Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 20 de febrero de 2002
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Mundo

La información, otro frente de Washington en la guerra contra el terrorismo internacional

Oficina del Pentágono, encargada de difundir noticias falsas en el exterior

Damos versiones "precisas y verídicas", responde el Departamento de Estado al diario NYT

La dependencia estudia realizar ataques cibernéticos y actividades sicológicas y decepción

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 19 de febrero. Los departamentos de Defensa y de Estado in-sistieron hoy en que sólo difunden información verídica, luego que se reveló que la nueva Oficina de In-fluencia Estratégica del Pentágono se dedicaría a difundir noticias, in-cluso falsas, a través de medios extranjeros, para influir en la opinión pública internacional como parte de la guerra de Washington contra el "terrorismo".

"Otorgamos información precisa y verídica", afirmó Richard Boucher, vocero del Departamento de Estado, pero funcionarios del Pentágono confirmaron que preparan "campañas agresivas" para influir en la opinión pública mundial en favor de Estados Unidos y sus ac-ciones en el mundo a través de "noticias" por medios extranjeros, propaganda por Internet y operaciones encubiertas.

Estas operaciones están destinadas no sólo a influir en la opinión publica en países hostiles, sino también en las poblaciones de países aliados. Todo esto forma parte de lo que se ha llamado "el otro frente de la lucha contra el terrorismo": la guerra de la información.

Las primeras versiones sobre las actividades de la nueva oficina fueron difundidas hoy por el New York Times, y entre ellas están las llamadas acciones "negras", que forman parte de operaciones encubiertas para difundir mentiras deliberadas y "desinformación" con la finalidad de debilitar a un enemigo, así como también acciones "blancas" por las que se promueve información creíble y verídica favorable a Estados Unidos o sus objetivos.

Funcionarios del Pentágono confirmaron que uno de los propósitos es difundir "desinformación" a pe-riodistas y medios extranjeros, y también "plantar" este tipo de información entre funcionarios oficiales y líderes civiles de otros países.

Estas actividades van desde "lo más negro de lo negro hasta lo más blanco de lo blanco", declaró un funcionario del Pentágono al Times.

Operaciones en la penumbra

Esta nueva oficina del Pentágono, encabezada por el general brigadier Simon Worden, está considerando realizar operaciones encubiertas como ataques cibernéticos a redes de computación, actividades sicológicas y decepción.

La dependencia forma parte de la sección del Pentágono dedicada a operaciones especiales y conflicto de baja intensidad. Un vocero del Pentágono señaló que el mandato de la nueva operación no se ha determinado por completo.

Las propuestas de los funcionarios del Pentágono para plantar "noticias" en los medios extranjafg08-171707-piheros utilizando canales para ocultar su origen o su carácter oficial ya ha provocado críticas en el Departamento de Defensa y otros funcionarios del gobierno federal.

Por ejemplo, una de las propuestas contempla enviar correos electrónicos a periodistas, líderes civiles y funcionarios extranjeros con mensajes que promueven las posiciones estadunidenses o atacando a sus enemigos.

Varios militares y funcionarios han expresado su preocupación de que el Pentágono realizaría actividades de desinformación contra go-biernos aliados y, por otro lado, que en este mundo tan globalizado, esta información podría acabar siendo trasmitida en Estados Unidos.

Esto, señalan algunos críticos, es lo más peligroso de la iniciativa, ya que nadie disputa el uso de desinformación contra un enemigo, pero sí cuando estas tácticas se usan contra "amigos", y advierten que podría minar la credibilidad de este gobierno ante los aliados y hasta entre los propios estadunidenses.

Por su parte, defensores de estas iniciativas han insistido en meses recientes que esta "nueva era", en particular después del 11 de septiembre, tiene que incluir un nuevo frente: la "guerra informática".

"Esta es la guerra de información más intensa... Vamos a mentir so-bre las cosas", había advertido un oficial militar al Washington Post en septiembre pasado.

Aunque el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, insistió poco después en que no tenía ninguna intención de mentir a los medios, agregó: "hay decenas de maneras de evitar que uno se ubique en una posición donde esté mintiendo".

Para esta nueva campaña de guerra informática el Pentágono ha contratado -por 100 mil dólares mensuales- a la consultora privada Rendon Group, con sede en Washington, que ha hecho trabajos pa-ra la CIA, la familia real de Kuwait y el Congreso Nacional Iraquí.

Pero el Pentágono no es novato en el mundo de la desinformación: en los años 80 equipos de operaciones sicológicas del ejército de Estados Unidos participaron en la trasmisión de programas de radio con mensajes contra los sandinistas en Nicaragua, y también brindaron capacitación en "relaciones públicas" al ejército mexicano poco después de haber estallado la rebelión de la guerrilla zapatista en 1994.

La CIA ha invertido millones de dólares en operaciones encubiertas para "influir" a los medios extranjeros, funcionarios y organizaciones no gubernamentales en el mun-do, incluyendo Chile durante el go-bierno de Salvador Allende.

"Todo esto se ha hecho antes", comentó Danny Schechter, editor ejecutivo de Globalvision y experto en medios. En los años 50 y 60 la CIA plantó noticias en diarios ex-tranjeros, que fueron citadas o republicadas por medios estadunidenses como noticias legítimas. El resultado, añadió en entrevista con La Jornada, fue que Washington acabó mintiendo a su propio pueblo.

Hay poca información -verídica- sobre la nueva Oficina de Influencia Estratégica en el Pentágono, y funcionarios gubernamentales insisten en que los planes para sus actividades todavía no están aprobadas por el presidente o su secretario de Defensa.

Sin embargo, la oficina se estableció a finales del año pasado en medio de preocupaciones sobre la necesidad de influir en la opinión pública y la de gobiernos tanto en países poco amistosos como en los aliados de Estados Unidos.

En particular, fue respuesta a la necesidad de promover el apoyo a la guerra "antiterrorista" en los países musulmanes, pero también en otros, incluyendo a los europeos.

Para algunos miembros del go-bierno, la creación de esta oficina dentro del Pentágono provocó sorpresa, ya que las actividades de información oficial en el ámbito internacional siempre han sido encabezadas por el Departamento de Estado y dependencias relacionadas, como la Agencia de información de Estados Unidos.

Coordinan la propaganda negra

Pero el gobierno de George W. Bush ha intensificado lo que considera otro frente de su nueva guerra contra el "terrorismo", estableciendo un "cuarto de guerra" dentro de la propia Casa Blanca para coordinar la difusión diaria del "mensaje" del gobierno en lo nacional e internacional, además de la contratación de expertos en publicidad y relaciones públicas en el Departamento de Estado para "mejorar" este tipo de funciones, dijo el Times.

La nueva oficina, informó el rotativo, coordina sus operaciones con la también nueva oficina contra el terrorismo de la Casa Blanca, encabezada por un ex general que antes dirigía el Comando de Operaciones Especiales.

Para Schechter y otros críticos, esto no debería sorprender ya que el manejo de la información oficial sobre el papel de Estados Unidos en Afganistán "es sólo parcialmente verídico, pues lo que parece ser presentado como cierto un día, pa-rece ser menos cierto al siguiente".

Para él y otros, el problema no son las mentiras obvias, pues pueden ser finalmente descubiertas, si-no la distorsión de la información.

Vale recordar que la guerra de Estados Unidos contra España en 1898 empezó con la mentira deliberada del hundimiento de un bu-que estadunidense, y que la intensificación de la guerra en Vietnam resultó de otra mentira deliberada sobre acontecimientos inventados en el golfo de Tonkin.

Por eso, algunos analistas, como Norman Solomon, expresaron hoy más preocupación por las posibles consecuencias de esta "nueva guerra" de información, tanto en este país como en el resto del mundo.

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