencia.

-ƑQué es lo que más te gusta de tu vagina?

-A mí me gusta todo. Además me sorprende, me parece que está llena de secretos y de sensaciones desconocidas. La mayoría de las mujeres piensan que en cada orgasmo siempre se siente lo mismo y eso refleja la mala educación que se tiene. Cada encuentro es totalmente diferente en sensaciones, en intensidad, en forma, en olores y sabores. La vagina no es estática, tenemos un universo infinito de sensaciones que están ahí para ser exploradas.

Cuestión de educación

-Aparte del aspecto simpático, la obra tiene otro muy dramático como el de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez que, hasta la semana pasada, eran 273. ƑQué opinas al respecto?

-Una obra de teatro no cambia la situación social de un país, pero hace que por lo menos se hable de ella. Esos asesinatos me parecen vergonzosos y debemos seguir exigiendo su esclarecimiento, así como también protección y seguridad en las calles para las mujeres que trabajan en las maquiladoras.

-En la obra se informa que en México 175 mil mujeres son violadas al año, muchas por familiares; Ƒcómo atacar esto?

-Es cuestión de educación. La Secretaría de Educación Pública debería introducir desde la primaria el concepto de respeto a la mujer. Que las niñas sepan que lo deben denunciar y que se les va a apoyar. Las mujeres privilegiadas y las organizaciones femeninas debemos exigir a las autoridades educación, protección y seguimiento de los casos. Las mutilaciones, velos, violaciones, reflejan el miedo terrible del varón a la superioridad sexual de la mujer.

-En la obra la mujer madura está valorada, pero la realidad es muy diferente.

-Existe en nuestro país la idea de que cuando una mujer deja de tener la menstruación, pasa a ser inservible o te califican como pinche vieja libidinosa porque "a su edad" quiere seguirle. Hay mucha ignorancia e incomprensión hacia el cambio de la mujer. Mucha mentira al pensar que la menopausia significa el fin de tu sexualidad y eso es un problema.

La estrategia de la Coca-Cola

-Acabas de llegar de Chiapas; Ƒcómo encontraste la situación allí?

-De la chingada. Los desplazados están en una situación inhumana y la mayoría de la gente no tiene ni la menor idea en qué condiciones están viviendo. Hoy en día, los desplazados de Chenalhó están recibiendo por parte de la Cruz Roja Internacional cinco kilos al mes de ayuda alimentaria. Hicimos un estudio en Acteal donde comprobamos que todos los niños padecen desnutrición. La Coca-Cola ha sustituido al alimento en todas estas comunidades. La estrategia de contrainsurgencia que esto significa es terrible. Es increíble que Fox, ex presidente de la Coca-Cola, lo siga siendo y base su estrategia de gobierno en sustituir alimento por este refresco.

-Con esas vivencias Ƒcómo conjugas tus inquietudes sociales con tus actividades artísticas?

-Para mí no son dos realidades, ambas son parte de la misma. Es verdad que cada día me cuestan más trabajo esos ambientes frívolos del espectáculo, pero también la actuación es de donde vivo. La veo con mucho cariño, aunque a veces tenga que hacer cosas que no me gusten o trabajos comerciales. No tengo problema, más bien son mis compañeros los que me ven rara. Pero sé que todas estas vivencias me hacen crecer como actriz, porque las experiencias y la memoria las conservo; yo no tengo que inventarme cómo se sufre, nomás me acuerdo.