La Corte Suprema ordenó detener, hasta el jueves, la destrucción de casas en Gaza

Ofensiva militar de Israel contra Palestina

Crece en las fuerzas de seguridad el rechazo a la actuación en territorios autónomos

La oficina de Arafat, entre los blancos; desde el lunes han muerto 27 en ambos bandos

AFP, DPA Y REUTERS

Ciudad de Gaza, miercoles 20 de febrero. El ejército israelí lanzó una amplia ofensiva militar sobre los territorios autónomos palestinos de Gaza y Cisjordania, que incluyó un ataque a las oficinas del presidente Yasser Arafat e incursiones en Ramallah y Nablus. Tel Aviv aseveró que las acciones fueron justificadas por la "inacción" de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para frenar los atentados antisraelíes.

El detonante de este operativo, a cargo de unidades de elite con apoyo de aviones de combate F-16, helicópteros Apache y buques de guerra, fue el ataque lanzado el martes por un número indeterminado de palestinos, que tomaron posiciones en torno a un retén militar en un poblado al oeste de Ramallah, con saldo de seis soldados israelíes muertos.

La emboscada fue reivindicada, casi simultáneamente, por las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, cercanas al movimiento Fatah, de Arafat, y por el ala armada del grupo integrista Hamas, y se produjo un día después que el ejército israelí confirmó la aplicación de nuevas "zonas de seguridad" en la franja de Gaza, con el fin de impedir atentados suicidas y ataques contra las fuerzas de Tel Aviv.

Al cierre de esta edición, tanques israelíes incursionaban en Ramallah utilizando las tres entradas de esta ciudad palestina, donde Arafat se encuentra sitiado en sus oficinas desde diciembre pasado, y disparaban contra puestos de control de la ANP. Fuentes palestinas dijeron que un cohete cayó muy cerca de la residencia del líder, sin causar víctimas.

Funcionarios palestinos dijeron que esta acción indica que Israel está "en territorio peligroso", al atacar directamente las oficinas de Arafat.

Habría cinco muertos y seis heridos en oficinas de Yasser Arafat

Según las primeras versiones, la ofensiva de la madrugada de este miércoles contra las oficinas de Arafat en Gaza, ubicada en las costas de ese territorio, dejó cinco muertos y seis heridos entre el personal de seguridad de las instalaciones, con lo que el número de víctimas mortales, desde el lunes pasado, se elevó a 27, de los cuales 17 eran palestinos, nueve militares israelíes y una mujer de un asentamiento judío. Posteriormente se informó que helicópteros Apache de Jerusalén dispararon también contra otros cinco blancos diferentes en la ciudad de Gaza.

Pero el ataque contra las oficinas de Arafat representó el primero contra esta sede de la ANP en Gaza desde el inicio de la actual intifada, hace 17 meses. Observadores creen que podría ser en represalia por la ofensiva contra el puesto militar israelí en Ramallah, este martes.

La madrugada del martes, cuatro palestinos murieron, entre ellos una mujer y su hija adolescente, y otros seis resultaron heridos al estallar un obús durante una incursión del ejército israelí en el campamento de refugiados de Jan Yunes, en la franja de Gaza.

En el mismo sector, un policía palestino murió al ser alcanzado por disparos de los soldados judíos.

Asimismo, un helicóptero israelí disparó un misil contra una oficina del grupo islámico Hamas, en el campo de refugiados de Jablya, en la franja de Gaza, causando la muerte a dos militantes e hiriendo a varios niños en edad escolar. Al menos seis de los pequeños heridos se encuentran graves. El ataque con misiles ocurrió durante el cambio de turnos escolares en un plantel cercano a la oficina de Hamas.

Por la madrugada, varios edificios de los servicios de seguridad palestinos fueron blanco de bombardeos de aviones F-16 en Rafah, al sur de la franja de Gaza, y en Ramallah, en Cisjordania.

En el valle del Jordán, un palestino trató de abordar el martes un autobús israelí con unas 50 personas a bordo, y cuando el conductor se lo impidió hizo volar una carga de explosivos que llevaba sujeta al cuerpo y murió, sin herir a ninguno de los pasajeros.

El conductor del vehículo aseguró que "el hombre se veía sospechoso; llevaba la chaqueta abrochada hasta el cuello", aun cuando era un día caluroso. El chofer lo empujó hacia afuera y puso en marcha el vehículo, e inmediatamente después el hombre hizo explotar su bomba.

Soldados israelíes mataron también a dos palestinos armados en el campo de refugiados de Balata, cerca de Nablus, y en la franja de Gaza también fue muerto un palestino, quien presuntamente quería infiltrarse en el asentamiento judío de Morag.

Mientras, un colono judío y dos soldados israelíes murieron durante una emboscada de palestinos a una caravana que transitaba por la franja de Gaza.

Esta escalada se produjo en momentos en que la Corte Suprema de Israel ordenó este martes al ejército israelí que interrumpa la destrucción de casas en el territorio palestino de Gaza. El fallo de la corte obedeció a un recurso interpuesto por el diputado árabe israelí Mohammad Barake, del Partido Comunista Israelí, y ordenó la suspensión de las demoliciones hasta el próximo jueves, cuando se escuche a ambas partes (representantes de los residentes palestinos y del ejército israelí) durante una comparecencia.

Las construcciones, que por el momento el ejército israelí no puede demoler, se encuentran en el sector donde una mujer y dos soldados israelíes murieron el lunes en un atentado perpetrado por un palestino, quien después se suicidó activando una carga explosiva que llevaba sujeta al cuerpo.

Según fuentes palestinas, el ejército destruyó este martes 11 viviendas de un total de 20, pero el fallo de la corte le impide demoler las nueve restantes. En un comunicado, el ejército dijo haber destruido "cierto número de casas no habitadas en el sector del atentado".

La ANP pidió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptar una resolución que obligue a Israel a suspender sus ataques, y que permita el envío de observadores a los territorios palestinos.

En Tel Aviv, el ministro israelí de Defensa, Benjamin Ben Eliezer, se reunió con el emisario europeo para Medio Oriente, Miguel Angel Morantinos, y le dijo que "la Unión Europea debe hacer valer su importancia y presionar a Arafat para obligarlo a reaccionar contra el terrorismo".

A su vez, el ministro israelí de Relaciones exteriores, Shimon Peres, canceló la visita oficial programa para este jueves a Madrid debido a la ola de violencia en Medio Oriente. Según indicó su oficina, Peres participará el miércoles en una reunión del gabinete de seguridad convocada por el primer ministro, Ariel Sharon.

Además las voces de rechazo a la política de Tel Aviv continuaron dentro de las fuerzas de seguridad israelíes; un grupo de ex altos responsables militares y de los servicios de seguridad está a punto de lanzar una campaña en favor de la retirada parcial de los territorios palestinos. La campaña se articula en torno a la propuesta elaborada por el Consejo para la Paz y la Seguridad, organismo formado por mil ex altos responsables militares y de seguridad, y llevaría el nombre: "decir shalom a los palestinos", utilizando el doble sentido de la palabra hebrea que quiere decir "'paz" y "adiós".

El director general del consejo, Shaul Givoli, sostiene que "Israel paga un precio demasiado alto" al mantener su presencia en los territorios, "y por eso tenemos que retirarnos de las colonias que no tienen ningún futuro".

Añadió que la campaña es apoyada por varios políticos israelíes activos quienes, sin embargo, no admiten públicamente su adhesión por temor a consecuencias electorales. Agregó que los más de 100 reservistas que han rehusado prestar servicio en los territorios palestinos también apoyan las propuestas del Consejo para la Paz y la Seguridad.

Niega comparación con Hitler

El primer ministro checo, Milos Zeman, negó la información publicada en el diario israelí Haaretz que le atribuyó declaraciones en las que habría comparado a Arafat con Hitler.

Según el diario Zeman afirmó: "cuando Hitler era el más grande terrorista del mundo, no había ningún llamado a llevar a cabo negociaciones con él, tal como no deberían realizarse conversaciones con terroristas".

Estas afirmaciones fueron condenadas por el canciller español, Josep Piqué, al frente del Consejo de Ministros de la Unión Europea, y por el presidente checo, Vaclav Havel.

El ministro palestino de Información, Yasser Abed Rabbo, fustigó las declaraciones de Zeman y afirmó: "recordamos al primer ministro checo que la patria palestina se encuentra bajo la brutal ocupación israelí, y que el pueblo palestino sigue siendo aterrorizado por el ejército, que emplea métodos de agresión y brutalidad que recuerdan los regímenes más opresivos y agresivos de la historia moderna".

Asimismo, el canciller egipcio, Ahmed Maher, pidió este martes que se aplace la visita de Zeman a El Cairo, y aunque aseguró que esto responde únicamente a "nuestros compromisos", otra fuente oficial egipcia afirmó que hubo protestas por la visita de Zeman, prevista para el próximo día 28, a raíz de sus declaraciones.