Planean enviar una carta a organismos internacionales de defensa autoral
Superan el millar las demandas de amparo interpuestas por creadores contra el ISR
Demostrar la desigualdad del gravamen será un proceso largo, advierten abogados
Nuestra lucha, frente de resistencia ante ''un gobierno de ignorantes'', expresa Magú
RENATO RAVELO
Con las cerca de 250 demandas de amparo presentadas esta semana, se supera el millar de recursos legales interpuestos en contra de la Ley del Impuesto sobre la Renta que modificó el tratamiento fiscal a los creadores, en la lucha por lo que el caricaturista Bulmaro Castellanos Magú llamó el derecho ''histórico del único estímulo que los autores tenemos''. El conflicto trascenderá nuestras fronteras con una carta que se planea hacer llegar a los organismos internacionales de defensa autoral.
La definición de Magú se enunció en el acto en el que se dieron a conocer los términos de las más recientes demandas de amparo, que corresponden a creadores cinematográficos, de las artes plásticas y los coreógrafos.
Unidos por los derechos, no los intereses
En representación de esas sociedades, que ''temporalmente cobijan'' a la treintena de caricaturistas independientes representados asimismo por Kemchs, se encontraban Gilberto Gazcón, por los cineastas; Julio Carrasco, por los artistas plásticos, y Patricia Aulestia, por la sociedad de coreógrafos que consideró los casos de Guillermina Bravo, Jaime Blanc y la propia presidenta de la sociedad.
Los abogados que elaboraron las demandas de estos creadores, Ramón Obón, Angelina Cué Bolaños -ambos especializados en derecho autoral- y Antonio Vargas, dedicado a la materia de amparo, coincidieron en que este será un proceso largo basado en la demostración de la desigualdad.
Ya se ha dicho, explicó Obón, se han llenado muchas páginas en estos meses para argumentar que la exención autoral no es ''ni gratuita, ni graciosamente un privilegio ganado; el autor paga vivo y paga muerto al perder los derechos de su obra en beneficio de la riqueza cultural de la comunidad''.
Existe, continuó, ''una inseguridad jurídica porque la ley permite que por piratería la autoridad cobre multas hasta por 500 días de salario mínimo. El autor, para poder aspirar al 10 por ciento que le correspondería, tiene que emprender un largo camino''.
Mientras Gazcón aprovechó para señalar que los ''mayores piratas, apoyados por la ley, son las televisoras, quienes consideran que no deben pagar por la retransmisión de películas'', Carrasco comentó que una vez que se encuentran todas las sociedades autorales unidas por primera vez (''por los derechos, no por los intereses'') se considera enviar una carta al consejo internacional que reúne a 70 sociedades autorales del mundo, así como al que depende de la Organización de Naciones Unidas.
La espina clavada
Esta lucha, expresó Magú, ''es más un frente de resistencia hacia la política cultural de un gobierno de ignorantes'' y agregó que ''no existe una actitud clara de defensa en el caso, por ejemplo, del Casino de la Selva. Por el contrario, se pretende desconocer el derecho histórico del único estímulo que tenemos los creadores''.
Existe, dijo Gazcón, una falta a un compromiso verbal expresado por el gobierno actual, y procedió a leer las palabras del presidente Fox ante la comunidad cultural, en las que reconocía ''que existe una espina clavada que son los derechos de autor'' y se comprometía a respetar la cultura.
Aulestia, por su parte, anunció que en la sociedad de coreógrafos se buscará, más adelante, proteger a estos creadores ''que tienen el cuerpo por herramienta'' y que carecen de inscripción al seguro social.
En esta demanda, cuyo costo unitario fue de 3 mil pesos, se incluyeron algunos literatos y compositores, así como guionistas. Constó de 70 páginas (''el volumen es lo de menos, aprendí de Antonio Vargas que se puede ganar un amparo con una frase sustentada'', dijo Obón), y se atiene al artículo 31 fracción IV de la Constitución, que se refiere al pago de impuestos, para proceder a la argumentación de que los creadores tributan dos veces: en vida y en muerte.