Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 17 de febrero de 2002
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Política

Antonio Gershenson

Alternativas de reforma eléctrica

En los países o regiones en los que ha habido crisis de abasto de electricidad, como Argentina, Chile, Ecuador o California, el mercado iba a regular, y como hubo un periodo en que a las empresas privadas no les convenía invertir en nuevas plantas, pues llegó el momento de la escasez y de la crisis

Los tres principales partidos han presentado iniciativas de reforma eléctrica, o anunciado su inminente presentación. En el caso del PAN, se plantea reformar los artículos 27 y 28 de la Constitución, de modo que la exclusividad de la nación ya no sea de toda la prestación del servicio público de energía eléctrica, como ahora, sino sólo sobre una red de transmisión y algunas variantes de plantas generadoras. La entidad pública propietaria de esta red tendría obligación de garantizar el acceso a la misma en igualdad de condiciones, tanto a las empresas públicas generadoras que quedaran como a las privadas. Está implícito en el planteamiento que el mercado regularía precios, ritmos de inversión y otras variables importantes en esta industria estratégica.

No se ve que esa propuesta pueda prosperar. Los otros dos principales partidos no están en esa posición, y suman mayoría en ambas cámaras. Además, para cambiar la Constitución se requieren dos tercios en cada una de las cámaras, y la ratificación de la mayoría de las legislaturas locales, lo cual hace aún más difícil la eventual aprobación. Y, por si fuera poco, a lo largo del proceso la proximidad de las elecciones irá jugando su papel y será más difícil que haya cambios de posición de legisladores a cambio de esto o lo otro, por el costo político de la quemada en este contexto político electoral.

Lo anterior deja especialmente clara la importancia de centrar la discusión cada vez más en la alternativa, en qué es lo que sí se va a aprobar, dado que parece haber consenso en que sí se requieren reformas, aunque no sean las que implica la propuesta del PAN sino otras muy distintas. Es muy importante que no vuelva a suceder lo de la discusión de la reforma fiscal. La discusión se limitó, durante demasiado tiempo, a si se gravaban con IVA medicinas, alimentos, etc., pese a que era evidente que esto era rechazado por la gran mayoría de los legisladores; y la alternativa, lo que sí se debería modificar, se discutió a las carreras, y ya no sólo "al cuarto para las doce", sino a las 3 de la mañana del primero de enero de este año, fuera del plazo establecido. Y, claro, quedaron errores, fallas, omisiones, aunque nada comparable con la rechazada propuesta oficial del IVA.

Lo que ha permitido que en México tengamos suficiente capacidad de generación de electricidad (hay apagones, pero no por esa razón, sino por cuestiones que tienen que ver con la distribución de la energía) es que cada año se inicia la construcción de nuevas plantas de acuerdo con un plan. Un plan defectuoso, que lleva a una excesiva dependencia del gas natural por ejemplo, pero un plan al fin. En cambio, en los países o regiones en los que ha habido crisis de abasto de electricidad, como Argentina, Chile, Ecuador o California, esto ha sido porque el mercado iba a regular, y como hubo un periodo en que a las empresas privadas no les convenía invertir en nuevas plantas, pues llegó el momento de la escasez y de la crisis. Cualquier alternativa que funcione debe incluir un plan que garantice el abasto de electricidad.

Otro elemento debe ser, precisamente, la diversificación de fuentes de energía eléctrica, y no seguir "metiendo todos los huevos en la misma canasta". Ahora que se ha hecho pública la injerencia de la hoy quebrada empresa Enron en la política energética mexicana, queda claro su interés en abrir mercados para el citado gas, dado que uno de sus puntos más fuertes eran los gasoductos. Si esta empresa hubiera logrado que "el mercado" determinara las decisiones de inversión, al llegar el momento de la escasez hubiera podido vender el gas carísimo, como lo hizo en California, donde tiene juicios en curso por esa razón, y hacer un enorme negocio como el que hizo allá. Y los usuarios mexicanos hubiéramos tenido que pagar el gas y la electricidad a precios varias veces superiores a su valor real.

Habrá que ir comentando, a medida que avance la discusión, otros aspectos importantes de la que debe ser nuestra nueva legislación eléctrica. Esto es muy importante, no sólo por la reforma misma, sino porque tal vez sea la primera ocasión en mucho tiempo que una legislación y una reforma se pueden aprobar con una amplia participación pública, y a lo largo del tiempo necesario y no sólo en una carrereada sesión legislativa.

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