Los sondeos más recientes indican que la elección será reñida: Florentino Castro
Divide a diputados priístas la contienda por la renovación de directiva nacional
CIRO PEREZ SILVA Y ROBERTO GARDUÑO
La contienda interna del PRI para la renovación de su dirección nacional ha producido en la Cámara de Diputados desde un claro pronunciamiento de legisladores en favor de uno u otro candidatos, hasta el deslinde de quienes sin rubor sostienen que "el voto es secreto" y no comprometen alguna declaración que permita identificar sus preferencias.
En el mejor de los casos, sostiene Florentino Castro López, los datos de las encuestas más recientes apuntan a que la competencia entre la tlaxcalteca Beatriz Paredes y el tabasqueño Roberto Madrazo "será reñida", mientras que para su compañera de bancada, Irma Piñeiro, la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor está prácticamente decidida en favor de Madrazo.
Según Castro López, encargado de organizar el Distrito Federal para Paredes Rangel, ésta ha podido recuperar una serie de puntos que en el arranque de la campaña no le eran favorables. "En la medida que Roberto Madrazo tenía ya mucho tiempo en campaña, varios años, y Beatriz Paredes inició apenas un par de semanas atrás, esa ventaja que se construyó Madrazo es cada día menor y puedo asegurar que la competencia es muy cerrada", aseveró.
Aunque ambos diputados coincidieron en que la contienda ha sido, hasta ahora, civilizada, el legislador por el Distrito Federal enfatizó que es preciso pasar de la mercadotecnia, en la que Roberto Madrazo descansa su proselitismo, al debate de ideas.
"Creo que lo más conveniente para los priístas de todo el país es que podamos tener más de un debate entre los aspirantes a la presidencia del partido y a partir de ellos tengamos los elementos para decidir por quién votar", sostuvo.
Negó que la campaña y el eventual resultado de la elección vayan a dividir el partido, como se comenta en los otros institutos políticos, dos de ellos también en proceso de renovación de directivas.
"No nos vamos a dividir. Lo sé porque se generó primero la idea de que al reunirse el Consejo Político, luego de la derrota del 2 de julio, cambiaríamos a la dirección y expulsaríamos a todos los presuntos responsables de la derrota, y eso no sucedió. Luego, que en nuestra asamblea nos dividiríamos y tampoco sucedió, por eso puedo asegurar que el proceso electoral no significa por sí mismo rompimiento", expresó.
Por cuanto a las perspectivas del candidato que triunfe, éstas deben ser, subrayó, de corto plazo. El primer objetivo deben ser las elecciones intermedias de 2003, en las que, advirtió Castro López, su partido debe buscar fortalecerse en la Cámara de Diputados, "ese es el reto fundamental, poner en marcha los acuerdos de la asamblea y las elecciones para renovar las diputaciones federales. Quien esté viendo más allá de 2003, está equivocado".
Aseguró que el proceso para cambiar las directivas en PAN, PRD y PRI es, para cada uno en su circunstancia, un esfuerzo por recomponerse y consolidarse. En el caso del PRI, sostuvo, los dos candidatos deben mantener el diálogo con el Ejecutivo y construir con él un acuerdo que permita al PRI contribuir a generar la estabilidad social y política y simultáneamente permita el desarrollo del país.
"Por cuanto al candidato que va a ganar, tengo el pulso de lo que es la ciudad de México; aquí, sin duda, ganará Beatriz Paredes", enfatizó.
Sin embargo, para la oaxaqueña Irma Piñeiro, responsable madracista en su entidad y en Yucatán, la situación, al menos desde su punto de vista, está más clara para Roberto Madrazo.
"Para empezar, estamos inmersos en un proceso inédito que nos enfrenta a los priístas a la construcción de una nueva cultura, de romper algunas de las inercias que todavía se mantienen, viejas prácticas que una corriente de priístas queremos dejar atrás. El partido debe enfrentar una realidad distinta. Entender que se da un reacomodo de fuerzas", afirmó.
La contienda por la presidencia priísta, insistió, es la lucha entre visiones distintas de un mismo proyecto. Para Piñeiro, este proceso permitirá que la base se manifieste en favor de la visión que considere más adecuada para este momento histórico.
"Los que hemos construido una militancia basada en el trabajo y en una posición crítica vamos a salir fortalecidos. Quien ineterprete la presidencia del partido a partir de una visión patrimonialista, no se verá favorecido, porque estos son ya otros tiempos", aseguró. Con la nueva dirigencia, sostuvo, el PRI debe contrastar su posición en el ámbito político como un partido de oposición. "La militancia está revindicando una posibilidad real de tener decisión y así lo ha manifestado en Oaxaca y en Yucatán, donde hay un pronunciamiento abierto en favor de Madrazo", enfatizó.