Leonardo García Tsao ENVIADO
La mexicana Francisca se estrena en Panorama
Berlin.
En el penúltimo día de la 52 Berlinale se llevará
a cabo esta noche el estreno mundial de Francisca, segundo largometraje
de la realizadora Eva López-Sánchez, y único representante
del cine mexicano en todo el festival. Para ello, se ha juntado una numerosa
delegación que incluye a la directora, al director del Imcine, Alfredo
Joskowicz, la productora Laura Imperiale, al coproductor de Videocine,
Eckehardt von Damm, así como los coproductores por parte de Alemania
y España, Detlef Ziegert y José María Lara, respectivamente
(se trata de la primera coproducción entre los tres países).
También está presente buena parte del reparto, incluyendo
al alemán Ulrich Noeten, el español Rafael Martín
y los mexicanos Fabiola Campomanes, Julio Bracho y Juan Ríos (antes
que comiencen las usuales sospechas de dispendio por parte de algún
organismo oficial, la mayoría de ellos ha viajado usando sus propios
recursos).
Como es tradicional en los festivales, muy pocos miembros
de la prensa asistieron a la conferencia de Francisca, en tanto
no había una estrella hollywoodense a quien preguntarle sobre su
vida íntima, o tirarle cientos de fotografías con flash.
Nunca como ahora los medios se han dedicado exclusivamente a explotar el
star system en plan frívolo.
Mientras tanto, la selección oficial llega a su
fin con una triada de títulos nada entusiasmantes, para no variar:
la cuarta concursante alemana, Baader, de Christopher Roth, narra
con lenguaje de telefilme el desempeño del terrorista Andreas Baader
en la Alemania de los 70 y lo mitifica al grado de inventarle una muerte
gloriosa digna de Bonnie y Clyde; la griega Dekapentavgoustos (Un
día de agosto), de Constantinos Giannaris, nueva confirmación
de que Teo Angelópulos es el único verdadero cineasta de
ese país; y KT, coproducción coreano-japonesa dirigida
por Junji Sakamoto, hace el tedioso recuento de cómo Kim Dae-Jung,
presidente de la república coreana, fue víctima de un secuestro
político en los 70.
Mientras tanto, ya se dieron a conocer algunos premios
de los jurados paralelos. El premio de la crítica, o sea Fipresci,
fue para Lundi matin, de Otar Iosseliani, acertado reconocimiento
al escaso cine de autor que se asomó en la competencia. El jurado
ecuménico hizo una elección algo más obvia al dárselo
a Bloody sunday, del inglés Paul Greengrass, sobre los conflictos
de Irlanda del Norte. Cabe notar que 25 lectores del diario Berliner
Morgenpost han seleccionado a la película 8 femmes, de
François Ozon, que es de prever obtendrá también algo
mañana de manos del jurado oficial, por su calculada mezcla de complaciente
estética kitsch y cinismo posmoderno. Es de lo poco que uno
se atreve a pronosticar pues la media muy inferior de la competencia puede
prestarse a cualquier disparate en la repartición de Osos.