Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 20 de febrero de 2002
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Política

Rafael Barajas, El Fisgón

Respuesta a James Petras

James Petras publicó el 26 de enero un artículo en el que plantea la hipótesis de que el gobierno de Israel pudiera estar implicado en los atentados del 11 de septiembre de 2001, así como la tesis de que en "un modelo único de relaciones interestatales", el imperio americano está "colonizado por un poder regional (Israel)", al que le "rinde tributo" porque "se encuentra sujeto a la ideología de sus colonos en su territorio". Días después, en una carta, Pedro Miguel y yo cuestionamos estos planteamientos, lo que también hicieron por su cuenta los escritores Guillermo Almeyra y Arnoldo Kraus.

Este 15 de febrero, Petras publica una respuesta a esas cartas, en la que aclara: "Escribí que la política de EU hacia Medio Oriente y su relación con Israel están fuertemente influenciadas por el lobby israelí, así como por los influyentes y prósperos judíos en EU. Yo no escribí sobre una conspiración judía a nivel mundial", y agrega que en su artículo "jamás hizo referencia a todos los judíos de EU (ya no digamos del mundo)". Creo que la aclaración de Petras es pertinente, puesto que en su primer artículo dijo que "el grado de implicación israelí (en el atentado) es un secreto celosamente guardado" (lo que bien puede entenderse como una conspiración en el corazón de la gran potencia mundial), y que "el silencio que impera indica la naturaleza vasta y agresiva de los poderosos partidarios de la diáspora judía" (lo que puede leerse como una referencia a todos los judíos del mundo).

En su respuesta, Petras también afirma que la aseveración de que "los israelíes podían haber sabido con anticipación sobre los acontecimientos del 11 de septiembre" es una interrogante legítima que vale la pena explorar. Creo que él tiene todo el derecho de explorar las interrogantes que juzgue legítimas, pero sigo creyendo que una hipótesis tan delicada debe ser formulada con base en elementos sólidos y no como los presentados hasta ahora.

Finalmente, Petras acusa a todos los que disentimos públicamente de su texto de "distorsiones, invenciones y acusaciones calumniosas", de formar parte de "la escuela estalinista de falsificación" y llama a rechazar las "voces autoritarias que convertirían el diálogo en monólogo por medio de la censura y la acusación autodifamatoria". Al revisar la carta que suscribimos Pedro Miguel y yo, no encuentro calumnias, censura ni falsificaciones, sino citas textuales y cuestionamientos de lo que él escribió, en especial de la tesis central de su primer ar-tículo, en el que afirma que el imperio americano está colonizado por Israel. Si Petras quería desdecirse, no tenía necesidad de proferir insultos.

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