El Protocolo de Kyoto, la mejor respuesta al
calentamiento global: Comisión Europea
Reducir voluntariamente las emisiones de gases de invernadero,
propone Bush a empresarios
"Basada en el mercado", la petición, dice la
Casa Blanca; repudio de ambientalistas
AFP Y REUTERS
Washington, 14 de febrero. Al presentar su alternativa
al Protocolo de Kyoto sobre calentamiento de la Tierra e invocar la necesidad
de crecimiento económico, el presidente de Estados Unidos, George.
W. Bush, propuso hoy que los empresarios recorten voluntariamente las emisiones
de gases de invernadero, y no de manera obligatoria, como está contemplado
en ese protocolo.
El mandatario provocó rechazo internacional el
año pasado cuando, a poco de asumir la presidencia, repudió
el tratado de Kyoto al sostener que los estadunidenses perderían
empleos y que los países en desarrollo estaban a salvo de sus obligaciones.
Hoy insistió, en un discurso en que presentó
su propuesta de reducciones voluntarias "basadas en el mercado", en que
"sería irresponsable" no exigir a India y China re-ducir sus emisiones
de esos gases.
El plan del gobierno republicano propone vincular los
objetivos de reducción en la emisión de gases con la producción
económica, disminuyendo esas emisiones de 183 millones de toneladas
por millón de dólares del producto interno bruto a 151 millones
en 2012, reducción voluntaria que se lograría a través
de incentivos fiscales de 4 mil 600 millones de dólares y "créditos
negociables" por 4 mil 500 millones de dólares a las empresas que
reduzcan sus emisiones.
El Protocolo de Kyoto de 1997 contemplaba para Estados
Unidos la reducción de las emisiones en 7 por ciento en una década,
en relación con las de 1990.
La Comisión Europea se congratuló por la
preocupación de Bush por el medio am-biente, pero reiteró
que el Tratado de Kyoto es la mejor respuesta al calentamiento global,
mientras que expertos dijeron que es insuficiente para detener el "aumento
inexorable" de la temperatura de la Tierra.
Según Bush, su enfoque permitirá "estabilizar
las concentraciones de gases de invernadero en la atmósfera a largo
plazo, manteniendo el crecimiento económico para fi-nanciar fuentes
de energía más limpias".
Para el ambientalista Philip Clapp, "la propuesta se basa
en la buena fe y no hay razón para creer que quienes contaminan
vayan a cambiar de la noche a la mañana".
Carl Pope, director del Sierra Club, una de las grandes
asociaciones estadunidenses de defensa del medio ambiente, estimó
que las medidas constituyen un regalo de Bush "de San Valentín a
los contaminadores industriales que financiaron su campaña".
El gobierno republicano, asimismo, es-candalizó
a los ecologistas al apelar esta semana una decisión judicial de
2001 que da a California la capacidad de prohibir cualquier nueva explotación
petrolera en sus costas, y ahora busca reducir las zonas protegidas y suavizar
las reglas de descontaminación del agua de los ríos, medidas
tomadas durante la gestión de Bill Clinton.
"Este gobierno es una mala noticia para nuestro aire,
agua, fauna, flora y medio ambiente", aseveró el presidente de la
Wilderness Society, William Headows, quien agregó que la centralización
de la opinión pública en la guerra contra el terrorismo internacional
"ha permitido que muchas medidas oficiales pasen inadvertidas".